Planchar la ropa es una de las tareas domésticas más odiadas por el común de los mortales. Resulta aburrido, cansado y laborioso. Sin embargo, existen algunas estrategias para convertir la hora de la plancha en un momento, si no ameno, más agradable y fácil de realizar. Pon en práctica las siguientes recomendaciones y podrás dejar lista tu colada en un tiempo record y con resultados excepcionales.
Todo empieza… al tender
Cuando la lavadora acaba de terminar el ciclo de lavado y te dispones a tender la ropa es el momento de invertir un poco más de tiempo y hacerlo de la forma correcta. Si incorporas estas rutinas a tu forma de tender, después planchar te costará menos trabajo:
- No dejes la ropa en la lavadora durante mucho tiempo, ya que se arrugará más y generará malos olores por la humedad. Tiéndela lo antes posible.
- Sacude y estira las prendas antes de colocarlas en el tendedero, y no las cuelgues demasiado apretadas.
- Coloca las pinzas en las costuras para evitar que dejen marcas. Lo mejor es usar pinzas de plástico, ya que las de madera se marcan más y se estropean con la humedad.
- Tiende las prendas oscuras y de tonos intensos del revés, ya que el sol puede apagar los colores.