Oliver Bridges fundó el grupo de teatro de la localidad inglesa de Reading. Después, toda su familia se vería embarcada en la magia de interpretar. Roger y Sally, padres de la pequeña Kate, siguieron la tradición del patriarca y con ellos sus hijas, Anna, Beth y Kate.
Kate dio sus primeros pasos en anuncios comerciales, más concretamente en uno de cereales. Era un comienzo modesto para una carrera que se transformó en un auténtico sueño. Primero fue su papel de adolescente asesina en la más que recomendable Criaturas celestiales. Luego, un papel secundario que le valió nominación para Oscar en Sentido y sensibilidad. Un año más tarde, el carismático James Cameron la seducía para interpretar la heroína romántica de Titanic. Y de nuevo nominada. Sin embargo, a Kate Winslet la comenzaron a conocer como Corsé Winslet, por todos los papeles de dama del siglo XIX.
Kate quiso cambiar de registro. Tanto en las películas, buscando proyectos más independientes, como en la vida. En Marruecos conoció al que se convertiría en su marido, Jim Threapleton, ayudante de dirección. Se casaron en noviembre de 1998. En otoño de 2000 tuvieron una hija: Mia. Durante más de tres años, la pareja parecía simbolizar la más pura felicidad, pero en agosto de 2001 la pareja decidió separarse: "No hay terceros en esta separación amistosa. Para ambos, su hija Mia es su prioridad absoluta".
Meses más tarde, y manteniendo la pareja una buena amistad, la actriz comenzó una relación con el actor Sam Mendes. El cine, mientras tanto, seguía dándola excelentes oportunidades. Aunque tuvo que batallar para que aceptaran que ella no era una actriz al uso, con una silueta esbelta y fina. Las curvas de Kate Winslet reivindicaban un lugar para una estética alejada de las rectas que han dominado el celuloide.
