“’Según directivas editadas por el Parlamento Europeo, en su enunciado de la directiva 2009/48/CE advierten que “los juguetes destinados a emitir un sonido deberán diseñarse y fabricarse, en términos de valores máximos del ruido de impulso y del ruido continuo, de tal manera que su sonido no pueda dañar el oído de los niños’. Por tanto, el ruido sea de impulso (un sonido sin continuidad de duración inferior a 1 segundo) o continuo (duración continuada de más de 1 segundo), no tendría que superar los 80dB que marca la OMS como límites recomendables para evitar lesiones auditivas”, nos detalla Francesc Carreño, director de Audiología de GAES.

Lanzamos entonces una pregunta a todos los papás, ¿en qué te fijas o te basas a la hora de comprar un juguete a tu hijo? Los colores, los estímulos visuales, la vibración, sus valores positivos, su música y sonidos, en la edad… estos son algunos de los factores clave. Pero, de entre todas estas características hay una con la que debemos tener especial cuidado: con los juguetes demasiado ruidosos. Algunos de estos se consideran dañinos para los niños, auditivamente hablando, y “son aquellos que no cumplen con la normativa de la Unión Europea que limita a 85dB su sonido a medio metro, y siendo así, no especifiquen su uso correcto en el caso de tener sonidos altos (edad, distancia de seguridad para su uso, otros…) y explicaciones claras para los padres (consejos de tiempo de uso, distancia para su uso, etc.)”, nos dice el experto.

¿Cómo puede influir un juguete ruidoso en nuestros hijos?

Puede que para muchos padres este dato pase inadvertido pero lo cierto es que comprar juguetes que cumplan con la normativa en cuanto a la emisión de sonidos permitidos puede ser determinante para la salud auditiva de los peques. “La OMS señala que aproximadamente 34 millones de niños sufren problemas de audición. El 60% de esta pérdida auditiva en la niñez se puede evitar o reducir prescindiendo del uso de juguetes con una intensidad de sonido más alta de la debida”, nos dice el experto en audición.

Los expertos, por tanto, recomienda que el entorno y ambiente donde se mueva y juegue el pequeño debe ser “tranquilo y poco ruidoso”, por un motivo fundamental, y es que según nos cuenta el especialista “los niños son uno de los grupos más vulnerables a los efectos del ruido”.

Síntomas que pueden alarmarnos de algún problema auditivo

Los problemas auditivos en los peques pueden tener sus primeros síntomas desde edades tempranas, sobre todo, como decimos, si se hace un mal uso en la elección de juguetes, entre otros factores. Los primeros signos de alerta se captarán “observando el comportamiento del niño y su comunicación. Un pequeño que no atiende o responde al estimulo del sonido o voz humana puede ser un principio de pérdida auditiva por algún motivo transitorio o permanente que debe ser revisado por un especialista del oído lo antes posible para solventar o descartar un problema auditivo”, recomienda el experto.

En los niños que ya han desarrollado la comunicación o los primeros hitos del lenguaje será mucho más fácil detectar dichos problemas, pero en aquellos pequeños con edades más tempranas como son los bebés “el movimiento de los ojos o la cabeza hacia la fuente de sonido, o una mayor succión del chupete al producirse el estímulo serán un primer síntoma de que sí responde a los estímulos”, explica.

Estos signos de alarma también se pueden determinar en el colegio o escuela infantil, ya que un pequeño con problemas de audición puede presentar alteraciones en su desarrollo. “Si un pequeño va retrasado en la adquisición del lenguaje puede ser un síntoma de pérdida auditiva. Pero siempre se debe determinar su valoración con un especialista en audición”, dice el experto.

 

Entonces, qué tipo de juguetes están dentro de lo recomendable a nivel auditivo

A parte de, siempre tener presente no sobrepasar el número de decibelios que marca la OMS y la Comunidad Europea como riesgo, debemos saber que los estímulos sonoros en los pequeños en realidad no tienen nada de malo, ya que “nos ayudan a ver si realmente tiene una salud auditiva correcta gracias a la atención a los estímulos y su reacción positiva”, dice el experto.

Y, por tanto, son adecuados para el disfrute y juego del pequeño en su edad temprana, todos aquellos juguetes en los que “vengan especificadas en las instrucciones las recomendaciones de uso a nivel auditivo, así como aquellos juguetes que sean utilizados con responsabilidad siguiendo las pautas de uso a nivel de tiempo de exposición al ruido y distancia”, añade.

 

¿Qué hacer en caso de daño auditivo?

Si sospechamos de que nuestro peque puede tener algún problema auditivo, los pasos a dar serían los siguiente, según nos cuenta el experto:

1. Tener primero una buena valoración del caso y la confirmación de pérdida de audición por parte de un especialista del oído.
2. Si se confirma esta pérdida, realizar en centros audiológicos especializados infantiles la evaluación y orientación del caso del niño conjuntamente con los padres.
3. Realizar la adaptación pediátrica de las mejores soluciones auditivas (audífonos) para el pequeño lo antes posible con el objetivo de que no pierda un tiempo valioso en su proceso de maduración auditiva, y no comprometer su comunicación en este momento tan importante de su vida, donde está adquiriendo lenguaje y desarrollo cognitivo a través de la audición.