Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana, a punto de firmar el divorcio

El abogado de la extenista ha dado a conocer que el juicio se celebrará el 17 de marzo en la Audiencia Provincial de Barcelona

Por hola.com

Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, aún no están divorciados. La pareja, que anunció su separación en el año 2018, tiene varios frentes judiciales abiertos en cuanto a la custodia y manutención de sus hijos, los bienes en común, así como los problemas financieros de la pareja por los que existe una petición de cárcel. Según ha adelantado El País, el divorcio pronto podría llegar a su fin. La mejor tenista de todos los tiempos y su exmarido, el empresario catalán, ya tienen fecha para el juicio que se celebrará el próximo 17 de marzo en Barcelona.  La tricampeona de Roland Garros presentó un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Barcelona contra la sentencia dictada hace más de un año por el Juzgado de Instrucción nº 2 de Esplugues de Llobregat que aprobaba el divorcio. 

VER GALERÍA

Según el abogado de la extenista, Ramón Tamborero, se ha fijado esta fecha del 17 de marzo para deliberación, votación y fallo, lo que no significa que se conozca la sentencia ese mismo día. La extenista barcelonesa desea terminar de una vez por todas el proceso, sobre todo por el bien de los hijos que tienen en común, Arantxa y Leo, de once y nueve años, respectivamente.

-En ¡HOLA!, Arantxa Sánchez Vicario: 'Mi única preocupación es lo mal que lo están pasando mis hijos'

-Arantxa Sánchez Vicario recuerda a su padre y revive con dolor el drama familiar

En marzo de 2019 Josep Santacana presentó la solicitud de divorcio en un juzgado de Espluges de Llobregat. Entonces  Arantxa apeló al Tribunal español para que el juicio de su divorcio se celebrase en Estados Unidos y no en nuestro país, ya que ambos residían entonces en Miami junto a sus hijos. Al disolverse el matrimonio en España entraría en vigor el acuerdo de separación de bienes que ambos firmaron antes de casarse. Sin embargo ese acuerdo no es válido en Estados Unidos, de ahí el interés de Santacana de que el caso se resolviese en España. Del mismo modo la extenista pretendía en Miami obtener una mayor información sobre los activos que, presuntamente, controlaba Josep Santacana y que quiere recuperar.  Finalmente ha sido la justicia española quien resolverá el divorcio y así lo decidió la Corte de Miami, que habría facilitado una declaración jurada sobre los bienes, finanzas, gastos e ingresos de cada uno que ambos presentaron en los juzgados de Miami 

VER GALERÍA

"Me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida", confesaba en la revista ¡HOLA! al hacer pública su separación. Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se casaron en 2008. La familia de la extenista nunca vio con buenos ojos esta unión, pero la deportista estaba tan enamorada que hizo caso omiso a los consejos de sus seres queridos. La extenista llegó a revelar tras su separación que los trofeos y sus cosas personales se los había llevado su exmarido: "Están en casa de sus padres y voy a intentar en algún momento recuperarlos".

Otro de los asuntos más espinosos del divorcio son los bienes del matrimonio y la delicada situación económica en la que, supuestamente, su marido la habría dejado: "Solo llevo tres semanas con este caso, pero no he visto ningún papel que refleje una propiedad a nombre de Arantxa. El caso no es difícil, pero es complicado porque no sé dónde están todos los activos. Sin embargo, no hemos acabado de investigar todos los hechos, no tenemos todos los documentos, todas las escrituras… pero, hasta ahora no hay ninguna propiedad", decía el abogado de Arantxa al inicio del proceso en Miami.

A esas dificultades se une la petición de cárcel que el Banco de Luxemburgo habría solicitado para Arantxa y su marido, por una supuesta deuda de siete millones y medio de euros. El Banco solicitó para el matrimonio cuatro años de cárcel por alzamiento de bienes y una indemnización de 6.170.942 euros (cantidad a la que habría que sumar los correspondientes intereses y costas procesales). Un juicio que está aún pendiente de celebrarse.