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Maternidad

Eva María Bernal: "Si vas a ser madre sola, lo primero es hacer el duelo por la familia convencional que no has tenido"


Muchas mujeres se lanzan a la maternidad sin tener pareja. Son madres solas por elección. ¿Cómo se vive la crianza sin el apoyo de otro progenitor? ¿Cómo desvelarle a los hijos su origen? Un nuevo libro explora todos estos terrenos.


Eva María Bernal© Eva María Bernal
20 de noviembre de 2025 - 13:09 CET

Eva María Bernal es madre de tres hijos nacidos gracias a tratamientos de reproducción asistida. Uno de casi 20 años, que gestó con donante masculino, y mellizos de 14 años, gracias a una donación de embriones. Es madre sola por elección, una tendencia en alza, pues según el Instituto Nacional de Estadística (INE), unas 12.000 mujeres se deciden por ello cada año en España. 

En el año 2007 participó en la fundación de la asociación Madres Solteras por Elección, junto a 21 mujeres más. Hoy son unas 4.000, en un movimiento que ha logrado que las familias monoparentales disfruten del permiso unificado de maternidad y paternidad y que sigue en la lucha para que las familias monoparentales con dos hijos sean consideradas familias numerosas. 

Su experiencia como madre sola en la gestación y la crianza de sus tres hijos queda recogida en el libro Sí, puedo ser madre sola (Ed. Plataforma), una guía práctica con información clara para las mujeres que se plantean esta opción. Hemos charlado con ella.

Hay que pensarlo muy bien porque vas a estar tú sola con un hijo o con varios y cuanto más acompañada lo hagas de amigos, de familia, de grupos de crianza, de grupos de educación, mejor

Eva María Bernal, madre sola por elección

Al comienzo del libro hablas de transitar el duelo por la familia convencional que no has tenido. ¿Cómo es el proceso? 

En mi caso iba un poco forzado por la edad. Cada vez hay más mujeres que no esperan, pero, en general, solemos ser mayores de 35 años. Yo ya había tenido varias relaciones y cuando acabé con la última me dije que no podía ser que cada vez que tenía una pareja lo viera como un posible padre, porque era totalmente injusto, sobre todo para la otra persona. Me dije 'hasta aquí hemos llegado' y se me ocurrió de una manera sencilla y fluida ser madre por reproducción asistida. Me di unos siete meses para ver si me asentaba en la decisión, porque yo tenía ahí 35 años, pero ya no se me pasó. 

Como sugerencia, para las personas que tienen que transitar el duelo es que cuanto más orgánico sea, mejor. No hacerlo de manera reactiva, por ejemplo, porque has terminado con alguien. Hay que pensarlo muy bien porque vas a estar tú sola con un hijo o con varios y cuanto más acompañada lo hagas de amigos, de familia, de grupos de crianza, de grupos de educación, mejor. 

Creo que hoy día tiene menos sentido perseguir el sueño de una pareja clásica heterosexual. Hay cantidad de modelos de familia que pueden funcionar.  

Libro Sí, puedo ser madre sola© Ed. Plataforma

En el libro hablas de las distintas formas de ser madre sola. En tu caso, ¿te planteas en algún momento la adopción en lugar de la reproducción asistida?

En principio, yo quería gestar también al bebé y no tenía problemas de fertilidad, así que no lo dudé, pero cuando se empezó a complicar mucho porque no me quedaba embarazada me lo planteé porque en el fondo mi objetivo era formar una familia, no una familia con un niño de mis genes. 

Llegué a ir a una reunión informativa de adopción y me quedé embarazada al mes siguiente. Ahí ya paré. No obstante, esta es la pregunta del millón, que no se le suele hacer a las parejas heterosexuales ni a las parejas de mujeres. 

Mujer embarazada con un corazón dibujado en la tripa© Adobe Stock

Entre las preguntas que al principio te haces para saber si se está realmente preparada está si es egoísta traer a un niño al mundo sin padre. ¿Cuál es la respuesta que tú das a este interrogante después de haber sido madre de tres niños?

Que no. En mundo con esta revolución familiar y ahora revolución sexual y de género, esa pregunta yo cada vez la veo más obsoleta. Y además hay familias convencionales con muchas circunstancias, por ejemplo, donde el padre viaja y lo echan de menos permanentemente

Es verdad que yo creo que cuantas más personas hay alrededor de los niños, mejor, tanto de un sexo como de otro sexo. Al menos para mí, es importante que también haya hombres alrededor porque es otra energía, porque enseñan otras cosas, tienen un tipo de diversión diferente a la que pueden tener las mujeres...

Madre jugando en el exterior con sus dos hijos© Adobe Stock

Confiesas que esas preguntas y las inseguridades te pueden llegar a paralizar y cómo al estar sola todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre tu maternidad... 

Yo creo que de entre todos los modelos de familia, incluidos los de dos hombres, dos mujeres y, por supuesto, los heterosexuales, la nuestra es a la que la gente más le cuesta vernos como una familia entera y completa. Y sobre todo cuando vamos a por el segundo hijo se nota un montón. Porque en general todas las familias están en contra de que tengas el segundo, porque ya les parece demasiado, como 'no sabes dónde te estás metiendo'. Y efectivamente, ni lo sé yo ni lo sabe nadie. Hasta que no tienes hijos no sabes en lo que te has metido de verdad. 

¿Cómo has afrontado el duelo genético del que también trata el libro?

