Arantxa Sánchez Vicario visita España antes de escribir un nuevo capítulo en su divorcio de Josep Santacana

La tenista tiene en agosto una nueva cita judicial con el padre de sus dos hijos

Por hola.com

El pasado 18 de diciembre, Arantxa Sánchez Vicario cumplió cincuenta y un años. Algo más de medio siglo de vida en el que le ha dado tiempo a mucho. A casarse dos veces, a separarse otras dos, a pelearse con su familia y a reconciliarse. Tras triunfar en las pistas de todo el mundo, la deportista ejerce ahora de profesora de tenis en Miami, donde reside con sus dos hijos, Arantxa y Leo, fruto de su matrimonio con Josep Santacana, al que puso fin en 2018 y del que aún se está divorciando.

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Pero antes de verse de nuevo las caras con su ex en una nueva cita judicial que tendrá lugar el próximo mes de agosto y en la que esperan poder poner fin a esta “guerra” que dura ya cinco años, Arantxa ha visitado España para asistir en Marbella a un homenaje a las mujeres tenistas españolas llevado a cabo con motivo del  50º aniversario de la Real Federación Española de Tenis, ahora llamada Billie Jean King Cup.

Sonriente y muy feliz, Arantxa, que logró a lo largo de su carrera deportista alzarse con más de 29 títulos, entre ellos cuatro Roland Garros, no quiso hacer declaraciones en torno a su proceso de divorcio y prefirió poner de manifiesto la gran ilusión que le hacía regresar a su país, aunque fuera fugazmente. “Muy contenta de estar aquí, en Marbella, en Puente Romano otra vez. Y este homenaje de 50 años de la historia del tenis femenino y poder reunirme con muchísimas compañeras que están presentes y las que no han podido venir. Muy bonito homenaje y muy satisfecha y muy contenta. He disfrutado mucho y gracias por estar aquí a todos y por este homenaje. Es un recuento de la historia y es muy bonito poder hacerte fotos y recordar estos momentos que quedaron aquí en la historia del tenis femenino. Esperamos que tengamos reuniones muchas veces más" declaraba la tenista.  “A disfrutar y ya mañana me voy para allá, vuelta a Estados Unidos, así que nada” añadía.

La barcelonesa, que como hemos mencionado anteriormente compagina su trabajo como docente deportiva con sus colaboraciones como comentarista, y el que fuera su marido, se tejieron en el pasado una madeja judicial, que ahora pretenden desenredar debido al juego de demandas y contrademandas que iniciaron en enero de 2018 en España y Florida. 

Cabe recordar que Santacana pidió inicialmente el divorcio de Arantxa en Miami, pero retiró la demanda y en marzo de 2019 presentó otra en el Juzgado número 2 de Esplugas de Llobregat, localidad donde tenían fijado su domicilio de casados antes de mudarse a Miami. "Es para que se cumplan los acuerdos que firmamos por ambas partes, las voluntades que queríamos los dos y básicamente es esto", dijo el empresario en aquel momento. Arantxa, que había presentado la correspondiente demanda en el Juzgado de Florida, apeló entonces al Tribunal español para que el juicio de su divorcio se celebrase en Estados Unidos y no en nuestro país, ya que ambos residían en Miami junto a sus hijos.

Pero, ¿qué importancia tiene que el juicio se celebre en un país o en otro? Se trata de una cuestión económica. Al disolverse el matrimonio en España entraría en vigor el acuerdo de separación de bienes que ambos firmaron antes de casarse. Sin embargo ese acuerdo no es válido en Estados Unidos, de ahí el interés de Santacana de que el caso se resolviera en nuestro país.

"Me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida", confesaba a la revista ¡HOLA! al hacer pública su separación. Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se casaron en 2008. La familia de la extenista nunca vio con buenos ojos esta unión, pero la deportista estaba tan enamorada que hizo caso omiso a los consejos de sus seres queridos. La extenista llegó a revelar tras su separación que los trofeos y sus cosas personales se los había llevado su exmarido: "Están en casa de sus padres y voy a intentar en algún momento recuperarlos".

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A este interminable proceso de divorcio, se une la petición de cárcel que el Banco de Luxemburgo habría solicitado para Arantxa y su marido, por una supuesta deuda de siete millones y medio de euros. El Banco solicitó para el matrimonio cuatro años de prisión por alzamiento de bienes y una indemnización de 6.170.942 euros (cantidad a la que habría que sumar los correspondientes intereses y costas procesales). Un juicio que se llevará a cabo en el juzgado Penal 25 de Barcelona del 12 al 15 de septiembre de 2023.