¿Cuáles son las señales que pueden alertar de que padeces una valvulopatía?

Se trata de una lesión o una alteración de una de las cuatro válvulas de nuestro corazón, un problema que aumenta a medida que se cumplen años

Por Pilar Hernán

La prevalencia de las enfermedades de las válvulas del corazón aumenta con la edad. Tanto es así, que cerca de una de cada ocho personas de 75 años o más padece alguna valvulopatía moderada o importante, según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Un buen funcionamiento de las válvulas cardiacas es vital para la salud de nuestro corazón. Cuando estas fallan, estamos ante lo que se denomina una valvulopatía, tal y como nos explica el doctor Manuel Anguita, portavoz de la (SEC), con quien hemos hablado sobre estas lesiones. "Una valvulopatía es una lesión o una alteración de una de las válvulas cardiacas. Estas son cuatro, dos en la parte izquierda del corazón y dos en la parte derecha. Las de la parte izquierda son la válvula mitral, que es la que separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo, y la válvula aórtica, que es la que está a la salida del corazón entre el ventrículo izquierdo y la aorta. Y en la parte derecha del corazón, hay otras dos, la válvula tricúspide, que es la que separa la aurícula derecha del ventrículo derecho, y la válvula pulmonar, que es, digamos, el equivalente a la válvula aórtica en la parte derecha, que está entre el ventrículo derecho y la pulmonar", nos comienza explicando el especialista.

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La función de las válvulas cardiacas

El doctor explica que la función de las válvulas es dirigir el flujo de sangre de tal forma que la sangre dentro de las cavidades cardíacas siempre vaya en sentido anterógrada, es decir, hacia adelante. "Las válvulas se abren y se cierran para para que el flujo de sangre siempre vaya de las aurículas a los ventrículos y de los ventrículos a las arterias. Cuando se producen valvulopatías, lesiones de las válvulas, lo que se altera es su función. Cuando hay una lesión de una válvula, del tipo que sea, lo que se produce es o bien que una obstrucción al flujo de sangre a través de la válvula, porque la válvula no abre bien del todo, lo que se llama una estenosis valvular, o que ésta no cierre, y cuando debería estar cerrada para que la sangre no refluya hacia atrás, no lo hace. Eso es lo que se llama una insuficiencia valvular", matiza el experto.

Distintos tipos de lesiones valvulares

Tal y como nos detalla el portavoz de la SEC, puede haber lesiones o alteraciones valvulares desde muy leves o prácticamente anecdóticas, que no producen ninguna alteración de la función del corazón y ninguna repercusión, hasta lesiones muy graves que pueden llevar a la muerte o a la necesidad de operarla o de cambiarla. "Esa es una primera clasificación. Es decir, las valvulopatías tienen grados: las ligeras, las moderadas y las severas, y normalmente las importantes son las severas, porque en el caso de la más ligera, lo único que hay que hacer es realizar un seguimiento de forma periódica. Las moderadas, en general, tampoco producen síntomas y, por tanto, no es necesario hacer ninguna intervención sobre ellas, pero sí que te exigen estar un poco más alerta y hacer revisiones más frecuentes, porque las valvulopatías pueden progresar, esa alteración de la válvula suele progresar. Lo que hace cinco años era leve, pues hoy puede ser severo", nos cuenta el experto, que añade que existe una segunda clasificación, por el tipo de válvula afectada, que es la que más utilizan los especialistas.

"Así, hay valvulopatías mitrales, aórticas, que son las de las válvulas izquierdas del corazón, que son realmente las más frecuentes y las más importantes. Luego las valvulopatías derechas, aisladas, la tricúspide y la pulmonar, son bastante raras. O bien son lesiones congénitas y de cardiopatías congénitas con las que nace el niño, o bien son lesiones secundarias a otras enfermedades del corazón sobre la válvula. Pero realmente las valvulopatías importantes, que son las que habitualmente hay que operar, son la mitral y la aórtica", comenta el doctor Anguita.