El duelo genético lo hice en su momento cuando fui a por el segundo. Hice cuatro fecundaciones in vitro (FIV) y el embarazo no llegaba. Cuando llegué a la cuarta FIV y me desperté y me dijeron que no habían podido recuperar ningún óvulo, dije, 'ya, hasta aquí; entiendo perfectamente que mi cuerpo está diciendo basta, yo no te puedo dar más óvulos'. Entonces recurrí a la donación de embriones.

Me preguntaba cómo decírselo a la familia, y cuando lo hice recuerdo la frase de mi abuela '¿qué necesidad hay?'. Porque les parecía un lío ya teniendo un hijo, pero es que el objetivo es mi familia y hacerla más grande. 

Ahí tuve que hacer un duelo más, porque pasaba de donación de óvulos con el esperma del donante de mi hijo mayor a una donación de embriones, que es algo mucho más complicado en cuanto a explicarles a los niños porque hay todavía más personas implicadas.

Madre con su hija felices© Adobe Stock

Abogas por ser sinceros desde que son pequeños en la revelación de su origen, ¿cómo lo has abordado con tus hijos?

Siempre he hablado de ello con naturalidad; eso no quiere decir que con facilidad. Porque yo sé que estoy hablando de temas muy profundos, pero nunca he dejado que esto se convierta en un tabú ni conmigo ni con mis familiares más cercanos o mis amigos.

Hay que crearse un discurso interno para poder explicárselo al niño. Para mí, los donantes son personas importantes que existen y de los que yo les hablo, a la vez que de los hermanos biológicos, que hay también. Yo les he hablado de ello desde que nacían, aunque no entendieran nada porque eran bebés, pero verbalizarlo te ayuda.

Los psicólogos recomiendan empezar a contarlo a partir de los tres años. Yo recomiendo antes, pero solamente para hacer un ensayo del discurso delante ya del niño, cuando todavía no te entiende; sirve muchísimo.

Mujer leyendo un cuento con su hijo© Adobe Stock

 ¿Y cómo entienden la donación tan pequeños?

No entienden nada, pero le pasa igual a los adultos, que, aunque se lo expliques, se lían. A mi hijo mayor le expliqué que mamá tenía muchas ganas de tener un niño y entonces fue a una clínica a la que van algunos chicos que son súper majos y nos ayudan a las mamás que queremos tener niños, aunque no tengamos novios, para tener los niños, y entonces me pusieron su semilla.

En el caso de los mellizos les conté que los 'huevitos' que tenemos todas las mujeres yo ya no los tenía muy bien, pero hay mujeres que nos ayudan, entonces nos dan un 'huevito' suyo, lo juntan con la semilla de un hombre y entonces así se crea un embrión que eres tú y ya vas creciendo en mi tripa.

Madre jugando con sus dos hijos en casa© Adobe Stock

¿Dirías que tus hijos, por el hecho de haberse criado en una familia sin padre, tienen alguna peculiaridad que tú atribuyas a este hecho? 

No. Cuando nos van pasando cosas, intentamos alejarnos de ese pensamiento porque lógicamente es al que nos lleva. Pero hay que preguntarse si eso en pareja podría pasar también.

Yo lo vivo más desde la dificultad logística y luego es verdad que hay unos requerimientos emocionales que para una mujer sola tres hijos es mucho. Si por el camino te pilla alguna crisis económica o alguna enfermedad, ahí se complica un montón. Pero hay que hacer las cosas lo mejor que se puede.

Madre estresada con sus hijos© Adobe Stock

Confiesas que la maternidad en solitario puede llevarte a no pedir ayuda, a creer que eres más fuerte...

Sí, en el sentido de 'soy madre soltera, tengo que poder con esto'. Hasta que no eres madre no sabes todo lo que implica. En cambio, cuando tienes el segundo o el tercero, tú ya sabes lo que puede venir y hay que ser humilde y decir 'necesito ayuda'.  

Las mujeres que nos metemos en esto le hemos dado muchas vueltas y somos muy organizadas y lo tenemos todo muy pensado, porque dependemos solo de nosotras, aunque luego haya abuelos que vayan a ayudar. Hay que saber pedir ayuda y también buscar a quién se le pide.

Madre sola con sus tres hijos agobiada© Adobe Stock

 Claro, porque también cuentas que hay gente que se va de tu vida para siempre, ¿verdad?

Sí. Pero cuando pasan estas cosas, antes de decir, '¿será porque soy madre soltera?', me planteo si eso puede pasar también en parejas.

Es como el volver a tener pareja. Es verdad que hay muchos hombres que no quieren meterse en el lío, pero también hay muchos hombres a los que les da igual que tengas hijos y que eso no te va a alejar de la relación si te enamoras. 

Madre con su hijo con un ramo de flores
© Adobe Stock

Para una mujer que se esté planteando ahora mismo ser madre en solitario, ¿cuál sería tu consejo básico?

Hacer el duelo por la familia no convencional. Eso es lo más importante de todo. Porque si no, esto puede ser un sufrimiento porque te pasan cosas bonitas que las querría compartir con una pareja, con otra familia además de la tuya. Tienes que entender que estas son tus circunstancias actuales, son tus circunstancias para formar una familia y que si no lo haces así , no formas esa familia. o lo haces así o no formas la familia.

Si prefieres no hacerlo, yo también digo en el libro que creo que es mejor parar. Una retirada a tiempo aquí es sabiduría, porque no estás implicada solo tú, sino también tus hijos. 

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