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El padre de Mako de Japón, el príncipe heredero Akishino y hermano del emperador, ha hablado de la polémica boda de su hija que tuvo lugar el pasado 26 de octubre. La ya exprincesa se casó con su novio, el abogado Kei Komuro, y tras inscribir su matrimonio en el registro civil, la pareja ha empezado una nueva vida en Nueva York. Las damas de la Casa Imperial que contraen matrimonio con personas que no tienen sangre azul quedan automáticamente desvinculadas de sus deberes institucionales. Pero en el caso de Mako tampoco tuvo la oportunidad de tener una boda tradicional nipona ni de contar con el ceremonial milenario de la Corte. El heredero al trono del crisantemo ha dicho que decidió que Mako no tuviera ningún rito tradicional sintoísta debido al escándalo financiero de la madre de su marido y que generó muchos comentarios en la opinión pública.
La polémica viene a raíz de una disputa que la madre de Kei Komuro mantiene con su expareja. Ella asegura que él le regaló una cantidad de dinero para que pagara la educación de su hijo, mientras que él dice que fue un préstamo que nunca se pagó. Tras casarse, la pareja dio una conferencia de prensa en la que a Mako le hubiera gustado abordar el tema, pero no aceptó preguntas ya que se encontraba muy afectada emocionalmente por el asunto. “Hasta el último minuto, Mako había querido que la rueda de prensa fuera bidireccional, pero fue difícil por su complejo trastorno de estrés postraumático", dijo el príncipe Akishino y agregó que hubiera sido mejor si su yerno hubiera tenido “la oportunidad de hablar” y responder a preguntas sobre los problemas económicos de su familia. La pareja leyó un comunicado y contestó después por escrito a cinco preguntas previamente seleccionadas.
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Sobre la marcha de la exprincesa, su padre asegura que su irse a Estados unidos es “lo mejor para ellos”. También advirtió que la Familia Imperial podría tomar medidas contra los medios de comunicación que publiquen informaciones falsas sobre sus miembros en el futuro. “Hay muchas cosas que se leen en los tabloides que son inventadas, aunque también hay algunas opiniones que deberíamos escuchar”, aseguró Akishino cuando se le preguntó sobre la cobertura mediática que se hizo del asunto y el estrés que sufrió su hija. Sobre las informaciones que circulan por internet manifestó que: “Hay muchos comentarios y algunos de ellos dicen cosas realmente terribles”, agregó. “Las calumnias son palabras que hieren profundamente a las personas y no deben tolerarse independientemente de dónde estén: en Internet o en las revistas”.
Mientras, Mako fue vista la semana pasada por la Gran Manzana, donde ha creado su hogar en el barrio de Hell’s Kitchen, situado al noroeste de la isla de Manhattan. El matrimonio vive en un apartamento de un dormitorio situado en un edificio de lujo, con centro de fitness, spa, barbacoas y mesas de ping pong por el que pagan un precio de 4.000 euros mensuales. Para poner a punto su nueva casa acudió a los grandes almacenes Bed Bath & Beyond, especializados en menaje, almacenaje y productos del hogar donde adquirió perchas, toallas, cestas, papel de cocina… hasta llenar el carrito.
El hueco institucional que ha dejado Mako lo ocupará a partir del 5 de diciembre su prima, la princesa Aiko, única hija de los emperadores, que este mismo miércoles cumple 20 años. La Princesa recibirá una tiara heredada, que perteneció a su tía Sayako y vestirá de blanco y de largo para ser ‘presentada’ en una ceremonia que incluye una ofrenda a los santuarios de sus antepasados, visita a sus abuelos, los emperadores Akihito y Michiko, y será distinguida con la Orden de la Precioso Corona. Lo que no habrá será un banquete de celebración.
Haz click para ver “Mako y Kei Komuro, los “Meghan y Harry” de Japón”, un documental donde esbozamos un retrato de la princesa Mako, sobrina mayor de Naruhito, actual emperador de Japón, y su pareja Kei Komuro. Una pareja que se comprometió hace cuatro años y que ha tenido que posponer su enlace en varias ocasiones. Tras la boda, la pareja comenzará una vida en Estados Unidos, lejos de su país natal, lo que les ha valido el apodo de los “Meghan y Harry” de Japón.
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