¿QUÉ ME LLEVO DE RECUERDO?
Lo más típico son los artículos de lana, los encajes, las antigüedades, el cristal, la joyería, la madera tallada, el chocolate o los licores, con la gran ventaja de que los precios son muchísimo más bajos que en los países nórdicos. Y si para recuperar fuerzas, después de una agotadora jornada de compras, apetece probar las especialidades culinarias de la ciudad, no hay que dejar de pedir pirukas, una especie de pastel o empanada rellena de carne, zanahoria o col, las marineeritud angerjas, una anguila marinada y, de aperitivo, keel hernestega, a base de lengua.