Durante años, hemos mirado hacia las hormonas para entender la salud femenina. Pero hay otra protagonista silenciosa que influye en el ciclo menstrual, el estado de ánimo, la fertilidad y los síntomas de la menopausia: la microbiota. Poco a poco le vamos dando la importancia que tiene a este ecosistema de bacterias que habita en nuestro cuerpo y que no solo participa en la digestión, también dialoga con nuestras hormonas, nuestro sistema inmunológico y nuestro cerebro. Conocerlo y cuidarlo puede marcar la diferencia en esta etapa llena de cambios en la vida de una mujer, tal y como nos explica la doctora Ainhoa Coco, ginecóloga de Dexeus Mujer, especializada en endocrinología ginecológica y medicina integrativa.
Poco a poco hemos incorporado el término microbiota a nuestro vocabulario, pero tal vez no tenemos del todo claro cuál es su verdadero peso en la salud de la mujer, ¿nos puede ayudar a aclararlo?
La microbiota es el conjunto de microorganismos —principalmente bacterias— que habitan en distintas partes del cuerpo, como el intestino, la piel y la vagina. Aunque a menudo se asocia solo a la digestión, su influencia va mucho más allá: interviene en el equilibrio hormonal, el sistema inmunológico, la salud ginecológica e incluso el estado de ánimo.
En el caso de la mujer, esta red microbiana forma parte de un sistema complejo de comunicación entre el intestino, el cerebro, las hormonas y las defensas. Por ejemplo, ciertas bacterias intestinales participan en la producción de neurotransmisores como la serotonina, relacionada con el bienestar emocional, y también en el metabolismo de los estrógenos, que son fundamentales para el ciclo menstrual, la fertilidad y la salud ósea.
Por eso, entender y cuidar la microbiota es una herramienta clave para mantener una salud femenina integral a lo largo de toda la vida.
¿Cómo cambia la microbiota a lo largo de la vida de una mujer, especialmente en la transición hacia la menopausia?
La microbiota va evolucionando con nosotras. Durante la infancia, pubertad, edad fértil y menopausia, nuestros niveles hormonales cambian, y con ellos cambia también la composición microbiana, especialmente en la vagina y el intestino. En la menopausia, la caída de estrógenos reduce la cantidad de Lactobacillus, bacterias beneficiosas que dominan en la microbiota vaginal durante la etapa fértil. Esto deja la mucosa más vulnerable a infecciones, sequedad y desequilibrios. A nivel intestinal, también se observa una disminución de la diversidad bacteriana, lo que puede afectar la digestión, la inflamación sistémica y el metabolismo.
"Durante la menopausia, la caída de los niveles de estrógenos y progesterona tiene un impacto directo en la microbiota, tanto vaginal como intestinal"
¿Qué impacto tiene la menopausia en la microbiota intestinal y vaginal?
Tal como comentábamos, durante la menopausia, la caída de los niveles de estrógenos y progesterona tiene un impacto directo en la microbiota, tanto vaginal como intestinal. En la vagina, la disminución de estrógenos reduce la presencia de Lactobacillus, unas bacterias beneficiosas que ayudan a mantener un pH ácido y protector. Al perderse este equilibrio, el entorno vaginal se vuelve más propenso a infecciones.
A nivel intestinal, los cambios hormonales pueden alterar la diversidad y composición de la microbiota, afectando su capacidad para mantener la integridad de la mucosa. Esto puede favorecer un aumento de la permeabilidad intestinal —conocido como "intestino permeable"— y contribuir a una inflamación crónica de bajo grado. Esta inflamación puede tener efectos en distintos sistemas del cuerpo, incluyendo las articulaciones, el metabolismo e incluso el estado de ánimo.
¿Cómo pueden estos cambios influir en síntomas comunes como los sofocos, la sequedad vaginal o los cambios de humor?
Los cambios en la microbiota durante la menopausia pueden influir directamente en muchos de los síntomas que comúnmente se experimentan en esta etapa.
Cuando el equilibrio de la microbiota se rompe —lo que se conoce como disbiosis—, disminuye la producción de ciertos compuestos beneficiosos, incluidos metabolitos que ayudan a mantener niveles adecuados de estrógenos o sustancias similares a los estrógenos. Esta disminución puede intensificar síntomas como los sofocos o la sequedad vaginal, al afectar la lubricación y la salud de las mucosas.
Por otro lado, la microbiota intestinal también influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina, que están estrechamente relacionados con el bienestar emocional, el sueño y la respuesta al estrés. Por eso, un desequilibrio en este ecosistema microbiano puede agravar los cambios de humor o la irritabilidad que muchas mujeres notan durante la menopausia.
