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Tras una noche de descanso reparador, todos esperamos amanecer de buen talante, dispuestos a afrontar el día con optimismo. Pero lo cierto es que hay ocasiones en las que podemos no tener esa sensación, más bien al contrario, amanecemos con ansiedad nada más levantarnos. ¿Por qué nos puede suceder esto? “Cuando nos despertamos los niveles de cortisol (hormona responsable de la activación en situaciones de miedo y estrés) tienden a estar más altos de forma natural, por lo que el momento de levantarnos será ya propenso a hacernos sentir más angustiados, y si hay algún motivo extra aún más”, nos cuenta Inma Aldea, psicóloga y socia fundadora de Syndeo.
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Así se manifiesta la ansiedad al despertar
Una de las primeras cosas que nos explica la experta es que la ansiedad es una respuesta natural y necesaria para adaptarnos a situaciones que requieren activación de nuestro sistema nervioso. Pero el problema viene cuando se convierte en desagradable y nos hace experimentar síntomas como taquicardia, pensamientos catastrofistas, sudoración de manos o dolor de estómago, notar sequedad en la boca o incluso dolor de cabeza. “Los pacientes describen que por las mañanas suelen sentir más angustia generalizada porque anticipan todo lo que les va a ocurrir durante el día y eso les hace tener una sensación cercana al pánico que ya les predispone e incluso a veces les bloquea y paraliza mentalmente”, comenta la psicóloga.
Ansiedad e insomnio
Nos planteamos si puede tener esta ansiedad relación con el insomnio. “Por supuesto, de hecho el insomnio es uno de los síntomas estrella de la ansiedad. Es importante distinguir entre un trastorno de ansiedad generalizada que, como su propio nombre indica, estará presente en la mayor parte de los momentos de la vida de la persona, y la ansiedad como estado, que abarca una serie de síntomas como es el insomnio, bien sea de conciliación o de despertar nocturno en medio de la noche. No dormir bien genera un estado de alerta y no descanso en el cuerpo y especialmente en el sistema nervioso, por lo que si yo afronto el día desde un estado de base activado y no habiendo tenido un sueño reparador, mi sistema nervioso ya estará demasiado acelerado de primeras”, nos dice Inma Aldea.
Buscando las posibles causas
¿Cuáles son las causas que pueden estar detrás de esta ansiedad al despertar? En opinión de la experta, debemos entender que las causas que se localizan bajo la ansiedad suelen tener un germen mucho más profundo que radica en problemáticas o necesidades más complejas, por lo que sentir la ansiedad (sin que sea generalizada), será por sí mismo una evidencia de que algo no funciona bien. “La propensión a sufrir ansiedad al levantarte o de forma vespertina va a estar precipitado por nuestro propio sistema nervioso y la actividad funcional diaria que tengamos, así como con nuestros hábitos y la propensión que tengamos por nuestra propia idiosincrasia”, nos dice.
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¿Se puede prevenir?
La ansiedad normalmente es una forma que tiene el cuerpo de expresarnos que algo no va bien, es absolutamente normal sufrir síntomas más acuciados en temporadas, momentos o hitos de nuestra vida en los que nos encontremos más alterados o "removidos". Por eso, tal y como nos cuenta la psicóloga, siempre recomendamos tener una vida activa y procurar poner foco en el autocuidado, para prevenir la mejor herramienta es la autoobservación y un estilo de vida saludable, para lidiar con ella es básico determinar si es algo que es temporal y pasajero o lleva ya tiempo con nosotros y debemos acudir a un especialista que nos ayude a entender de dónde viene, porque si tratamos los síntomas pero no la raíz volverá de nuevo porque no se ha atendido bien.
Recomendaciones útiles
¿Qué recomendaciones daría la especialista a quien la padece? Lo primero que apunta es que no se trata de evitar sino de entender qué hace aquí. “Cuando la ansiedad está llamando a nuestra puerta y todos nuestros esfuerzos los ponemos en reducir los síntomas, sin más, llamará más tarde o la sintomatología empeorará y podemos llegar a somatizar nuestro problema. Debemos pararnos a escuchar, si lo necesitamos de la mano de un profesional de la psicología, que nos ayude a entender, comprender, escuchar y recolocar aquello que nos está haciendo sentir mal y que sentimos en nuestras sensaciones físicas a través de lo que llamamos ansiedad”, concluye.
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