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Hay minerales que se conocen más que otros, por ejemplo, sabemos cuáles son las funciones del hierro y su importancia para combatir la anemia o lo imprescindible que es el magnesio para el sistema nervioso. Sin embargo, hay otros que pasan desapercibidos. Es el caso del zinc, un mineral que participa en el fortalecimiento del sistema inmunológico o que participa en la formación y mantenimiento del colágeno, la proteína que sostiene nuestra piel, huesos y tejidos.
"El zinc es uno de los oligo-minerales u oligo-elemento más importantes en el organismo, es esencial y está relacionado en muchos ciclos metabólicos para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo", nos explica la farmacéutica Meritxell Martí. Se necesitan cantidades muy pequeñas, a diferencia de otros minerales como puede ser el calcio o el magnesio.
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¿Cuáles son las funciones del zinc?
Sistema inmunológico:
- Fundamental en la formación de leucocitos, linfocitos y neutrófilos, así como en el proceso de fagocitosis para eliminar desechos celulares.
- Regula la producción de citoquinas, influyendo en la respuesta del sistema inmunológico.
Integridad de barreras mucosas:
- Desempeña un papel esencial en el mantenimiento de las barreras mucosas, incluyendo las paredes del tracto gastrointestinal.
Formación de fibras de colágeno:
- Es indispensable en la formación de fibras de colágeno.
- Participa en la transformación de la prolina en hidroxiprolina, crucial para la estructura y estabilidad de la triple hélice del colágeno.
- Forma parte de la estructura cuaternaria del colágeno, vital para la formación de tejidos conectivos.
Reparación cutánea:
- Es importante en la función de reparación cutánea.
- Facilita la cicatrización de heridas e incisiones postoperatorias, contribuyendo a una recuperación más rápida y efectiva.
- Esencial en la síntesis proteica y regeneración celular, participando en la producción de colágeno y fibras.
Regulación sebácea:
- Regula la secreción sebácea, siendo esencial para el equilibrio hormonal y la actividad de las glándulas sebáceas.
- Importante en la regulación de hormonas sexuales, como la testosterona, relacionada con la actividad sebácea.
Acción antiinflamatoria:
- Junto con su acción reguladora del sebo, puede ayudar a reducir la evidencia de los poros y mejorar la textura de la piel.
Sistema hormonal y reproductivo:
- Afecta la función reproductiva, incluyendo la producción de esperma y la síntesis de ADN durante el embarazo.
- Importante para el desarrollo y crecimiento normal en la infancia y adolescencia.
Protección celular y antioxidante:
- Protege las células del daño oxidativo causado por radicales libres y el estrés oxidativo.
- Regula la apoptosis celular o muerte celular, eliminando células dañadas.
Salud ocular:
- Presente en altas concentraciones en la retina, contribuyendo a la salud ocular.
Receptores gustativos y olfativos:
- Juega un papel importante en los receptores gustativos y olfativos.
Como curiosidad, añade Mertixell Martí, "aunque no hay todavía mucha evidencia científica, las personas que utilizan inyectables como las toxinas botulínicas en combinación de magnesio puede ayudar a que el efecto sea más largo".
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¿Cómo podemos obtener más zinc de manera natural a través de la dieta?
- Los alimentos más ricos en zinc son las carnes de vaca, cordero o cerdo
- Las ostras en particular son especialmente ricas en zinc, es uno de los motivos por las que se les ha indicado como afrodisiacas gracias a su alto contenido en zinc que ayudará especialmente frente las hormonas, como la testosterona.
- Otros pescados como el atún, sardinas o salmón
- Marisco, entre ellos los cangrejos y langostinos
- Pollo, pavo y los huevos especialmente la yema
- Alimentos lácteos, como la leche, el queso y el yogur
- Legumbres, frutos secos especialmente las nueces , cereales integrales como el germen de trigo y la avena
- Semillas de calabaza, de cáñamo y las pipas de girasol
¿Cómo saber si tenemos un déficit de zinc?
La carencia de zinc puede tener diversos impactos en la salud, entre ellos, el debilitamiento del sistema inmunológico, lo que conlleva una mayor vulnerabilidad a las infecciones. En el caso de los niños, la deficiencia de zinc puede resultar en un retraso en su desarrollo y crecimiento. Además, los efectos se manifiestan en la piel, dando lugar a problemas como dermatitis, eczemas o acné, y dificultando el proceso de cicatrización de heridas.
