Parecía que Alba Carrillo había optado, en las últimas semanas, por la discreción en lo referente a su vida personal. La modelo, siempre abierta y dispuesta a responder a las preguntas, sorprendió mostrándose más silenciosa y reservada, pero este viernes ha regresado a lo grande concediendo una sincera entrevista en la que ha dado todo tipo de detalles sobre su divorcio.
Alba visitó el plató de Sálvame Deluxe para hablar de los meses tan duros que ha vivido. Porque no ha sido nada fácil: "Tuve que estar ingresada en la clínica López Ibor porque no podía ni dormir", ha confesado. Fue entonces cuando supo que había tocado fondo. "Feliciano no lo sabe", revela. "Si lo está viendo se está enterando ahora, era una persona que no tiene en cuenta muchas cosas de mí y de mi hijo, qué más le va a dar que yo esté en la López Ibor", añade.
Nada hacía presagiar que acabarían así cuando se conocieron: "Él me vio en una revista que había cortado con Fonsi y a través de una amiga en común empieza a mandarme mensajes e interesarse por mí", recuerda Alba. "Yo estaba en un momento complicado, me estaba separando de Fonsi y él fue un apoyo enorme en ese momento. Tiene mucha labia". Comenzaron entonces una relación que fue evolucionando hasta que, en 2015, decidieron dar el gran paso de pasar por el altar. Alba asegura que empezó a ver cosas que no le gustaban durante su pedida de mano, cuando Feliciano le pidió matrimonio en una cena con el cuñado de la modelo a pocas mesas de distancia: "Estábamos los dos juntos, cena romántica, y el hermano en el mismo restaurante que nosotros, y empezó a cantarme Julio Iglesias", cuenta.
Al parecer, Alba no terminaba de sentirse aceptada por el círculo familiar del tenista: "Cuando entras más en la familia es cuando te ven como una amenaza", afirma, agregando que se entrometían demasiado en sus decisiones, tanto que la organización de su boda se convirtió en "un drama". "Drama por la familia, opinaban de todo, yo les quería como unos padres", declara. Tampoco su relación tras pasar por el altar mejoró: " Yo esperaba otra cosa, una relación como Dios manda", lamenta.
Revela que, en el tiempo que estuvieron casados, buscaban tener un hijo. Pero el bebé nunca llegó, pues pocos meses después, como Alba contó en la revista ¡HOLA!, Feliciano le pidió el divorcio: "Me dijo: 'A lo mejor dentro de unos meses, lo arreglamos y rompemos los papeles del divorcio. Pero de momento nos divorciamos. Yo pensaba que nos íbamos a reconciliar", dice la modelo, asegurando que le consta que durante su matrimonio Feliciano tuvo varias aventuras y que ha llegado a "sentir asco por cómo dejó la relación". Hay algo que se le ha quedado marcado del tenista: "su mirada". "Cuando estaba desesperada, intentando salvar una cosa que era insalvable, estaba haciendo aguas un proyecto de futuro en pocos meses y él me miraba con una frialdad...".
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Ha sorprendido al confesar que, en parte, empezó su relación con Feliciano para que "Fonsi viera que yo podía seguir sin él, porque al final el padre de un hijo te marca mucho". A pesar de haber tenido sus diferencias, afirma que aún se tienen mucho cariño. "Yo adoro a Fonsi, te parezca bien o no. Igual que él me quiere a mí, no digo de enamorada ni nada. Y hace poco estuvimos hablando de una cosa del colegio del niño y me dijo Alba te quiero mucho y te tengo cariño y yo a él también". Al preguntarle Jorge Javier Vázquez si le extrañaría saber que sus dos exparejas han quedado a sus espaldas, responde que es consciente de que ha sido así.
"En el cumpleaños de Lucas, Feli se puso en contacto con Fonsi, yo estaba organizando el sitio con él y con Marta, le dijo que quería pasarse a dar un regalito al niño. Y yo me negué", comenta. "El niño lo ha pasado mal, se ha recuperado y este hombre no va a seguir en nuestra vida". Alba no pudo contener las lágrimas al hablar de su hijo, a quien Feliciano, en su opinión, no le trataba con suficiente cariño: "Le culpo de que de repente el niño le empezó a molestar, y tú no sabes lo que es que a una madre le puede doler eso y más cuando no es su padre".
