Hablamos con Javier Castillo de sus curiosos inicios, sus rutinas para escribir y su éxito internacional

El escritor nos habla de sus procesos creativos, de sus publicaciones inéditas y de la gran familia que ha formado con la influencer Verónica Díaz

Por Belén Nava M.

La llegada de Javier Castillo al mundo literario fue completamente casual. Lo que empezó siendo un mero entretenimiento en los trayectos de casa al trabajo y viceversa ha acabado consagrándolo como uno de los escritores más internacionales. Pero el secreto de su éxito no es fruto del azar, sino el resultado de mezclar tres ingredientes: talento, valentía y disciplina. El autor andaluz no deja de batir récords y con su último libro, El cuco de cristal, lleva cinco semanas consecutivas siendo la novela más leída. De manera simultánea ha tenido una gran acogida internacional la serie La chica de nieve, emitida en Netflix, protagonizada por Milena Smit y José Coronado y basada en su best seller homónimo. Precisamente este thriller y otra de sus publicaciones, El juego del alma, van a ser lanzadas en Estados Unidos, país en el que curiosamente se desarrollan las tramas.

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Este gran momento profesional, un sueño hecho realidad para Javier, coincide con una etapa plena también en lo personal, marcada por la reciente llegada al mundo de su tercer hijo. Ha formado una numerosa familia al lado de la influencer Verónica Díaz ( JustCoco), a quien debe gran parte de sus triunfos como autor y con la que forma un tándem perfecto. De sus fortuitos inicios, sus rutinas para crear historias y de su parte más íntima nos habla el autor del momento.

-Acabas de lanzar El cuco de cristal, ¿qué espera a los lectores que aún no lo hayan leído?

Les espera un thriller muy distinto, muy emocional. Hay muchos enigmas, misterio y una trama que te va absorbiendo, pero al mismo tiempo está cargado de emociones. El gran misterio de la historia se centra por primera vez en el interior de la protagonista, que es el corazón que recibe. Cora es médico residente en un hospital de Nueva York y justo el primer día sufre un infarto que la obliga a un trasplante de urgencia. Ya en casa recibe la visita de la madre del donante con la propuesta de 'presentarle' a su hijo y pasar unos días con ella en un pueblo muy distinto a lo que conoce. Acepta y surge un misterio muy grande.

-Te adentras en temas médicos, ¿ha sido complicado conocer este mundo?

En realidad es un mundo muy transparente en el que casi todo se publica, todos los procedimientos están claros en estudios e informes. He dedicado mucho tiempo a asegurarme de que todo lo que ponía era 100% lo que ocurre en realidad, y al mismo tiempo también he tenido ayuda de cardiólogos y cirujanos. Además hay webs que te informan sobre el proceso de trasplante y es bonito porque al escribir descubres un mundo nuevo, muy científico pero con mucha trascendencia.

-¿En qué te inspiras para crear a los personajes y qué sientes cuando dejas de escribir sobre ellos?

Cuando termino una historia tengo que despedirme del personaje y paso un duelo. A la hora de crearlos van surgiendo conforme voy desarrollando la trama. Es como un tronco y quieres hacer una escultura, vas quitándole trozos, perfilar detalles.. Es un proceso muy bonito. intento buscar personajes muy reales, con su muesca cada uno para que todos sean interesantes

-¿Cuánto tiempo has tardado en escribirlo?

Un año más o menos lo que es el proceso de escritura, y en planificarlo tres o cuatro meses. En total un año y pico. Se juntó con la serie y al estar con dos cosas en paralelo hacía malabares

-¿Sigues algún ritual para ponerte a crear?

Trato de ser muy constante, pero es complicado. Cuando tienes niños pequeños, de las tardes te despides. Por la mañana, como están en el cole los dos es más fácil. Vero y yo nos coordinamos para que yo pueda escribir y ella también pueda grabar sus cosas. El ritual es escribir por la mañana, revisar por la tarde, planificar y pensar por la noche cómo llevar la historia al día siguiente..

-Vas anotando todo en post-it en la pared...

Sí, antes ponía post it y ahora ahora tengo una pizarra magnética que me sirve mucho. Me he comprado post it magnético en el que cada color va con una trama, en cada uno apunto una idea.. .Voy jugando a eso y luego lo paso al ordenador, desarrollandolo más

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-¿Cuántos finales diferentes escribes?

