Otro de los momentos más simpáticos de la institucional sesión de fotos fue la protagonizada por Alberto de Mónaco y su hijo, que trataba de imitarle luciendo un estilismo muy similar y, sobre todo, sentándose en el sofá con porte serio, como si fuera Jacques el cabeza de familia de los Grimaldi. Su padre se colocó detrás, de pie, y con la mirada también depositada en el objetivo. Una instantánea que nos ilustra el presente y el futuro del país, pero con el toque divertido y simpático que siempre aportan los pequeños de la casa