Se han propuesto acallar los rumores que continúan planeando sobre su matrimonio, y después de que Alberto acudiera a dos actos oficiales en solitario, ayer el príncipe se dejó ver junto a la princesa Charlene en la exposición “La magnificencia y grandeza de las Casas Reales de Europa”, que tuvo lugar en el Forum Grimaldi en Mónaco.
Esta es la segunda aparición pública que realiza la pareja tras el regreso de su luna de miel en Mozambique, ya que la primera tuvo lugar el pasado 21 de julio, cuando los recién casados convocaron a varios periodistas locales para manifestar su "indignación frente a los rumores" que consideraron "insoportables", un hecho que tuvo repercusión mundial y en donde el príncipe monegasco pidió ante todo respeto para su familia. Ahora y justo cuando han cumplido ya su primer mes de casados, Alberto y Charlene no han querido perderse esta muestra en la que se muestra por primera vez al público los secretos de los hogares imperiales a través de una gran serie de retratos, esculturas, joyas, muebles...
La princesa Charlene, quien recorrió junto al príncipe cada uno de los rincones de esta exposición temporal, acaparó todas las miradas, más por su seriedad que por su vestuario, ya que se eligió un discreto, aunque favorecedor, vestido gris combinado con una chaqueta blanca y zapatos beige.
La princesa, que volvió a decantarse por un recogido bajo, pues en muy raras ocasiones deja ondear su corta melena, tan solo rompió su sobriedad cuando, tras ser recibida por los comisarios de la exposición, una niña le hizo entrega de un precioso ramo de flores, momento en el que la sudafricana esbozó una amplia sonrisa.
La primera en visitar esta muestra, formada por alrededor de 700 piezas, fue la princesa Carolina, quien antes de emprender sus vacaciones por la costa italiana en compañía de sus hijas, acudió hasta las instalaciones del Forum para ser testigo de este recorrido histórico por las monarquías de los siglos XVIII, XIX y XX. Allí, la princesa coincidió con la duquesa de Castro, Camila de Borbón-Dos Sicilias, y sus dos hijas: las princesas María Carolina y Maria Chiara, de ocho y seis años respectivamente, quienes se alegraron mucho de encontrarse con Carolina.
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