Planifico muchos distintos y escribo dos o tres. En este caso escribí tres muy distintos, con giros muy distintos y al final uno era naturalmente el mejor.

-¿A qué personas les dejas leer el libro antes de mandarlo a la editorial?

Siempre a Vero, mi mujer. Algunas veces ha ido leyendo capítulo a capítulo, según los escribía, y en esta ocasión lo ha leído ya terminado. Ella es mi primera lectora.

-Una curiosidad, ¿pòr qué es un libro que nuevamente está ambientado en Nueva York?

No he vivido allí. Primero desarrollo la trama y luego busco el mejor lugar para que suceda. En este caso era muy fácil porque en España con los trasplantes no se pueden conocer los donantes o sus familias y el receptor. En Estados Unidos sí es posible, de modo que era natural que la trama sucediese allí.

-¿Qué proceso sigues desde que terminas un libro y empiezas a escribir otro?

Paso una época de duelo, pero durante el proceso de escritura ya pienso en cosas que igual me sirven para otro libro. Es muy divertido ponerte a planear tras meses escribiendo porque puedes cambiar la trama en dos segundos. Empiezo a hacerlo muy rápido, como a la semana de finalizar un libro. Si no es muy complicado porque me he propuesto llegar a un libro al año.

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-Cada libro que sacas es toda una revolución, ¿aprende uno a convivir con el éxito?

No te acostumbras, y más cuando escribes novela negra o suspense, porque tienes que sorprender, que nadie anticipe el final... Tengo una sensación de incertidumbre impresionante con cada libro, porque con cada uno de ellos me la juego. Quiero innovar y voy con vértigo.

-¿Cuál crees que es la clave para que el público sea tan fiel a tus propuestas?

La sensación de que al abrir un libro mío no sabes lo que te vas a encontrar, y eso hace que a la gente le apetezca 'jugar' a eso. También por la manera de contar las historias, porque es distinto a otros thriller. Aquí todo se centra en gente normal y corriente, como todos y con una carga emocional muy fuerte que hace que tengas el corazón encogido según vas leyendo.

-¿Qué lee Javier Castillo?

De todo. Desde Espido Freire a los Mola, las novelas de suspense que se publican, Stieg Larsson, autores nuevos que surgen, Dolores Redondo, María Oruña... También acabo de leer la autobiografía de Jaycee Dugard, una chica que estuvo secuestrada 18 años. Intento leer de todo porque la vida es mucho más dura que los libros.

-¿Cómo era tu vida antes de escribir? ¿Echas de menos algo de esa etapa?

Echo de menos lo fácil que era planificar un día, es lo único que echo de menos (risas). El ritmo de vida que llevo es muy loco. Durante la etapa de escritura es más fácil controlarlo todo. Antes me levantaba, subía al tren, iba a la oficina y pasaba allí el día. Volvía a casa, cenaba y me acostaba. Tenía tiempo para entrenar a mediodía. Ahora es radicalmente distinta. Me levanto, llevo a los niños al cole, escribo, los recojo... De gira y promoción cada día te levantas en una ciudad y tienes la montaña rusa de emociones por encontrarte 1000 personas en una firma de libros, hablar con blogueros literarios... Es muy bonito.

-En esos trayectos en tren escribiste tu primera novela, ¿por qué te decantaste ya por el thriller?

Porque es lo que ya escribía como relato corto, asesinatos sin resolver o cosas de ese tipo. Cuando me senté a escribir la novela fue algo muy natural porque tuve un sueño muy raro en el que un hombre desnudo caminaba por la calle con la cabeza decapitada de una mujer. Escribí un relato y pensé que igual me daba para hacer una novela. Empecé a hacer muchos capítulos cortos que cada uno fuese un relato pequeño. Así hice El día que se perdió la cordura. Tenía 45 minutos de ida y los mismos de vuelta para escribir un capítulo

-¿Esos relatos cortos los escribías solo para ti?

Sí, era mi hobby. Lo hacía para mí. Vero ha leído muchos pero nunca se los he enseñado a nadie y no creo que se los enseñe nunca a mi editorial por si quiere publicarlos.

-El día que se perdió la cordura marca un antes y un después, ¿qué queda de ese Javier que un día perdió el anonimato?

Queda la misma ilusión. Me siento afortunado de lo que está pasando, del furor que hay con cada uno de mis libros. Siempre he sido muy agradecido con la gente y eso queda seguro.

