La casa de Vanesa Lorenzo y Carles Puyol, donde viven con sus dos hijas, Manuela y María, y sus dos perros, termina justo donde empieza el bosque. En la puerta, rodeados por el espectacular paisaje de alta montaña de Andorra, la naturaleza se abre paso en un entorno ideal para los largos paseos en otoño en familia y el disfrute de la nieve en invierno.
Aquí hablamos con la modelo, que está inmersa en una etapa vital dedicada al autocuidado. Una filosofía que la ha llevado, de manera natural, a lanzar su nuevo proyecto, OMA, una plataforma dedicada al bienestar integral.
-¿En qué consiste OMA?
-Nace de un propósito vital: seguir creciendo en la búsqueda del bienestar y de aprender a envejecer bien. Concibo la salud de una manera integral en la que cuerpo, mente y alma no pueden disociarse. Cultivar la fuerza física, la calma y también la espiritualidad forman parte de ese camino. OMA es fruto de esa búsqueda. Estoy acompañada de profesionales del sector en los que confío. En la plataforma weare-oma.com -que está en plena construcción y crecimiento- se irán encontrando distintas disciplinas: desde el movimiento consciente (yoga, pilates, fuerza), la respiración y la meditación, hasta la nutrición, la salud y la belleza.
-Tu casa es un ejemplo de decoración con materiales naturales y colores claros. ¿Tiene que ver con esta búsqueda de calma?
-A esta casa le hice una reforma pensando en cómo quería vivirla. Tenía ciertas limitaciones y no podía hacer grandes cambios estructurales, pero mi objetivo fue muy claro: aportar luz. La casa original era bastante oscura y para mí la luz es esencial; me aporta serenidad y transforma mi estado de ánimo.
La decoración es sencilla, con materiales nobles, cálidos y atemporales que invitan a sentirte bien. Me gusta convivir con piezas de diseño, que sé que no me cansarán nunca, de creadores que han marcado la historia del interiorismo y que aportan un valor cultural y estético al día a día: desde Noguchi a Miguel Milá, pasando por Hans Wegner para Carl Hansen o firmas como Gubi. Son piezas timeless que, más allá de la estética, me inspiran y me acompañan.
“Concibo la salud de una manera integral en la que cuerpo, mente y alma no pueden disociarse. Hay que cultivar la fuerza física, la calma y la espiritualidad”
-El entorno, en plena naturaleza, invita a hacer muchos planes al aire libre. ¿Cuáles son vuestros favoritos?
-Nos encanta la zona del Llac de Pessons, tanto en invierno, cuando hacemos salidas con raquetas y todo está nevado, como en otras épocas del año, donde el paisaje cambia por completo. Este lago es precioso y desde allí hay una salida increíble hacia el lago Montmalús, situado a mayor altitud, que regala una experiencia única.
También disfrutamos mucho del Parque Natural de Sorteny y del Valle de Incles, que siempre nos sorprende con nuevos rincones. Aun así, sentimos que nos queda mucho por explorar y todavía seguimos descubriendo lugares mágicos en la alta montaña que tienen una energía muy potente. Nos gusta mucho caminar juntos o, simplemente, pasar tiempo en el jardín de casa, tranquilos. Valoramos mucho la calma, la seguridad y la calidad del aire y del agua aquí.
-Tenéis dos perros. ¿Qué papel tienen en vuestra familia?
-Son adoptados, y esa decisión forma parte de una filosofía de vida. Nos parecía importante que nuestras hijas comprendieran que hay seres que no tienen las mismas oportunidades y que darles un hogar es ofrecerles una vida más digna. En mi caso, además, ha sido un camino muy personal. Durante años, tuve miedo a los perros y, gracias a ellos, estoy aprendiendo no solo a superar ese temor, sino también a descubrir una relación muy especial. La conexión entre los seres humanos y los perros es profundamente íntima: te enseñan la presencia, la lealtad y el valor de la compañía sincera. Tenerlos cerca nos nutre y nos recuerda lo esencial.
-Muchas grandes modelos, en un momento de vuestra carrera, vivís una transición hacia el mundo del bienestar. ¿Cómo ha sido tu proceso?
-Lo siento como una evolución natural. La moda me ha dado muchísimo: sensibilidad estética, creatividad y una carrera internacional que me ha permitido vivir experiencias únicas. Con los años, esa misma exigencia me llevó a buscar un equilibrio más profundo que tuviera que ver con cómo quería vivir y envejecer.