Clásicamente, además, nos detalla que la más frecuente era la estenosis mitral hasta hace un tiempo. "La causa más frecuente de lesión de la válvula mitral era la fiebre reumática, producida por las infecciones estreptocócicas de la garganta, de la faringe, que la gente joven la tenía en la infancia o la adolescencia y no se trataba adecuadamente. Esto lo que hacía es que en el futuro, pasados 10, 20 o 30 años,  se produjese una inflamación de la válvula mitral, que al final se traducía en un engrosamiento y una estrechez de la misma. Pero claro, la fiebre reumática en nuestro país, así como en los países occidentales, prácticamente ha desaparecido. Entonces, se ven algunos casos de estenosis mitral reumática, pero es muy poco frecuente. Las lesiones más frecuentes en la actualidad son las que tienen un origen degenerativo, o bien porque haya una anomalía de la calidad del tejido de las válvulas, que es lo que se llama degeneración mixoide, lo que afecta sobre todo a la válvula mitral, pero también a la válvula aórtica", cuenta. Así, nos explica que se están encontrando con un aumento de la estenosis, la estrechez de la válvula aórtica, que ocurre entre las personas de edad muy avanzada y por encima de los 75 años. "Se trata de una calcificación. La válvula aórtica que está continuamente abriendo y cerrando contra una presión muy alta, y se puede ir calcificando, se va degenerando y entonces al final, en esta etapa tardía de la vida, se produce una estenosis aórtica severa que hay que solucionar. Y esta es la gran epidemia valvular, podríamos decir, de este siglo", comenta.

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Síntomas de una valvulopatía

El doctor nos detalla que cuando son severas, las valvulopatías pueden producir normalmente ahogo, falta de aire, pérdida de conocimiento, y pueden llegar a producir angina de pecho, arritmias. "Eso, claro está, altera mucho la calidad de vida. Cuando una valvulopatía tiene síntomas, es la indicación fundamental para tratarla, para operarla, para repararla", comenta.

Llegar al diagnóstico

Normalmente cuando tienes síntomas que sean sospechosos de que puede haber un problema cardiaco, como puede ser disnea, opresión en el pecho, palpitaciones o pérdida de conocimiento, el experto nos comenta que durante la exploración física, la valvulopatía se sospecha en la auscultación, cuando se escucha un soplo. "Si tú oyes un soplo, evidentemente sospechas que puede haber una anomalía de la válvula. El diagnóstico definitivo se hace mediante un ecocardiograma Doppler, que detecta con absoluta precisión la existencia de una lesión, cómo están las válvulas, la anatomía de las válvulas, si son normales o anormales. Incluso, puedes hacerte una idea de cuál es el origen o la causa de la de la lesión valvular y también la severidad y muchas veces, simplemente con los hallazgos del ecocardiograma, ya sabes que ese paciente se tiene que operar", comenta el doctor.

Así debe tratarse

Una vez que se llega al diagnóstico, ¿cómo ha de tratarse? "Clásicamente cuando había que operar para solucionar una valvulopatía severa, la única alternativa que había hasta hace 15 años era la cirugía a corazón abierto. Ahora ya muchas de las lesiones valvulares se pueden solucionar con cateterismo, con lo que se llama intervencionismo estructural. En el caso de la estenosis aórtica degenerativa del anciano, operar a una persona de 80, 85, 90 años, tiene un riesgo quirúrgico muy alto. Entonces en estos casos, normalmente, lo que se hace, en general, es ponerle una válvula aórtica nueva a través de un cateterismo por la arteria femoral. Habitualmente eso es lo que se llama la TAVI. Pero luego, por ejemplo, para insuficiencia de la válvula mitral y también para insuficiencia de la válvula tricúspide, también hay procedimientos de reparación percutánea a través de cateterismo con distintas técnicas. La más frecuente es con un clip, parece de ciencia ficción pero se hace ya de forma rutinaria", nos detalla el doctor sobre las posibilidades de tratamiento.