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-También se prepara la serie de El día que se perdió la cordura, ¿qué nos puedes adelantar?

Sí, está firmado con Mediapro pero sigue en el aire. Tiene muy buena pinta el proyecto pero avanza a ritmo muy lento

-La chica de nieve, serie basada en tu libro, está entre las más vistas de Netflix desde el primer día, ¿qué sientes?

Es alucinante, estamos sorprendidos con la acogida que está siendo inesperada. Sabíamos que era una buena historia y con buena actuación, pero no esperábamos esta locura, la viralidad... 

-¿Qué anécdotas ocurrieron en el rodaje?

Fui a algun rodaje porque me pillaba cerca de casa, pero he estado más con los guiones, la preproducción para que la trama fuera lo más posible al libro pero buscando el alma de la historia para mantenerla

-¿Diste algún consejo a los protagonistas para preparar los personajes?

Cuando visitaba el set hablaba con todos. Con Aixa Villagrán, Milena Smit, José Coronado... Aunque a él no hace falta decirle nada porque ha sido periodista un montón de años en la serie Periodistas (risas).  Milena me preguntaba muchas cosas y aceptaba todos los comentarios. Ella no había leído el libro y me preguntaba, ¿el personaje haría esto? Ha sido muy bonito, cada visita al rodaje era una oportunidad para hablar, profundizar, contar matices.... El resultado es un espectáculo.

-¿Has hablado con ellos tras el éxito arrollador de la serie?

Sí, estamos por WhatsApp preguntándonos qué está pasando. No tenemos ningún grupo porque cada uno tiene su jaleo, hablamos individual, estamos todos alucinando

-¿Cómo te sentiste haciendo un cameo?

Fue un día muy bonito, es la escena ya final y surgió la idea del cameo pero estaba claro que no podía ser durante la trama para no sacar de la historia. Fui con mi hija y es inolvidable porque estaba tan ilusionada rodeada de actrices, de cámaras... Fue super bonito

-¿Escribes algo infantil para tus niños?

Yo les cuento de qué van mis libros más o menos y justo estoy escribiendo un libro infantil para que puedan leer cuando tengan 9 o 10 años, pero no con la intención de publicarlo, solo para ellos, que lo disfruten. Lo hemos creado entre los tres.

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-Atraviesas una bonita etapa también personal, ¿cómo ha sido formar una familia numerosa en medio de este caos?

Paré la gira el 1 de marzo para asegurarme de que estaba en casa las últimas semanas. Me daba vértigo pensar que pueda perdérmelo porque encima al ser el tercero era rápido.

-¿Cómo habéis vivido en casa este tercer embarazo que ha coincidido con dos ‘partos’ como son el libro y la serie?

Ha sido una locura, es el primer trimestre del año más loco de mi vida. Con mucha emoción. Como Vero estaba en la recta final era complicado este trajín, venir a la premiere...

-¿Qué parte del éxito debes a tu mujer?

Mucho. Es impensable que yo me dedicara a esto de no ser por ella. Me animó a dar el salto después del inesperado éxito de la primera novela. Me animaba a dar el paso, es más valiente que yo, que me gusta tenerlo todo controlado y tengo más miedo. Además tiene muchos seguidores y me abre la puerta a mucha gente que no me hubiera conocido, eso es innegable. Esa primera ventana me la abrió ella.

-El amor está presente en tus libros, ¿cómo es tu historia personal Verónica?

Llevamos muchísimos años juntos y nos conocimos por amigos en común. Nos enamoramos muy pronto, empezamos a salir muy pronto... Es muy bonito eso de ir creciendo juntos, el uno apoyando al otro, compartir los sueño del otro y hacerlos propios..

-¿Qué dicen tus hijos cuando la gente te reconoce por la calle?

Son muy pequeños pero me preguntan que si soy famoso. Muchas veces quieren salir en las fotos que me piden.

-¿Nos cuentas cuál es tu talento oculto, tu afición y el mejor plan en familia?

Mi talento oculto es que puedo doblar los pulgares hacia atrás. Mi afición es tocar el piano, he empezado a dar clases con mucha ilusión porque siempre me ha gustado mucho la música. También me ha gustado siempre mucho el deporte y he hecho triatlones, ahora solo hago ejercicio para mantenerme en forma. Mi plan en familia es hacer una ruta de senderismo por el campo con los niños y con Kiwi.