Salud

¿Cómo refrescar a tu perro en verano?

No conviene aplicar agua fría al perro si tenemos la duda sobre si está experimentando un golpe de calor, el efecto puede ser demasiado radical para él y sufrir consecuencias fatales.

Por David Navarro

Los perros perciben el calor y necesitan refrescarse igual que los humanos, aunque su temperatura corporal normal ronda entre los 37,5ºC y los 39ºC, lo que hace que no les afecte el calor exactamente igual que a nosotros. Lo cierto es que pueden experimentar golpes de calor y problemas de salud muy serios si son expuestos de forma continuada a un ambiente caluroso. Para saber si tu perro necesita una ayuda extra refrescándose lo primero que debes hacer es pensar en tu percepción del calor: ¿tienes calor, te vendría bien sentirte más fresco? Pues probablemente a tu perro también.

¿Alguna vez has visto a un perro sudar?

Nosotros expulsamos sudor y eso nos delata. El sudor hace evidente que estamos pasando por una situación de calor intenso que provoca en nuestro organismo la necesidad de refrescarse. El sudor está compuesto en un 99% por agua, y se produce por las glándulas sudoríparas con el objetivo de regular la temperatura de nuestro organismo, y ante un calor intenso, producir una sensación de equilibrio térmico. ¿Los perros también gozan de esta facultad? Pues sí, pero su sudor y estar pasando calor son pistas menos evidentes porque las únicas zonas de su cuerpo que sudan son las almohadillas y la trufa. Puedes hacer la prueba, tócale la nariz, si la tiene húmeda es porque está sudando.

Caminar con tu perro por el suelo abrasador de pleno verano puede darte dolor de conciencia, no en vano tú no irías con los pies descalzos pisando el asfalto a las tres de la tarde de un día cualquiera de agosto. Sin embargo, para los perros existen algunas ventajas, por un lado la piel de sus almohadillas es más gruesa que la de nuestros pies, y por otro lado el sudor que producen como respuesta al calor, mediante las glándulas sudoríparas alojadas en esta zona, hacen que las patas se refresquen y no llegue a quemarse. Pero es muy importante ser conscientes de que esta facultad de sudar en las almohadillas no es ilimitada, es más: tiene una protección muy reducida. Si el perro camina por suelo candente, sus almohadillas se van a quemar tarde o temprano.

Cuando sudan, sus trufas tienen la facultad de oler con más profundidad, porque al estar húmedas son capaces de discernir un mayor número de información sobre los olores que perciben, se trata por tanto de un efecto secundario del calor. Un rasgo infalible para saber si tu perro siente mucho calor es que le verás con la boca abierta y con la lengua fuera. En función del tipo de respiración que esté demostrando podremos saber la urgencia que tiene por obtener una ayuda para refrescarse. Lo básico es tener la boca abierta y mostrar la lengua, sin embargo jadear ya sería un grado de mayor necesidad de regulación térmica, y si está babeando: su cuerpo le pide que logre equilibrar su temperatura urgentemente. Al babear jadeando pretende evaporar su saliva y producir cierta mejoría térmica.

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Refrescar es mucho más que dar agua

Por desgracia, los perros no son autosuficientes para poner medidas ante un golpe de calor o una situación de calor que les esté afectando, es nuestra responsabilidad como dueños saber comprender las pistas que nos da y poner remedio a ésta situación. Que el perro tenga calor puede no ser en sí misma una razón de peso, pero la deshidratación del can sí, así como los efectos graves de un golpe de calor. Lo primero y fundamental es tener en cuenta que tu perro debe tener agua a su alcance durante todo el día y sin excepción, vigila que su cuenco no esté cerca de una fuente de calor, ni del sol, y debes lavarlo por lo menos una vez al día porque puede ser un foco de bacterias y parásitos que afloran especialmente en épocas de mucho calor. Además, ten en cuenta que una vez que le pones el agua, ésta se calienta, por lo que no dudes en cambiarla de vez en cuando por una que tenga una temperatura más agradable. Recuerda que los perros no deben comer hielos, que pueden ser demasiado fríos y generar un contraste perjudicial, sin embargo sí puedes añadir un hielo a su bebedero para que el agua se mantenga fresca.

No temas por activar el aire acondicionado para refrescar a tu perro, no le irá nada mal. A los canes les encantan tanto los aires acondicionados como los ventiladores, habrás visto que fácilmente descubren sus ventajas y les sacan partido. Son muy inteligentes a la hora de encontrar el mejor lugar donde ponerse en función de la necesidad de refresco que necesiten, si están muy acalorados saben que deben ponerse cerca, y si ya están más frescos se irán alejando.

Si tu perro es de pelo largo, como los bichones malteses, no le cortes el pelo en el momento de mayor calor, pensar que así estará más fresco es un error. La piel de los perros de pelo largo es mucho más sensible que la de los de pelo corto, como podrás apreciar cuando se les corta mucho: tienden a ser de color rosa bajo su pelo, y al rebajarle el volumen no le estás quitando calor, sino privándole de su protección. Los “cabellos” actúan de parapeto contra los rayos del sol, tanto para su piel como para sus ojos. Lo ideal es cortarles el pelo al término de la primavera, para que el corte les aguante todo el verano, pero no en las épocas de más calor. Más que cortarle el pelo, es útil cepillarselo: eliminamos pelo inerte y reducimos el subpelo, que es el encargado de proteger al perro del frío, en verano no lo necesitará.

Puedes mojar a tu perro, pero vigila que no sea cuando más calor está experimentando, los golpes de calor pueden hacernos pensar que un chorro de agua fría es lo que necesita, sin embargo los extremos no son buenos. Si tu perro está profundamente acalorado, es preferible empezar a mojarlo con una toalla húmeda, y una vez que adquiera algo de frescor puedes mojarlo directamente con agua más fresca. Para refrescar a tu perro puedes usar tus propias manos, echarle agua a modo de masaje por le cabeza, el tronco o el cuello.

No dejes de descubrir un invento maravilloso: las alfombras refrigerantes. Son unos colchones o esterillas finas que dentro tienen gel refrigerante y que se activan cuando el perro se sube encima. Cumplen un objetivo similar al que tu perro busca cuando abandona su cama de invierno y se tumba en las baldosas de la cocina o el baño, el can trata de quitarse de encima el calor posando su cuerpo sobre una superficie fresca y cómoda.

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