La Infinita solo tiene 4 habitaciones, dos dobles con balcón y dos abuhardilladas. También hay rincones de lectura, jardín y, más allá, un molino recuperado también como alojamiento. La historia de este antiguo molino comenzó hace ya mucho tiempo, cuando aquí se molía la harina de maíz para todo el valle que servía para generar la electricidad del pueblo. El recuerdo siempre estará presente en este lugar convertido en los años ochenta en una preciosa casita donde disfrutar de intimidad con familia o amigos.
De alquiler íntegro, el molino puede acoger a a un total de 6 personas en sus dos habitaciones dobles con baño, una con un pequeño balcón y la otra con vistas al río. Cuenta con salón con chimenea, cocina equipada y un jardín privado donde crecen inmensos árboles y pasa un precioso río en el que chapotean las nutrias. Habitación doble: desde 94 € (lainfinita.com/el-molino).