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Los padres de la princesa Charlene se han instalado en Mónaco. Tras estar un tiempo apartada de la vida pública para recuperarse, la esposa del príncipe Alberto va tomando poco a poco las riendas de su vida de nuevo. Una mejoría en la que ha sido esencial el apoyo de sus seres queridos. "Son mi roca", aseguraba la exnadadora olímpica en una entrevista con el periódico local Monaco Matin. Ahora, según ha podido saber Gala y Daily Mail, sus progenitores, Lynette Humberstone y Mike Wittsock, han fijado su residencia en el principado para estar más cerca de ella, dándole todo su cariño.
Los medios de comunicación ya citados, mencionan que han elegido la localidad francesa de La Turbie para mudarse. Este pueblo galo está situado a pocos kilómetros de la capital monegasca y Roc Angel, residencia privada de verano de los Grimaldi en la que Charlene encontró refugio al inicio de su enfermedad. Una breve distancia que permite a la Princesa disfrutar de tranquilos planes con sus padres, que siempre les ha gustado mantenerse en un discreto segundo plano, como salir a pasear o desayunar.
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Cabe recordar que su hermano mediano, Gareth, lleva viviendo en Mónaco desde 2011, justo después de la boda entre la princesa Charlene y el príncipe Alberto. Licenciado en ingeniería informática, en el principado empezó una historia de amor con Roisin Gavin, de origen irlandés, que acabó convirtiéndose en su esposa y madre de sus dos hijos: Kaia Rose y Bodie. Los niños suelen compartir mucho tiempo con sus primos Jacques y Gabriella. El tío de los mini-royals mantiene una vida pública muy activa, se le pudo ver en el pasado Día Nacional con el resto de la familia principesca, y el pasado 2022 logró la nacionalidad de manera oficial.
Una fuente cercana al palacio ha asegurado a Daily Mail que la presencia de su familia carnal hace sentir "segura y protegida" a la princesa Charlene. Recordando la rutina despreocupada, lejos de las obligaciones sociales, que solía llevar en su tierra natal, Sudáfrica, antes de convertirse en miembro de la realeza. Igualmente, esta persona ha declarado que otro de los grandes pilares de su vida está siendo la fe católica.
Los últimos actos públicos de la princesa Charlene
La última vez que pudimos ver a la Princesa en un acto oficial fue a principios de este mes de enero, en el funeral del arzobispo Bernad Basi, religioso que mantenía una estrecha conexión con los Grimaldi. Ha sido la gran ausente durante las despedidas de Max de Baden y Constantino de Grecia II, porque, como apuntaba el hijo del fallecido Rainiero, la recuperación es un proceso largo y a veces no se encuentra del todo dispuesta. "Está aún cansada, hay que dejarle todavía tiempo para que se recomponga, estoy seguro de que lo hará".
Además del cariño de su esposo, los pequeños Jacques y Gabriella, que el pasado diciembre cumplieron ocho años, son los encargados de sacarle una sonrisa. Una de las cosas que más apenaba a la princesa Charlene durante el tiempo que estuvo ausente era no pasar tiempo con sus hijos. Por ello, siempre que su agenda se lo permite, comparte tiernos momentos con ellos.
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