Atención a este entrante con el que dejarás a todos tus invitados con la boca abierta. Es original, saludable y está lleno de sabor. El calabacín queda tierno, el queso le aporta umami y la granada y la menta frescura y mucha personalidad. Conquistará incluso al más receloso de comer calabacín crudo. ¡Pruébalo!
- 1 Calabacín de buen tamaño
- Granada
- 2 ramas de Menta
- 125 g de Queso pecorino
- 1 Limón
- Sal
- Pimienta negra
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1.
Lava el calabacín y retira sus dos extremos. Con la ayuda de una mandolina, pártelo en láminas muy finitas.
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2.
Extiende las láminas de calabacín sobre la fuente o plato de presentación, debe quedar muy bien extendido, con las láminas ligeramente superpuestas para que no queden espacios libres, pero tampoco deben estar unas encima de otras completamente.
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3.
Lava las hojas de menta y sécalas ligeramente. Pícalas finamente, pero resérvate unas cuantas, las más bonitas, para adornar al final.
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4.
Exprime el zumo de limón y mezcla en una taza junto con la menta picada.
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5.
Añade un poco de sal sobre el calabacín y riega con el zumo de limón con la menta. Deja reposar el calabacín así durante 20 minutos.
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6.
Pasado ese tiempo, puedes escurrir el zumo de limón con cuidado de que no se descoloquen las láminas de calabacín si prefieres un carpaccio bien sequito, o dejarlo si no te importa que tenga jugo.
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7.
Añade el queso pecorino rallado por encima y los granos de granada.
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8.
Termina con pimienta negra recién molida y adorna con las hojas de menta que habías reservado.
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