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Este mes de junio marcará para siempre la relación de Carlota Casiraghi y Dimitri Rasam. Después de algo más de dos años y medio de relación, la pareja se casaba el día uno en Mónaco. Una boda que han repetido, ahora por lo civil, en Saint-Rémy-de-Provence. Y a pesar de que todos los preparativos relacionados con estas celebraciones los han mantenido en secreto, ahora que se conocen detalles ha quedado claro que los protagonistas no han dejado nada al azar, todo tiene un por qué y un significado.
Por todos es sabido que Carlota está muy unida a su madre, Carolina de Mónaco, quien ha estado a su lado en cada paso que ha dado y en cada decisión que ha tomado. "Los hijos no nos pertenecen. Puedes mostrarles puertas, quizá, probar para darles las llaves. Pero ellos tienen que elegir la puerta y usar la llave", aseguraba la princesa en ABC News. Y es precisamente este apoyo incondicional lo que la joven ha querido agradecerle. Para ello, la amazona le ha hecho varios guiños en su boda.
El primer homenaje llegaba a la hora de elegir lugar. Y es que este espectacular enclave de la Provenza es uno de los sitios más especiales para Carlota y también para Carolina. La hija mayor de Rainiero de Mónaco se refugió allí tras el trágico fallecimiento de Stefano Casiraghi, con el que curiosamente también se casó un día 29, aunque en su caso fue en diciembre. Así, esta localidad se convirtió no solo en su tabla salvavidas sino también en su hogar y en el de los tres hijos que tuvo con el malogrado deportista. Fue este pueblo en el que todos ellos comenzaron a escribir un nuevo capítulo en sus vidas y encontraron la calma, la paz y el anonimato que tanto necesitaban.
Todos los rincones de la localidad en la que han vivido los Casiraghi
Además, la fecha tampoco ha sido casual. Y es que el 29 de junio, día en el que se celebraba la boda religiosa de Carlota y Dimitri, es también la fecha que eligió Carolina de Mónaco para su primer "sí, quiero", el que le dio a Philippe Junot. En esta ceremonia civil, la princesa lució un vestido que tiene muchas similitudes con el de Casiraghi: ambos tienen escote semitransparente, mangas sueltas y detalles florales bordados.
La inspiración de Carlota en su look nupcial
Pero Carlota no solo ha tenido en cuenta todos estos detalles. Ya en su boda civil quedó claro que tiene muy presente a los allegados que ya no están con ella. Entonces, el vestido blanco que lució en la fiesta te trasladaba directamente a los glamurosos años 50, en los que Garce Kelly era un auténtico referente. Además, aunque fue una gran sorpresa que apostada por un minivestido de Yves Saint Laurent para la ceremonia civil, celebrada en el palacio Grimaldi, lo cierto es que siguió los pasos de su madre. Carolina de Mónaco se casó en el mismo sitio y también se decantó por un look corto.
Todos los detalles de la fiesta que Carlota y Dimitri ofrecieron en el Principado
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