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Zara Tindall ha disfrutado de una vida tranquila ocupando un cómodo segundo plano. Siempre ha estado presente como nieta de la reina de Inglaterra pero no ha llevado el peso de un título real ni de una agenda oficial, así lo quiso para ella su madre, la princesa Ana, desde el momento de su nacimiento. Sin embargo, los últimos acontecimientos que han sucedido en torno a la familia Windsor y la atención que le está presentando la prensa británica traen a colación una pregunta: ¿Podrían ser Zara y Mike Tindall la nueva pareja estrella?
La reciente salida de los duques de Sussex y la situación del príncipe Andrés con la justicia estadounidense, que empuja a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, a ocupar un perfil bajo, ha llevado a que los duques de Cambridge sean los únicos miembros de una generación de Windsor -la generación de nietos de Isabel II- al servicio de la Corona. De forma paralela, Zara y Mike Tindall han estado de forma discreta pero activa al pie del cañón durante esta pandemia, recaudando fondos para el Servicio Nacional de Salud británico a la vez que engrosan sus actividades benéficas.
Zara Tindall, la prima con la que todos se sienten cómodos
En un momento de palacios cerrados y agendas paralizadas, la pareja ha seguido tímidamente los pasos de Guillermo y Kate y han mostrado un poco de su vida dentro de casa o en el jardín sumándose al aplauso a los sanitarios y promocionando coloridas camisetas solidarias entre sus seguidores. Zara, como ha hecho la duquesa de Cambridge durante esta pandemia, también ha estado haciendo video llamadas y conexiones en directo, en la última reveló que no descarta volver a representar al Reino Unido en las próximas olimpiadas. Hay que recordar que ella ya ganó una medalla olímpica a lomos de su caballo en el año 2012.
Solo el tiempo, y el fin del confinamiento, dirán si esta pareja, que siempre ha vivido muy libre, centrados en el deporte y en sus dos hijas, Mia, de 6 años, y Lena, de 22 meses, da un paso al frente. De momento, los deberes de representación quedan en manos de los duques de Cambridge y de los condes de Wessex, mientras que el príncipe de Gales, como Heredero de la Corona, tiene unas funciones propias, para las que también cuenta con el apoyo de la duquesa de Cornualles. Por supuesto es la reina de Inglaterra la que se sigue encargando de los encuentros la más alto nivel, como el recibimiento a los mandatarios extranjeros, sin embargo, sus 94 años le alejan de esos exigentes viajes al extranjero, que en los ultimos años ya habían quedado en manos de las nuevas generaciones.
Antes de casarse con Meghan, el príncipe Harry era el miembro de la familia real que más kilómetros recorría, ya que él tenía una agenda repleta de viajes en el extranjero, a menudo los más exigentes a nivel físico. En octubre de 2018, ya como duques de Sussex, la pareja protagonizó gira épica recorriendo cuatro países, unas imágenes que parece que no volveremos a ver. Pero dejando al margen las grandes citas como embajadores del Reino Unido, en el día a día hay pequeños pero ineludibles encuentros para los que la casa contaban con el apoyo de los más jóvenes, en ese sentido, a menudo hemos visto al príncipe Harry o a la princesa Eugenia representar a su abuelo ante miembros de alguna de las organizaciones de la que es patrono.
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