Testosterona, una hormona clave en la salud sexual y general de hombres y mujeres

Los varones también experimentan una bajada de libido y estados de ánimo alterados cuando sufren una caída de la testosterona, pero a la mujer también le puede afectar

Por hola.com

Alrededor de un 30 por ciento de los varones, mayores de 50 años, experimentan algo muy parecido a la menopausia femenina, un deterioro o declive de las hormonas masculinas (andrógenos o testosterona) que conduce a la últimamente muy citada, pero a menudo, poco valorada entre ellos: la andropausia.  

Esta etapa de la vida, conocida también en círculos científicos como hipogonadismo o "Síndrome de Adam", en referencia a las iniciales del título en inglés "Deficiencia de Andrógenos en el Hombre Mayor", se caracteriza por un declive gradual en todas las funciones fisiológicas del varón. Esto incluye la disminución de la capacidad cognitiva, la debilidad muscular, el aumento de la grasa corporal y su redistribución, la pérdida de masa ósea y osteoporosis, lo que aumenta el riesgo de fracturas, la reducción del deseo sexual y la potencia, trastornos del sueño, la disminución del vello corporal, alteraciones en la piel y, en algunos casos, la depresión. La autoestima del hombre puede verse afectada cuando se da cuenta de que necesita descansar más, se cansa más fácilmente, no puede practicar ciertos deportes o no tiene el mismo rendimiento sexual que antes.

Así, como indica el Dr. Alfonso Galán, experto en medicina antienvejecimiento de Neolife, en la andropausia que, a semejanza de la menopausia, se debe a un descenso de las hormonas masculinas, en este caso, la testosterona, el hombre no solo experimenta un menor deseo o rendimiento sexual, también su estado de ánimo se altera.

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¿Qué es la testosterona?

La testosterona es la hormona masculina por excelencia, ya que de ella dependen los rasgos y los caracteres masculinos. Comienza a desarrollarse en el seno materno debido a la influencia del cromosoma Y. Su acción favorece el desarrollo de los genitales externos en el embrión. Durante la infancia apenas se produce, es en la pubertad cuando comienza a liberarse a la sangre de forma regular, a través de los testículos y dentro de las Células de Leyding. Alcanza su pico máximo entre los 20 y los 40 y su ritmo de liberación o ciclo circadiano es de 24 días, siendo mayor la cantidad segregada por la mañana y disminuyendo a medida que transcurre el día para decaer durante la noche. 

Aunque la testosterona es la hormona masculina, también está implicada en otros procesos como el desarrollo de la masa muscular, en la salud cardiovascular y en la densidad ósea, tanto en hombres como en mujeres. 

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¿Cómo afecta la caída de la testosterona en los hombres? 

La menopausia se distingue por una disminución abrupta de los niveles de estrógeno alrededor de los 50 años, cuyos efectos son tan notables que no dejan margen a la duda. El climaterio femenino se manifiesta con la interrupción de la menstruación, sofocos debido a la elevación de la temperatura corporal, además de coincidir con una fase de vida en la que muchas mujeres se enfrentan al síndrome del nido vacío. La escasez de estrógenos favorece la depresión, incrementa el riesgo cardiovascular, entre otros efectos.

En contraste, la disminución de testosterona en los hombres es un proceso más lento y progresivo. A partir de los 40 años, comienza a tener efectos significativos y a los 60, los niveles de testosterona son aproximadamente la mitad de los que se tenían a los 20 años. Sin embargo, su declive, con efectos clínicos, no es uniforme para todos los hombres ni ocurre al mismo tiempo, lo que dificulta establecer una edad precisa.

Asimismo, la relación de la disminución de testosterona con el envejecimiento añade una complejidad al diagnóstico de esta etapa en el ciclo vital masculino, pues muchos de los síntomas clínicos son compartidos, como la fatiga, la pérdida de masa muscular y la impotencia. Esto puede causar confusiones o imprecisiones en el diagnóstico.

En cuanto a la disfunción eréctil, se ha descubierto que la disminución de la testosterona puede tener un impacto negativo en las erecciones masculinas, no solo en el deseo sexual. En particular, se han observado disminuciones en la rigidez de las erecciones, especialmente durante la fase REM del sueño, que es crucial para mantener una fisiología normal de la erección. Sin embargo, la falta de erecciones durante el sueño también puede ser causada por otros trastornos como la apnea del sueño, y la impotencia puede estar directamente relacionada con la edad y se agrava si coincide con síntomas de arteriosclerosis.

La conexión entre la andropausia y la disfunción eréctil es de gran importancia, ya que ayuda a determinar cuándo un hombre debe acudir a un especialista para recibir tratamiento. Se pueden realizar análisis a nivel plasmático de la testosterona para determinar si existe una disminución en los niveles hormonales y, por lo tanto, si se está experimentando andropausia.

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¿Cómo tratar el descenso de testosterona en hombres y mujeres?

"El tratamiento del descenso abrupto de la testosterona se basa en ir reemplazando los niveles que se van perdiendo con el paso del tiempo, siendo el uso de pellets (implantes subcutáneos) una de las formas más fisiológicas -y populares- de hacerlo", explica el especialista de Neolife.

Sin embargo, la testosterona también es relevante para las mujeres, siendo de hecho la hormona sexual circulante más abundante en su organismo. Por lo tanto, si se considera necesario, también pueden recibir terapia de reemplazo hormonal mediante los pellets u otras formas. Además de su papel en la función sexual, la testosterona también tiene funciones importantes en la salud cardiovascular, la distribución de grasa, la masa y fuerza muscular y la densidad mineral ósea. 

Para evitar que un déficit de testosterona afecte la calidad de vida, se recomienda complementar la terapia de reemplazo hormonal con una alimentación saludable que evite los azúcares, los productos refinados y las grasas. Las investigaciones indican que una dieta proinflamatoria puede desencadenar deficiencia de testosterona. Un estudio de 4200 adultos publicado en el Journal of Urology de la American Urology Association descubrió que aquellos que comían peor tenían aproximadamente un 30% más de posibilidades de presentar deficiencias de testosterona.

En resumen, cuando se trata de la testosterona, al igual que en otros aspectos de la salud, una buena dieta es clave. Después, es importante buscar la ayuda de especialistas. La testosterona no solo es importante para la función sexual, sino también para la salud en general.

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