Un estudio determina si los perros prefieren a los hombres o a las mujeres como humano de referencia

Los canes comprenden a la perfección cuál es el género de los humanos con los que conviven, y tienen preferencia por uno de ellos ¿quieres saber cuál es?

Por David Navarro

Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington han estudiado a lo largo de los años la afinidad que tienen los perros por los seres humanos en un trabajo de investigación que trataba de comprender mejor cómo los canes y las personas evolucionamos juntos, buscando explicaciones culturales y de comportamiento. Para ello trabajaron recabando datos de la experiencia de más de 800 etólogos y revisaron casi 150 proyectos de investigación anteriores relacionados con diferentes culturas. El objetivo primordial era comprender algo que parece muy sencillo: ¿los perros son más amigos de los hombres o de las mujeres?

Esta pregunta, que podría parecer baladí, tiene mucha importancia porque es el primer paso para ponernos en la piel del perro y discernir si existen motivaciones o condicionantes suficientes para que el ser humano se haga entender de mejor manera, por medio de cuestiones como el sonido de la voz, la calidez del trato u otras variables biológicas que van más allá como la respuesta hormonal o el olor. A este tipo de investigaciones se les denomina como etnobiológicas, pues aúnan esfuerzos tanto en rasgos culturales propios de un lugar y una época concreta, así como de investigaciones científicas a nivel orgánico.

La investigación, publicada en el Journal of Ethnobiology en 2020 no deja lugar a dudas, la mujer es la predilecta de los canes. Los vestigios de esta relación de cercanía se remontan a épocas prehistóricas, donde algunos lobos empezaban a ser tratados por los humanos como seres confiables gracias a que primero se acercaban a las mujeres de la tribu, y eran ellas las que daban carta de naturaleza a la entrada del animal en la relación con los humanos. Se podría decir que si el perro es hoy el mejor amigo del hombre, esto fue gracias al puente y a la alianza que las mujeres tendieron a éstos cuando todavía estaban sin domesticar y pertenecían a la manada de lobos.

A lo largo de la historia, el equipo de investigadores comandados por Jaime Chambers de la Universidad de Washington, han determinado que los primeros rasgos de humanidad dedicados a los perros consistieron en ser nombrados de forma individual, no como la etiqueta ‘perro’ sino con un nombre propio, además de permitirles dormir bajo el mismo techo y generar vínculos emocionales suficientes que hacían que su muerte fuera llorada. Estos usos y costumbres eran liderados por las mujeres, que ejercían el papel de protectoras y organizadoras de la convivencia del animal en la tribu de humanos. Las mujeres se han ganado la confianza de los perros de forma histórica y han sido el nexo necesario entre ambas especies, según las investigaciones etnológicas de este estudio.

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¿A qué se debe que las mujeres entiendan mejor a los perros?

Por medio de los estudios comparativos se ha llegado a la conclusión de que el timbre de voz de la mujer suele ser de mayor agrado para los perros que el que manifiestan los hombres. La voz femenina, parece ser, transmite con mayor claridad y cercanía las pautas, emociones y advertencias. Lo hace, creen los investigadores, en un marco menos agresivo que el masculino y, por tanto, más comprensible. La forma que tienen los perros de modular su ladrido y de enfocarlo a una advertencia o a una llamada de atención concuerda más con el tipo de ondas de sonido que emiten las mujeres.

Por otro lado, también el estudio determinó que las mujeres realizan un esfuerzo más significativo y con mejor resultado que los hombres a la hora de comprender las necesidades del animal, qué es lo que nos tratan de decir sin palabras, cuáles son sus carencias, miedos o necesidades vitales. Se ha determinado mediante experimentos empíricos que las mujeres decodifican mejor el sonido de los gruñidos, ladridos y lamentos de los perros, y por tanto son capaces de demostrar una mayor empatía sobre las cuestiones que atañen a los canes, favoreciendo así una mejor relación con ellos.

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La predilección por las mujeres también es una cuestión biológica

Lo interesante de este estudio es que abre el abanico a comprender mejor cuales son los condicionantes biológicos de esta evolución común entre los canes y los seres humanos, y busca también vínculos basados en aspectos que no vemos, como las hormonas.

La oxitocina es la hormona que ayuda a regular, en la sombra, los lazos que se generan entre los individuos de un grupo, y ha sido determinante a la hora de promover la evolución del ser humano, pues por medio de los sentimientos de calma, seguridad y satisfacción que incita ha sido capaz de apaciguar la parte más animal de los seres humanos, y establecer los caminos necesarios para buscar consensos, unión y comprensión. Unida a la oxitocina encontramos a otra hormona, la vasopresina, a la que se denomina coloquialmente como el “eslabón de la monogamia” porque es la que rige que los seres humanos busquen generalmente agruparse en parejas estables y éstas a su vez sean el núcleo de familias que forman parte de comunidades mayores.

Ambas especies compartimos la oxitocina, podríamos decir que es un dialecto invisible que nos une, y son las mujeres quienes por regla general tienen más niveles de oxitocina, debido en parte a que se trata de una hormona que juega un papel clave en el parto y en la lactancia.

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