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Tras un periodo extraño, marcado por la pandemia, en el que el teletrabajo se asentó en muchos entornos laborales, poco a poco va aumentando el número de trabajadores que vuelve (aunque sea de forma muy paulatina aún, debido a las restricciones y a la prudencia que debemos seguir manteniendo frente al virus) a sus oficinas de forma presencia. Desde que la pandemia nos obligase a cumplir nuestras obligaciones laborales desde casa, el día a día ha cambiado de manera radical para unos y otros. Para quienes, de un lado, tienen problemas para conciliar su entorno doméstico con el trabajo, y para los que se muestran encantados por lo que consideran un aumento considerable de su calidad de vida. Pues bien, si la pandemia ya ha afectado a nuestra salud mental, la vuelta a las oficinas y los centros de trabajo también puede estar haciéndolo. Según datos de un estudio realizado por Co& Co Training, empresa especializada en coaching y tratamientos con biofeedback, un 65% de los trabajadores sufre estrés laboral en este regreso.

 

Hay que pararse, claro está, a buscar los motivos. Y destacan que uno de ellos es la presión por mostrar productividad presencial ante el tiempo que el trabajador ha realizado su labor desde casa. Los expertos apuntan a que esta presión les lleva a creer que su puesto de trabajo peligra por no mostrarse especialmente productivos, provocando hiperactividad y canalizando erróneamente los esfuerzos.

 

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Un contexto complicado

A ello hay que sumar el hecho de que muchos trabajadores consideran importante tener contentos a sus superiores en un contexto económico complicado, debido a la actual crisis, lo que lleva a muchas personas a no priorizar correctamente en sus tareas y a asumir cargas excesivas de trabajo. Un error, pues no delegar ciertas tareas es, junto a la hiperactividad laboral, una de las razones por las que se reduce notablemente la atención en el trabajo, tal y como afirman los responsables de Co&Co Training. “El estrés laboral no sólo proviene de las tareas que uno asume y que son más de las que les corresponde, o por un mal ambiente de trabajo. También la necesidad de demostrar y ese nivel de autoexigencia mal entendido puede hacer mella en el trabajador, causando el efecto contrario al que busca. La falta de atención y el descenso de productividad es real en estos casos”, detalla Marisol Nieto, CEO de la empresa.

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¿Menos estrés en casa?

Mientras, muchas empresas siguen apostando por el teletrabajo, que en algunos sectores parece haber llegado para quedarse (o al menos en una modalidad que podríamos calificar como híbrida). Lo cierto es que el teletrabajo ayuda a conciliar, pero también sirve para desarrollar un ritmo de trabajo diferente. Quizá por eso llama la atención el dato de este estudio que indica que el 72% de los trabajadores se estresa más en la oficina que trabajando desde casa.

 

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Numerosos motivos para tener estrés

El origen del estrés laboral también se encuentra en factores derivados del entorno de trabajo como la acumulación de tareas, la premura para terminar dichas tareas en un corto espacio de tiempo, una excesiva carga de responsabilidad y, claro está, la existencia de una tensa relación con nuestros compañeros y jefes, entre otros. Todos estos factores tienen una consecuencia inmediata en el trabajador que incide directamente en sus niveles de atención y motivación, desembocando en un incremento de errores a la hora de ejecutar las tareas.

 

“Hay determinados colectivos más susceptibles a sufrir situaciones de estrés, como son los ejecutivos y mandos intermedios en quienes recae una buena parte de los casos aduciendo soportar elevados niveles de carga de trabajo en períodos muy cortos combinados con un alto nivel de exigencia. Los emprendedores, autónomos y empresarios se ven también afectados por este problema. Suponen el 70% de los casos que se tratan”, matiza Valle Molinero, cofundadora de Co&Co Training.

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Regreso escalonado si es posible

Según la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen, se haría necesario, sobre todo en los casos de las personas que llevan meses sin acudir a su puesto de trabajo, un regreso escalonado, para evitar un nuevo cambio brusco en la rutina que pueda afectar al bienestar de las personas. Así, considera que sería positivo preparar un regreso escalonado. Y da una serie de recomendaciones útiles para afrontarlo:

-Considerar los primeros días como un período de adaptación de los empleados.
-Tratar cada caso de manera individualizada, sobre todo los de quienes sean personas de riesgo frente a la covid19 o hayan pasado por una situación traumática asociada a la pandemia.
-Dar apoyo psicológico a aquellas personas que puedan necesitarlo.
-Facilitar el regreso a quienes tiene miedo al contagio continuando en con las medidas de seguridad.
-Escuchar a los trabajadores: qué esperan, cómo les gustaría que fuera la nueva situación.
-Realizar charlas y programas grupales para prevención y promoción de la salud.

Y, finalmente, valorar la posibilidad de incluir fórmulas mixtas de trabajo –desde casa y presencial– si la actividad productiva lo permite.

 

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Fobia social 

Y es que, como decíamos, hay quienes no llevan demasiado bien el hecho de volver a la oficina. Algunas personas por miedo, el de aquellos que debido al distanciamiento social impuesto por la Covid-19 presenten síntomas de fobia social. En segundo lugar, volver a la antigua normalidad será también muy difícil para quienes hayan sufrido una situación de acoso laboral. Nadie duda de que esta circunstancia es un foco de alto estrés y quien lo sufre puede padecer fuertes trastornos emocionales, así comoansiedad y posibles alteraciones del sueño. Se puede entrar en una etapa de estrés postraumático, por lo que una reincorporación escalada podría ser muy positiva para estos trabajadores.

Para ellos y para el resto, Pilar Conde aconseja:

-Mantener rutinas en las tareas y funciones que se haya venido llevando hasta el momento.
-Preguntar a la empresa cuáles van a ser las medidas y en el caso que no se sientan seguros, no dudar en transmitírselo.
-Ver el lado positivo del retorno, los aspectos que va a tener y que por teletrabajo los había perdido.
-Ser consciente de que las personas nos adaptamos rápidamente a nuevas rutinas, así que aunque al inicio nos encontremos más inquietos, poco a poco nos iremos adaptando y volverá a ser cómodo para nosotros.

 

Y no hay que olvidar, tal y como recuerda la experta, los casos de aquellos que han permanecido todo este tiempo bajo el paraguas laboral de ERTE prolongado. Una situación que, sin duda, ha podido provocarles mucha incertidumbre, lo que puede traducirse, a corto o medio plazo, en problemas de estrés, ansiedad y, en general, de salud mental.

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