Gina Lollobrigida

De tal envergadura se consideró su físico curvilíneo, que hasta los rígidos franceses incorporaron a su vocabulario la palabra lollobrigienne, para designar a las damas de formas extraordinariamente femeninas. Y es que Gina Lollobrigida fue, desde mediados de los cuarenta, un sex-symbol más allá de sus fronteras. La donna piu bella del mondo quedó tercera en el certamen de Miss Italia, de 1947. Lucía Bosé se alzó con el título. Pero de aquello hace mucho, y Gina Lollobrigida, a punto de convertirse en octogenaria, se ríe del mundo. Y ama.

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4 Julio 1927

Subiaco, Roma, Italia


Horóscopo : Cáncer

Gina Lollobrigida es una dama con suerte. “Estudié pintura y escultura en la escuela y me convertí en actriz por error”. Divino error, pensarán sus más fieles devotos, porque si Gina Lollobrigida no ha conseguido una cohorte de críticos que alaben su buen hacer ante la cámara, jamás ha tenido problemas para llevar tras de sí una estela de admiradores que la han acompañado durante décadas.

Tras la II Guerra Mundial, tiempos duros, la joven Gina decidió dedicarse a modelo fotográfica. Respondía al nombre de Diana Loris y paseaba de estudio en estudio a la búsqueda de quien captara mejor su belleza racial. De madonna italiana contundente. En 1946, inició tímidamente su carrera cinematográfica. Tenía diecinueve años y muchas ganas de triunfar. Por eso, cualquier faceta artística le parecía noble para lograr su objetivo:  hacer exactamente lo que le diera la gana. En 1947 se presentó al concurso de Miss Italia. Quizá éste fue el año más emocionante y reñido de todos cuantos ha vivido la bella Italia. Ganó nada menos que Lucía Bosé; en segundo lugar, la también actriz Gianna Maria Canale; y el tercer puesto quedó para una Gina Lollobrigida que aún no había demostrado al mundo quién era ella. Con coraje.

En 1947 hizo su primer amago de triunfar en las Américas sin éxito. Volvió a Italia y se casó con Milko Skofic, un doctor yugoslavo con el que vivió durante más de veintidós años y con quien tuvo su único hijo. Ya era conocida en su país natal como la “Lollo” o la mujer más bella del mundo, título de la película que rodó, en 1955, junto al extraordinario Vittorio Gassman. En 1961 su aventura estadounidense se convirtió, al fin, en realidad. Su papel en Come September, junto a Rock Hudson, le valió el Globo de Oro.

Con el éxito a sus pies, sólo otra mujer, Sofía Loren, logró hacerle sombra. Pero Gina Lollobrigida ya estaba, a esas alturas de su vida, de vuelta de todo. Decidió abandonar su carrera cinematográfica durante los setenta (este giro quizá también estuvo marcado por su divorcio, en 1971) para dedicarse de lleno a otra de sus grandes pasiones: la fotografía. Logró inmortalizar a personajes de tanta talla como Salvador Dalí o Paul Newman. Sin embargo, su gran baza como fotoperiodista llegó cuando consiguió una entrevista en exclusiva nada menos que con Fidel Castro. Tras estas incursiones en el mundo de la comunicación, volvió a ponerse frente a las cámaras. En este caso, en una serie televisiva que aún hoy se sigue reponiendo en el mundo entero, Falcon Crest. En octubre de 2006, y en exclusiva para nuestra revista, anunció su segundo matrimonio con el empresario Javier Rigau Rafols, treinta y cuatro años más joven que ella.