¿Qué es un ‘clicker’ y por qué sirve para adiestrar a perros y gatos?

Esta sencilla herramienta es un complemento perfecto para enseñar a tu perro o gato a escuchar y ejecutar tus órdenes.

Por David Navarro

Probablemente hayas leído o visto por ahí que existe una especie de mando de garaje que sirve para adiestrar a los perros y a los gatos. Se llama clicker, y no sólo se puede utilizar en mascotas domésticas, sino en muchos otros animales, lo verás también en el acuario cuando los monitores hacen trucos con leones marinos o delfines. El clicker no es un aparato complejo, de hecho pese a que tiene forma de mando a distancia, es simplemente una cajita que produce un sonido de ‘click’ con una chapa metálica en su interior que al chocar contra el muelle del botón produce ese sonido, no hay más tecnología escondida en este dispositivo, es sólo un golpe metálico.

A grandes rasgos, el clicker sirve para generar un hábito positivo que refuerza el premio que damos a nuestra mascota cuando le enseñamos que algo que ha hecho es lo correcto y que, por tanto, deseamos que siga haciéndolo igual cuando reciba esa orden. El clicker no sirve para educar simplemente, sino para que exista un diálogo entre una orden y una reacción del perro. Por ejemplo, un clicker no serviría para que un perro no muerda el sofá cuando no estamos en casa o si ladra en nuestra ausencia, pero sí para que cuando le decimos ‘sit’ se siente.

El 'clicker' es la antítesis del refuerzo negativo

Para comprender los principios básicos del clicker debemos hablar primero de la forma que tienen de aprender los perros y gatos. Con ellos jamás podremos utilizar refuerzos negativos, es decir: mostrar nuestro desacuerdo, enfado o castigar cuando hacen algo erróneamente no sirve de nada. Los animales no entienden que algo que les hace sentir mal esté relacionado con una acción anterior por su parte. Por ejemplo, si cuando tu perro camina tirando de la correa la reprendes y le das toques en el hocico, el animal jamás comprenderá que caminar tirando de la correa tiene como resultado esa respuesta, simplemente pensará que no eres bueno con él, y empezará a tener rechazo a caminar contigo, por lo que probablemente tire aún más de la correa. El refuerzo negativo solo genera incomodidad en el animal, bloquea su disposición a aprender y abre en él el deseo de escapar.

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Por eso mismo, lo único que sirve para educar y adiestrar a un perro o gato son los refuerzos positivos, que se basan generalmente en que ante una orden o petición, si esta se completa correctamente por parte de un animal, surge instantáneamente un premio para él. Cuando pensamos en una forma de premiar a nuestra mascota siempre viene a nuestra mente una golosina o comida, aunque no siempre tiene porqué ser así, también sirve un cariño, bien sea caricia, masaje o palabras tiernas pronunciadas en un tono accesible para el animal. Sin embargo, cuando nos referimos a adiestrar con clicker, sólo nos basaremos en refuerzos ‘alimenticios’.

¿Cómo funcionan los refuerzos positivos?

Lo más importante a la hora de educar o adiestrar a un perro es mantener siempre la coherencia. Si pretendemos definir que un comportamiento es correcto y que tiene premio, ese comportamiento siempre debe ser igual y siempre debe tener premio, o por lo menos una gratificación. Si habituamos a un perro a sentarse al escuchar ‘sit’, siempre debemos agradecérselo tras sentarse, eso sería una parte de coherencia por nuestra parte. Dejarle sin premio significaría desandar el camino andado.

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El clicker sirve para asentar ese refuerzo positivo. Funciona de la siguiente forma, le damos una orden al animal (bien sea de forma oral o gestual). Podríamos decir ‘sit’, pero también podríamos enseñarle nuestra mano para que la choque. Adiestramos al perro a sentarse o a chocar la pata con nuestra palma, y acto seguido cuando realiza bien este acto, pulsamos el clicker y el animal recibe un premio. Lo que estamos haciendo es establecer un patrón por el que cada vez que el perro hace correctamente una acción, él escucha el ‘click’ y acto seguido recibe un premio, esto refuerza el proceso de aprendizaje pero también establece una pauta de corrección en el animal a la hora de obedecer las órdenes.

Una pregunta que te podrás hacer es: ¿para qué necesita el perro un clicker si ya de por sí el premio suele funcionar como aliciente para cumplir con el adiestramiento? Aunque los premios pueden funcionar bien de por sí, cuando utilizas un clicker lo que estás haciendo es poner el foco en este sonido, el animal en el fondo lo que esperará es escuchar el click para cerciorarse de que ha hecho bien su cometido y ese sonido se convertirá en el verdadero aliciente del animal, más allá de que luego haya premio. El ‘click’ es, por tanto, un elemento de comunicación y de refuerzo, al mismo nivel que el premio que viene a continuación. Porque dando un premio después, el clicker se convierte en otro premio, sonoro en este caso, significa ‘bien hecho, quiero que siempre lo hagas así, y ahora te daré un premio’.

Ahora bien, es indispensable ser muy coherentes con el uso del clicker, jamás se debe jugar con él, no dar premio después o accionarlo sin motivo. Pulsar un clicker por diversión en presencia de un perro o gato adiestrados es tirar por la borda todo el trabajo hecho pues el animal se desorientará esperando un premio a la vez que se cuestionará: ¿cuál es la orden que me están dando?

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