Qué tener en cuenta si vas a la playa con tu perro

En España no hay muchas playas que admitan perros, pero si alguna te queda cerca no olvides estas recomendaciones para tener un día de baño perfecto.

Por David Navarro

Si tienes perro probablemente no veas del todo justo que no puedan acceder a la inmensa mayoría de playas de España, sin embargo es la normativa de cada localidad la marca las pautas y en un número aplastante no existen muchas alternativas nacionales donde ir con el perro para pasar una jornada de sol y playa. De contravenir estas normas podrías exponerte a multas de entre 3.000 euros (en el caso de Cangas de Onís) a 90 euros (en época baja en la mayoría de las playas urbanas). Según la guía de viaje canina escrita por Pablo Muñoz Gabilondo, en España hay hasta 110 playas que permiten el acceso de perros (cuidado: no en todas las épocas ni a todas horas), pero solo 20 de ellas son recomendables.

Entre ellas se encuentran la playa de O Grove, en Pontevedra, con un total de 125 metros de longitud repartidos entre las playas de O Espiño y O Portiño. En Girona encontramos la playa de La Rubina, cerca del Parque Natural de los Aiguamolls del Empordà, en la Costa Brava, dispondrás de 200 metros de playa canina con una calidad de agua envidiable. Y una opción mucho más grande, de hasta 500 metros, la encontramos en la Región de Murcia, en la playa de las Moreras, cerca del casco urbano en el paseo marítimo de Castellar, en Mazarrón. Pero hay más: Agua Amarga en Alicante (250 metros), Na Patana en Mallorca (150 metros), Deltebre en Tarragona (500 metros), Cubelles en Barcelona (450 metros) y Cala Vallcarca en Sitges (60 metros).

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Antes de salir buscando el mar

Aunque hayas leído en una guía o web que cierta playa permite el acceso a los perros, es muy recomendable que antes de ir con él hagas una avanzadilla y veas con tus propios ojos que las normas lo permiten, en función de la época del año o de modificaciones en las ordenanzas municipales las condiciones pueden variar, por lo que antes de salir rumbo al mar, lo mejor es ver con tus propios ojos si todo está correcto y así evitar un desplazamiento innecesario con todo el “equipo” y la frustración de no poder ir en caso de que las normas lo impidan.

Antes de salir, piensa que tu perro también tiene un amplio abanico de necesidades que deberás prever y satisfacer. Por ejemplo, llevar toalla para que pueda descansar sobre la arena (él también le quema el suelo) y para secarse tras el baño, crema protectora para sus almohadillas, bolsas para recoger sus deposiciones, juguetes y algo enormemente importante: agua para hidratarse. 

No salgas de casa sin la cartilla sanitaria de tu mascota, donde debe estar recogida su fecha de nacimiento y fechas de vacunación. Recuerda que debe estar convenientemente desparasitado, de forma interna y externa. Es enormemente recomendable que antes de salir a la playa dejes buscado un veterinario cercano, conocer a qué distancia está de la playa, cómo acceder y si hoy su consulta está abierta, pues ante cualquier problema te podrás dirigir allí con la mayor velocidad y evitarás añadir una situación de estrés buscando veterinarios y consultando si están abiertos mientras coordinas una situación de urgencia.

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Problemas de salud derivados del baño

Los animales son bastante sabios y por instinto no suelen hacer grandes locuras que les perjudiquen, sin embargo no es del todo extraño que un perro beba agua del mar cuando se encuentra por primera vez en una playa, o que lo haga de forma no intencionada simplemente como parte del juego. Ingerir agua salada es perjudicial para los humanos, y también para los perros. Los síntomas que denotan una intoxicación por agua de mar se presentan de inmediato, si le notas aletargado, vomita, está inapetente y tiene mucha sed, puede que esté en esta situación. Como consecuencias puede padecer convulsiones, temblores y dificultad para caminar. Como en toda intoxicación, es primordial detectar este problema a tiempo, cualquier comportamiento fuera de lo normal debería advertirte de que algo le ocurre, acude cuanto antes a un veterinario pues entre las dos consecuencias graves de la intoxicación por exceso de sodio en perros se encuentra el fallo renal y entrar en coma.

Ahora bien, no te obsesiones con esta posibilidad. Como te decíamos antes, los perros no suelen poner en peligro su propia vida de forma gratuita y suelen obrar siempre con bastante responsabilidad, la razón más habitual para que un can beba agua de mar es la más simple y evidente: si tiene sed y no tiene una alternativa segura, beberá del mar. Por tanto, evitarás que beba agua salada si pones a su disposición agua dulce. Nada más plantar la sombrilla debes mostrarle donde dejas su cuenco (preferiblemente justo debajo del palo de la sombrilla, para que esté lo más fresca posible), y debe quedarle claro que está a su disposición para beber. Realizando ejercicio al sol durante largo rato el perro inevitablemente sentirá calor, se deshidratará y sentirá la necesidad de refrescarse internamente, por lo que si no es conocedor de que dispone de un cuenco de agua dulce, lo único que estará en su mano es beber la salada.

Otro peligro, aunque menos habitual, es la ingesta de algas verdeazuladas, que resultan tóxicas pues están compuestas de unas bacterias agrupadas que generan un olor penetrante, precisamente se hacen muy llamativas para el olfato de los perros, que por curiosidad tantearán lamerlas o ingerirlas. Es complejo saber si tu perro se ha intoxicado con ellas, a menos que lo veas con tus propios ojos, pero los síntomas son similares a ingerir agua salada, por lo que ante cualquier duda debes acudir a un veterinario para que lo determine y pueda ponerle solución.

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