La fatiga y debilidad generalizada son otros de los síntomas que pueden asociarse a este déficit. Asimismo, se observan cambios y una disminución en la sensibilidad del gusto y el olfato, llegando incluso a la pérdida de apetito.
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¿Nos pueden ayudar los suplementos?
"Los suplementos de zinc pueden ser alternativas para que la cantidad de este mineral en nuestro organismo sea el correcto y necesario, así evitaremos las deficiencias de zinc y sus consecuencias", señala la especialista en farmacia.
Por ejemplo, en personas con el sistema inmunológico débil o con mayor tendencia de infecciones, ya que además puede ayudar a reducir la intensidad y la duración de las infecciones virales.
Por otro lado, con el objetivo de preservar y potenciar el contenido de colágeno en la piel, la mayoría de los suplementos diseñados para mejorar la calidad cutánea incorporan este mineral. Esta inclusión se destaca especialmente en productos antiaging.
Las personas que sufren acné u otras dolencias en las que la piel está inflamada y que hay un exceso de secreción sebácea, también tienen un buen aliado en el zinc, ya que actuará como antiinflamatorio y cicatrizante.
Por último, los suplementos de zinc también pueden ser adecuados después de una operación para mejorar la calidad y velocidad de cicatrización.
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¿Cómo se deben tomar de manera segura y efectiva?
Como siempre que tomamos suplementos "es importante tomar productos que presenten una calidad demostrada gracias a la confianza del laboratorio que produce los suplementos. Por ello, hay que buscarlos en lugares donde un profesional sanitario nos pueda asesorar, por ejemplo, en farmacias".
Las dosis recomendadas en adultos son aproximadamente de 8 a 11 mg/día, pero pueden ser más altas en personas con especial requerimiento, como en el embarazo, siempre bajo recomendación médica. Aunque la dosis máxima en suplementos es de 40 mg/ día.
¿Existen grupos de personas que no deben tomar suplementos de zinc?
Como nos explica la farmacéutica Mertixell Martí, las personas con enfermedades renales pueden tener dificultades para eliminar un exceso de zinc en el organismo. Asimismo, aquellas personas cuya absorción de nutrientes, incluido el zinc, pueda estar comprometida, como aquellos con trastornos gastrointestinales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, requieren autorización y supervisión médica. La precaución se extiende a aquellos con alergias o hipersensibilidad al zinc, así como a personas con hemocromatosis, donde la absorción excesiva de zinc podría afectar la absorción de hierro condicionada por esta enfermedad. En el caso de embarazadas y lactantes, se recomienda siempre contar con la autorización de un profesional de la salud.
Además, puede interactuar con ciertos medicamentos, como las quinolonas y tetraciclinas, ya que podrían afectar su eficacia y deben ser administrados en momentos separados. Aquellos que toman suplementos de hierro deben hacerlo en horarios distintos. También es importante considerar medicamentos que puedan provocar pérdida de zinc en la orina, como los diuréticos tiazídicos y la penicilamina.
Por otra parte, algunos medicamentos pueden reducir la absorción de zinc, como los antiácidos, suplementos de calcio y aquellos que disminuyen la acidez estomacal, por lo que se recomienda separar su ingesta.
¿Cuáles son los posibles efectos secundarios asociados con el consumo de suplementos de zinc?
"La ingesta excesiva de zinc no es algo que veamos con frecuencia, pero es importante tener en cuenta que puede desencadenar problemas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarreas", advierte la experta en farmacia. Esta precaución surge al considerar que el zinc, incluso siendo esencial, puede tener consecuencias indeseadas cuando se toma en exceso.
"Nuestro cuerpo es un delicado equilibrio de minerales, y el zinc, en cantidades excesivas, puede interferir con la absorción de otros elementos esenciales, como el cobre o el hierro", señala la experta. Este desequilibrio podría resultar en una deficiencia de cobre.
"Asimismo, dosis muy altas de zinc, lejos de proporcionar beneficios, podrían causar daño al sistema inmunológico", destaca la experta en farmacia. Contrario a su papel positivo en el fortalecimiento del sistema inmunológico, niveles excesivos podrían tener efectos perjudiciales.
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