Alianzas de boda: nuevas formas de llevarlas, diferentes y personalizadas

Firmas como Taller Silvestre y Villalegría idean nuevas fórmulas que se adaptan a las tendencias sin dejar de lado la tradición y el mimo por el detalle

Por María Calvo

Del mismo modo que los vestidos de novia, la decoración de las bodas o el propio menú del banquete se adaptan a unos nuevos tiempos acordes con las tendencias, debe suceder lo mismo con esos pequeños detalles que, a veces, pueden quedar relegados a un segundo plano. Sin embargo, poner el foco de atención en ellos es esencial para que todo salga perfecto en un día tan especial. La forma de portar los anillos y las arras hasta el altar es algo que, en ocasiones, puede pasar desapercibido. Sin embargo, existen firmas con mucho encanto que miman hasta el más mínimo detalle para hacer mucho más bonito el momento más emotivo de la ceremonia. A continuación, dos nuevas ideas para dejar un lado los obsoletos cojines y cestas con los que se portaban las alianzas.

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Bajo el lema “no tengas nada en tu casa que no sea útil o consideres bello", de William MorrisTaller Silvestre construye su propia filosofía vital, basada en la artesanía contemporánea. Sus piezas son únicas, singulares, realizadas a mano con un diseño atemporal y siempre rindiendo homenaje al trabajo realizado con las manos. Creen en la recuperación y revalorización de los gremios como única fórmula para asegurar un futuro sostenible. Entre sus piezas textiles y cerámicas, encontramos una selección de bastidores de madera decorados con flores y plantas silvestres que el propio taller recolecta. Con ellos componen paisajes que capturan la belleza del bosque y las vivencias ligadas al campo, componiendo un lienzo artístico, único e inmejorable sobre el que portar las simbólicas alianzas. La naturaleza está presente en cada pieza, recordando que lo más importante es el proceso, es el cómo. En su afán zero waste y compromiso con el medio ambiente, entregan los trabajos en bolsas de algodón orgánico reutilizable y confeccionoan las etiquetas, una a una, con sobrantes textiles que estampan manualmente.

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El valor artesanal, esta vez el de las costureras, se revaloriza en el trabajo de Villalegría, una empresa textil bautizada con el nombre de una casa situada en una finca de olivos, próxima al Mediterráneo. Con estas raíces, crean un proyecto ligado a la naturaleza, al trabajo manual y a una filosofía slow que convierte las texturas de calidad en el nexo de unión de su lencería de hogar. Sus propuestas son prácticas, bonitas y están elaboradas con ricos materiales como linos fabricados desde hace siglos por maestros lineros en Bélgica y los algodones más finos. Entre ellas encontramos unos saquitos muy especiales para llevar las alianzas. Se pueden personalizar con lazos de terciopelo de color y con las iniciales de la pareja si se desea. Dentro llevan un cojín que llevan una tira de dos vueltas de terciopelo, a juego con el lazo, para que se anuden ahí las alianzas. El interés de Villalegría es, además de la excelencia del producto, adaptarse a las necesidades del cliente y ofrecerle un trabajo hecho a su gusto y medida.