Como explica el Dr. Lluís Asmarats, cardiólogo del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, la estenosis aórtica degenerativa es la enfermedad valvular que con mayor frecuencia requiere tratamiento quirúrgico o percutáneo en Europa, seguida de la insuficiencia mitral. “La TAVI (implante valvular aórtico por vía percutánea) se ha establecido como el tratamiento de elección de la estenosis aórtica degenerativa a partir de los 75 años, aunque puede considerarse también en pacientes de alto riesgo quirúrgico independientemente de la edad”, detalla el especialista en cardiología.

El principal beneficio del intervencionismo valvular radica en su naturaleza mínimamente invasiva. “Muchos de estos procedimientos se realizan con anestesia local y sedación, con cierre vascular percutáneo, lo que permite en muchos casos un alta precoz en 24 o 48 horas y, sin duda, una recuperación más rápida de los pacientes”, explica el Dr. Asmarats.

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Personas con más riesgo de padecer el problema

Una de las dudas que nos surge es si hay personas con más riesgo de padecer el problema. Por ejemplo, en cuanto al género, en mujeres y hombres, si hay algún tipo de diferencia o es bastante equilibrado. "En relación con la fiebre reumática, la estenosis mitral reumática era más frecuente en mujeres. Se baraja una susceptibilidad especial de las mujeres al tema de la reacción autoinmune. Luego la estenosis aórtica del anciano es igual, no hay diferencia. Eso depende básicamente de la edad. La degeneración mixoide y prolapso mitral son también más frecuentes en mujeres". Luego con respecto a la edad, el doctor matiza que es un factor de riesgo, pero no es una causa. "Es como con el tabaco, no todo el mundo que fuma tiene un infarto o un cáncer de pulmón, pero sí aumenta mucho el riesgo. La mayoría de las personas de 80 o 90 años no tienen una estenosis aórtica severa. Pueden tener una degeneración, un poquito de engrosamiento. Eso habitualmente yo creo que los vamos a tener todos cuando lleguemos a esa edad. Pero lesiones severas que sean las que se necesite cambiar la válvula no son tan frecuentes", nos explica el especialista.

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¿Hay alguna alternativa a la intervención? 

La intervención parece la única solución definitiva cuando aparece una valvulopatía severa. "Ahora mismo, en la actualidad, no hay ninguna medicación para ninguna de las valvulopatías que prevenga la progresión de la lesión de la válvula. En la estenosis aórtica degenerativa del anciano, parece que aparte de la edad, los propios factores de riesgo cardiovascular clásico, es decir, el aumento del colesterol o la hipertensión, también influyen, pero no hay estudios determinantes sobre la medicación. Si tú tienes una lesión de la válvula, lo que hay que hacer es controlarla periódicamente, revisarla y cuando produzca síntomas o cuando la lesión sea severa, pues hay que reparar o sustituir la válvula", sugiere el experto. 

Y añade que la forma más frecuente de llegar al diagnóstico, tanto de la valvulopatía de lesiones congénitas como de la degenerativa, es por revisión rutinaria. No es por síntomas, muchas veces porque la lesión de válvula no da síntomas hasta que son muy severas. Incluso en el caso de algunas lesiones muy severas, estas pueden no dar síntomas. Entonces normalmente el diagnóstico es por el hallazgo casual en una revisión de un soplo o de una alteración del pulso. Por eso, el doctor incide en que las revisiones son fundamentales para que se coja en su momento. Y es que una vez que se diagnostica y se trata, el pronóstico suele ser bueno. "Si se coge en su momento. Una vez que pasa la operación, la mayoría de las personas operada de válvulas pueden hacer su vida normal y con muy poca medicación habitualmente", concluye el doctor.