Románticas son las espectaculares villas privadas del hotel, diseñadas por el interiorista Pascua Ortega, como también lo es alojarse en la exclusiva suite Imelda, que cuenta con privilegiadas vistas al mar y a la isla de La Gomera. Esta suite es una de las últimas propuestas de alojamiento, consta de dos plantas, en las que se distribuyen tres habitaciones, tres baños y dos terrazas privadas, una de ellas con jacuzzi exterior. Su baño principal cuenta además con una gran bañera ovalada presidiendo la estancia, resaltada por la luz natural que entra a través de su gran ventanal, y que permite disfrutar de un exclusivo baño con vistas al cielo o los primeros rayos de sol.

Y para guardar como recuerdo de esta escapada romántica, una excursión a bordo de un yate privado recorriendo la costa sur de la isla de Tenerife, o el relajante ambiente de paz que se respira en el Bahía Wellness Retreat. Un exclusivo espacio que ofrece la combinación perfecta entre armonía, belleza y energía. Sumergirse en su circuito de talasoterapia al aire libre con agua directamente extraída del océano Atlántico o disfrutar de rituales y tratamientos en pareja en la privacidad de su Suite doble Drago, es un placer para los sentidos.

Este viaje idílico puede culminar con una cena íntima en alguno de los nueve restaurantes del hotel, que brindan una vuelta al mundo a través de los sabores, con referentes de la alta cocina de Japón, Francia, Italia, México y, por supuesto, la esencia de la gastronomía canaria.