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Las playas infinitas de Punta Cana, a orillas de un mar de aguas turquesa, se encuentran entre las más hermosas del Caribe. Una costa de 50 kilómetros dedicada al hedonismo más puro -ese que busca el placer como fin- gracias a los complejos de lujo situados en la que es la gran joya de la República Dominicana, situada al este del país.
Grandes resorts, un magnífico puerto deportivo y la cercanía del aeropuerto internacional han convertido Punta Cana en uno de los destinos turísticos más demandados del Caribe y en especial la zona de Cap Capa, el complejo residencial más exclusivo, privado y exquisito en el que se encuentra la marina más grande de todo el Caribe.
UN PARAÍSO ENTRE EL MAR Y EL GOLF
En este destino de ensueño descubrimos The Residences at The St. Regis Cap Cana (srresidencescapcana.com), un resort de lujo con hotel y 70 residencias junto a los hoyos uno y dos del campo de golf de Punta Espada -galardonado como el mejor campo de golf del Caribe y uno de los mejores del mundo- y frente a una pequeña bahía que forma el mar y con acceso directo a la playa.
Las residencias, que mantienen el espíritu vanguardista del Astor’s St. Regis de Nueva York, han sido diseñadas por el estudio AG Interiors, una firma de diseño de interiores líder en el sector del lujo que ha recibido numerosos galardones. Todas cuentan con servicios personalizados a la altura de las exigencias de cada cliente, como el de mayordomía, una de las características que distingue a St. Regis desde hace más de un siglo. Atención a los detalles, intuición y perfección definen este servicio personalizado que se ofrece a cualquier hora y con cualquier solicitud. Porque en St. Regis, buque insignia de la cadena Marriot, saben que el lujo está en estos detalles.
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Con estas características, no nos extraña que este rincón caribeño haya conquistado a celebrities de todo el mundo, como el golfista español Miguel Ángel Jiménez -nacido en Málaga-, uno de los más icónicos representantes de golf mundial, ganador de cuatro Ryder Cup y más de veinte títulos del circuito profesional de golf, quien ha comprado su propio apartamento en The Residences para descansar mientras compite en Estados Unidos. “República Dominicana es mi segundo país definitivamente”, nos cuenta Miguel Ángel. “Soy residente desde el año 2018, cuando decidí dedicarme completamente al circuito Champions en Estados Unidos. En invierno voy a Europa y paso un par de meses allí pero el resto del año estoy completamente en Estados Unidos compitiendo y viviendo aquí cuando no compito”.
Su ubicación privilegiada, en medio del campo de golf, hace que The Residences sea el lugar ideal para deportistas de élite como Miguel Ángel: “Cada semana que estoy aquí viviendo voy uno de dos días a jugar a Punta Espada, un campo de golf que no tiene dos golpes iguales, tiene una variedad estupenda y las vistas al mar. Vi todo lo que estaba haciendo St. Regis a la derecha del hoyo uno y me encantó el proyecto. Me informé y decidí comprar”.
Junto al golf, el polo es otro deporte tradicionalmente arraigado a St. Regis, donde se encuentra un centro ecuestre de última generación, dos canchas de polo de clase mundial y otras que cumplen los más altos estándares internacionales.
Para practicar deporte junto al mar, pero también para el relax, porque todo en Cap Cana y The Residences incita a la calma y el disfrute. El complejo cuenta con playa privada, piscinas con un ambiente tropical y una completa oferta de bienestar gracias al Iridium Spa y el Fitness Center. No podían faltar en restaurantes, un rooftop bar o un beach bar donde probar la magnífica gastronomía a pie de playa o un cóctel al atardecer mirando al mar.
Con todos estos ingredientes Miguel Ángel Jiménez nos habla de cómo es vivir en The Residences: “Es inigualable, de aquí no me sacan. Tengo el mar Caribe a mis pies y el campo de golf de Punta Espada de Cap Cana es una de las joyas de la corona de la República Dominicana”.
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PUNTA CANA MÁS ALLÁ DEL PLACER DE NO HACER NADA
Sabemos que en un destino paradisíaco como este, y en un complejo exquisito como St. Regis, es difícil abandonar la hamaca, la playa, nuestro cóctel y querer surcar nuevos horizontes. Pero quienes se animen a descubrir los secretos de Punta Cana encontrarán un destino de naturaleza prodigiosa que ofrece un buen puñado de tentadores planes cercanos.
- Navegar en catamarán frente a arenales plagados de cocoteros, donde a bordo se disfruta de una combinación de cócteles y música sabrosona.
- A 18 kilómetros de St. Regis se puede visitar la Reserva Ecológica de Ojos Indígenas, un parque protegido con 12 lagunas cristalinas repleto de manglares donde darse un baño de agua dulce o pasear a caballo por los senderos señalizados.
- Pocos placeres superarán al de bañarse en las aguas color esmeralda de Isla Saona, hogar de delfines y tortugas marinas. Para ello hay que dirigirse al Parque Nacional de Cotubanamá y cruzar en barco por el estrecho de Catuano.
- Imprescindible en Punta Cana la visita a Altos de Chavón (a 1 hora en coche de St. Regis). Una villa de inspiración mediterránea erigida en madera y piedra coralina, donde pasear por sus bellas calles empedradas, visitar el anfiteatro y curiosear en sus ‘tiendecitas’ de artesanos locales y galerías de arte.
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