Blake Lively 'en modo neón', ¿gran acierto o craso error?

La actriz llegaba a la gala del American Ballet con un Óscar de la Renta amarillo fosforito que podía verse a larga distancia

Por Ángela F. Del Río

¿El ‘estilo Lively’ no es infalible? ¿Se nos ha caído un mito? Antes de dar una respuesta, vayamos a los hechos. La Ópera Metropolitana de Nueva York celebraba su anual Gala de Primavera del American Ballet Theatre con su consiguiente alfombra roja. Sobre ella se dieron cita rostros conocidos como Katie Holmes, Nicky Hilton o la gran esperada, Blake Lively —es decir, algunas de las celebrities que no habían viajado a Cannes y continuaban con sus compromisos profesionales en territorio patrio—. Pues bien, la llegada de Lively no se hizo esperar y de hecho se la pudo ver a una distancia más que prudencial. La intérprete de 29 años dejaba a Ryan Reynolds en casa y acudía en solitario al evento, pero lo cierto es que aunque no fuese así, incluso su apuesto marido nos habría pasado desapercibido. Y es que la bellísima actriz no dudó enfundarse un vestido amarillo que brillaba con luz propia, literalmente.

¡Olvida los clichés y las supersticiones! Sin duda, el amarillo es una de las tonalidades estrella de la temporada, sobre todo en cuestión de vestidos de fiesta y red carpets. Sin embargo, el diseño elegido por Blake Lively iba un paso más allá, decantándose por el acabado neón de esta tonalidad —el mismo color de los rotuladores para subrayar de toda la vida—. A la hora de elegir un look triunfal para asistir a la cita, la intérprete apostaba por un diseño perteneciente a la colección Otoño-Invierno 2017/2018 de Óscar de la Renta, caracterizado por su escote palabra de honor de estilo bustier, falda drapeada cruzada y una amplia abertura que dejaba su pierna izquierda al descubierto. Sin duda, un modelo de lo más sensual y audaz con el que la actriz pretendía marcar la diferencia.

En cuanto al resto de complementos y prendas con los que completar su estilismo, Blake optaba por unas sandalias glitter de corte minimalista firmadas por Stuart Weitzman, así como por unos favorecedores pendientes en color aguamarina, una tonalidad con la que la hemos visto en numerosas ocasiones y que le favorece sobremanera. Finalmente, un abrigo cruzado de estilo batín en color fresa, con el que ya formaba un auténtico color-block vibrante y casi fosforito. Visto el estilismo al completo, ¿qué te parece el outfit de la actriz? ¿Te atreverías con una tonalidad similar?

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