El bienestar llegó primero como una inquietud personal, explorando disciplinas como el yoga. Esa búsqueda me llevó a publicar dos libros con Planeta, Yoga, un estilo de vida y Crecer juntos, que recogen aprendizajes y testimonios de ese camino personal. Al mismo tiempo, soy socia, consejera y asesora en The Animals Observatory, una marca referente en la moda infantil. Y ahora estoy volcada en OMA. Hoy mi vida se mueve entre esos universos -la moda, la empresa y el bienestar- y me gusta pensar que cada uno aporta una capa distinta que, en conjunto, definen quién soy y hacia dónde quiero ir.
Los proyectos de Vanessa
OMA
La plataforma de bienestar @weare_oma pretende ser un refugio de bienestar físico y emocional donde encontrarprofesionales y expertos.
The animals observatory
Firma de moda infantil original y sostenible de la que Vanesa es asesora de moda y consultora.
El yoga y sus libros
La modelo lleva 20 años practicando yoga y ha escrito dos libros sobre su experiencia personal con esta disciplina, Yoga, un estilo de vida y Crecer juntos.
-¿Estás inculcando a tus hijas ese estilo de vida sano y consciente?
-En casa siempre hemos seguido una misma filosofía: en la mesa todos comemos lo mismo. Nunca hemos hecho “menús infantiles”. Desde pequeña, se han acostumbrado a probar lo que hubiera, a adaptarse a distintos sabores y texturas, y eso les ha permitido disfrutar de la alimentación de una manera consciente. No ha sido un camino fácil -sobre todo porque en el colegio conviven con niños que vienen de familias con hábitos diferentes-, pero hemos mantenido la coherencia y la insistencia.
Para nosotros, comer bien es nutrirse por dentro para estar fuertes física y mentalmente, y ellas lo entienden así. Ahora que tienen 9 y 11 años, vemos el resultado: tienen interiorizada esa filosofía y empiezan a tomar muy buenas decisiones por sí mismas, incluso cuando no estamos con ellas. Eso, para mí, es uno de los aprendizajes más valiosos que les podemos dejar.
-¿Qué hábitos saludables compartís en familia?
-Creo que los niños aprenden mucho más de lo que ven que de lo que se les dice. Asimilan una filosofía de vida formando parte de ella, por eso me esfuerzo en vivir lo que quiero transmitirles. En nuestra familia, los hábitos se convierten en pequeñas tradiciones. Cocinar juntos y sentarnos siempre a la mesa unidos y sin televisión, donde hablamos y jugamos a juegos que ya son clásicos en casa, forma parte de esos momentos que nos definen.
También el ritual del Calendario de Adviento, con gestos de agradecimiento y pequeñas acciones para los demás o para uno mismo, o las respiraciones guiadas que compartimos en la naturaleza, que ellas viven como un juego. También una costumbre curiosa, como dejar un barreño de agua durante la noche del solsticio de invierno, la más corta del año, y lavarnos la cara con esa agua al amanecer, pidiendo un deseo para la nueva temporada. Son juegos que nos unen y que acaban dejando huella.
-¿Sigues una rutina de cuidado estricta?
- Más que rutinas rígidas, para mí hay gestos esenciales que me acompañan a diario: limpiar la piel cada noche y al despertar, siempre seguido de hidratación. Ese mismo gesto de nutrición lo llevo también por dentro, con la suplementación, que me acompaña desde hace muchos años. Me gusta combinar disciplinas como el yoga, el pilates y el ejercicio de fuerza. Mis menús son muy de temporada y variados; el azúcar, en todas sus versiones, está muy poco presente, y priorizo las proteínas y las verduras frente a los cereales y la fruta.
“Hacemos respiraciones guiadas que mis hijas viven como un juego. Dejamos un barreño de agua durante la noche del solsticio de invierno para lavarnos la cara”
- El entorno seguro que también es un factor determinante.
-Valoro mucho el entorno en el que me muevo: rodearme de personas que me inspiran y me hacen bien. Y pasear por el bosque de al lado de casa, que también es terapéutico. Lo aprovecho tanto para fortalecer mi cuerpo como para calmar la mente. Muchas de mis mejores ideas han surgido en esos paseos, o incluso conduciendo, en esos momentos en los que estoy presente y desconectada de la tecnología. Y si hay algo que intento no olvidar es mirarme con amabilidad, aunque no siempre lo consiga.
Vivir en paz
Colores claros, materiales orgánicos y líneas que imitan a la naturaleza para encontrar la calma. Estos objetos ayudan a vivir de forma ordenada y a alcanzar la paz mental.