Katherine Swarzenegger en su boda o cuando el segundo vestido de novia supera al primero

La escritora, que se ha casado con Chris Pratt, apostó por Giorgio Armani en sus dos looks nupciales

Por Regina Navarro

Solo seis meses después de anunciar su compromiso, el actor Chris Pratt y la escritora Katherine Schwarzenneger se dieron el 'sí quiero' en una ceremonia íntima celebrada en Montecito (California), en la que estuvieron acompañados por sus familiares y amigos. Para una ocasión tan especial la novia eligió un elegante vestido de corte sirena firmado por Giorgio Armani. Un modelo que, horas después, sustituyó por un segundo diseño.

Es habitual que la mayoría de las novias, sobre todo royals y celebrities, sorprendan con un segundo vestido el día de su boda. Por norma general, el primero suele tener un aire más clásico y acorde al emplazamiento en el que se celebra el enlace –sobre todo si se trata de una iglesia–; el segundo, pensado para la fiesta, se asemeja más a los diseños que eligen muchas invitadas en cuanto al corte y al estilo se refiere. Eso sí, la mayoría optan de nuevo por el color blanco. Un ejemplo fue Meghan Markle que eligió un look sobrio, firmado por Clare Waight Keller para la ceremonia y lo sustituyó por el famoso vestido de escote halter diseñado por Stella McCartney; o Carlota Casiraghi, que dio el 'sí, quiero' a Dimitri Rassam con un look de Saint Laurent para apostar, después, por uno de Chanel.

Katherine Swarzenegger, sin embargo, prefirió mantenerse fiel al diseñador y elegir de nuevo a la casa italiana Armani para sorprender con un segundo vestido que rivaliza con el primero en elegancia y sencillez. Si para la ceremonia optó por un vestido de encaje, que acompañó de un velo de tul que ya utilizo su madre, y unos pendientes que pertenecieron a su abuela, para la recepción posterior eligió un vestido de satén de seda en color marfil y con mangas drapeadas de Armani Privé. Un elegante y favorecedor diseño con el que se suma a una de las tendencias más buscadas por las novias actuales: las mangas caídas, un detalle por el que ya apostó Coral Simanovich.

Aunque el escote corazón y el palabra de honor siguen siendo los más buscados por infinidad de novias, lo cierto es que cada vez más los diseñadores y las propias mujeres están dispuestos a experimentar y probar nuevas opciones. Firmas como Rivini propusieron en su colección Primavera-Verano 2020 hasta 30 escotes diferentes, con los que convencer a todas. Pero son las mangas caídas las que más gustan. Este tipo de diseños son perfectos para novias que buscan favorecer su silueta con escotes pronunciados o llamativos. También para aquellas que no quieren renunciar a las mangas, pero prefieren que su protagonismo quede relegado a un segundo plano. Estos diseños, elegantes y sensuales, compiten con otros de mangas voluminosas, tipo farol. Dos opciones que prometen conquistar a muchas mujeres en los próximos meses.