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Ana Terradillos es tan discreta con su vida privada que tan solo ha trascendido que es feliz al lado del galerista Jorge Alcolea y que tiene una perra, Trufa, a la que adora. La periodista vasca, de 51 años, no suele prodigarse en público con su pareja, pero anoche hizo una excepción por un motivo muy especial.
Su novio dio el pistoletazo de salida a la séptima edición del Salón de Arte Moderno de Madrid (SAM) y quiso estar a su lado. En esta foto aparecen abrazados y muy sonrientes en uno de los rincones de la Fundación Carlos de Amberes, situada en la calle Claudio Coello 99. Allí se podrán ver hasta este domingo más de 400 obras de alto nivel de artistas como Chillida, Picasso, Sorolla o Tàpies. Además, la edición de este año cuenta con la presencia de la italiana Claudia Musolino como artista emergente invitada.
La pareja estuvo arropada por numerosos rostros conocidos, como Ana Rosa Quintana, que acudió con su marido, el empresario sevillano Juan Muñoz, o Cristina Tárrega, que disfrutó de la exposición junto a su pareja, el exfutbolista Mami Quevedo. La asistencia de Quintna y Tárrage puso de relieve que, además de compañeras de cadena, son grandes amigas de Terradillos. También estuvo presente en la Fundación Carlos de Amberes Alessandro Salem, consejero delegado de Mediaset España.
Terradillos, que se ganó el cariño de la audiencia tras sustituir a Ana Rosa en su baja por enfermedad, presenta de lunes a viernes La Mirada Crítica en Telecinco. El gran momento profesional que vive coincide con una etapa personal muy placentera al lado de Alcolea, un apasionado del arte que tiene obras muy importantes en su casa, una playa con niños de Sorolla, un Raimundo de Madrazo o un Enrique VIII de Manolo Valdés.
A pesar de no estar casados, la comunicadora se refiere al galerista como "su marido", pues llevan saliendo juntos desde 2013. "Es galerista de arte, una persona a la que le encanta el mundo del periodismo. Está muy orgulloso de lo que hago, y yo de lo que hace él", dijo la periodista en una entrevista concedida a la revista Diez Minutos. "Es un apoyo fundamental en momentos complicados. Me ayuda mucho y estoy muy contenta con él", añadió.
Alcolea lleva más de 50 años en el mercado del arte antiguo y contemporáneo por vía paterna. Sus padres eran coleccionistas en su Barcelona natal, donde conserva la Sala Nonell, aunque él abrió hace más de tres décadas su propia galería en la calle Claudio Coelllo 28, cerca de Velázquez, 12, en Madrid. Según contó en El Mundo, sus clientes le reclaman "mucho street art y arte cinético español". Si él tuviera que quedarse con una única colección sería "la de la baronesa Thyssen la de Carmen y la de Francesca".
Los tres hermanos de Alcolea también se dedica al mundo del arte. Fernando es miembro de la Secció d´História i Arqueologia delInstitut Menorquí d´Estudis; Marta es experta en joyería antigua y Alfonso ejerció de anticuario hasta su jubilación. Los tres hijos del galerista parece que van a seguir sus pasos, en especial, su hija Francesca, que ha estudiado marketing y ADE, y es la encargada de gestionar el branding y las redes sociales de las galerías y el SAM. Sus otros hijos, dos varones más pequeños, todavía están en la universidad.
Terradillos, por su parte, no tiene hijos. De hecho, en alguna ocasión ha bromado sobre lo pequeña que es su familia porque su única hermana, Esti Terradillos, que es logopeda, tampoco tiene descendencia. "Somos cuatro gatos", exclamó.
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