¿Existe una relación entre la microbiota y el riesgo de desarrollar enfermedades postmenopáusicas como la osteoporosis, enfermedades cardiovasculares o metabólicas?
Existe una creciente evidencia de que un desequilibrio en la microbiota intestinal está relacionado con enfermedades crónicas después de la menopausia. Por ejemplo, en la osteoporosis, ciertas bacterias ayudan a absorber nutrientes clave como el calcio y la vitamina D, esenciales para la salud ósea; en el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, una microbiota alterada puede favorecer la resistencia a la insulina y aumentar la inflamación; y en las enfermedades cardiovasculares, algunos metabolitos producidos por las bacterias intestinales se asocian con mayor riesgo de daño arterial. Estos procesos no ocurren de forma aislada, sino que están interconectados, ya que la microbiota influye en el sistema inmune, el metabolismo y el equilibrio hormonal. Por ello, cuidar este ecosistema interno es fundamental para prevenir o modular muchos de los riesgos de salud que aparecen en la etapa postmenopáusica.
"Existe una creciente evidencia de que un desequilibrio en la microbiota intestinal está relacionado con enfermedades crónicas después de la menopausia"
¿Es recomendable realizar un análisis de microbiota antes de iniciar una terapia hormonal sustitutiva?
No es estrictamente necesario, pero puede ser una herramienta valiosa en casos específicos. Realizar un análisis de la microbiota, tanto intestinal como vaginal, antes de iniciar una terapia hormonal sustitutiva puede ofrecer información relevante sobre el estado general del ecosistema microbiano. En particular, permite valorar la capacidad del cuerpo para metabolizar estrógenos y detectar posibles desequilibrios que podrían influir en la respuesta al tratamiento.
Este tipo de análisis puede ser especialmente útil en mujeres con antecedentes de enfermedades hormonodependientes, trastornos digestivos o sensibilidad a tratamientos previos, ya que permite adoptar un enfoque más personalizado, seguro y eficaz.
No obstante, no se trata de una prueba que deba realizarse de forma rutinaria, sino que su indicación debe evaluarse según el contexto clínico individual.
¿Qué papel juega la alimentación en el equilibrio de la microbiota durante la menopausia?
La alimentación es uno de los factores más potentes para influir en el equilibrio de la microbiota. Seguir una dieta rica en fibra vegetal, polifenoles, grasas saludables y alimentos fermentados ayuda a mejorar la diversidad bacteriana, a reducir la inflamación y a favorecer la producción de estrógenos a través del estroboloma, un conjunto específico de bacterias que metabolizan estas hormonas.
Además, no solo importa lo que comemos, sino también cuándo lo hacemos, cómo gestionamos el estrés y si descansamos adecuadamente, ya que todos estos factores tienen un impacto directo sobre la salud de la microbiota y, por tanto, sobre el bienestar general en la menopausia.
¿Recomienda algún tipo de dieta o alimentos específicos para favorecer una microbiota saludable en esta etapa?
Durante la menopausia, una alimentación basada en alimentos reales y ricos en nutrientes puede mejorar significativamente la salud de la microbiota. Lo más recomendable es seguir una dieta antiinflamatoria centrada en productos frescos y de origen vegetal, que promuevan la diversidad bacteriana y el equilibrio hormonal. En este contexto, destacan alimentos ricos en fibra prebiótica como alcachofas, puerros, cebolla, ajo, espárragos o plátano poco maduro; aquellos con polifenoles como frutas del bosque, cacao puro, aceite de oliva virgen extra, té verde o cúrcuma; los fermentados como kéfir, yogur natural, chucrut o miso; y las grasas saludables presentes en frutos secos, aguacate, semillas y pescado azul. Esta forma de alimentarse no solo equilibra la microbiota, sino que también ayuda a aliviar síntomas de la menopausia y a prevenir enfermedades crónicas propias de esta etapa.
"Lo más recomendable es seguir una dieta antiinflamatoria centrada en productos frescos y de origen vegetal, que promuevan la diversidad bacteriana y el equilibrio hormonal"
¿Qué importancia tienen los probióticos y prebióticos en este contexto?
Los probióticos y prebióticos juegan un papel fundamental para mantener una microbiota equilibrada durante la menopausia.
- Los prebióticos son fibras y compuestos vegetales que sirven de alimento para las bacterias beneficiosas, ayudando a que crezcan y se mantengan activas.
- Los probióticos son microorganismos vivos que, consumidos en cantidades adecuadas a través de alimentos o suplementos, pueden colonizar el intestino o la vagina, reforzando el ecosistema microbiano.
Durante la menopausia, donde la microbiota puede verse afectada por los cambios hormonales, incluir probióticos y prebióticos en la dieta puede mejorar la salud digestiva, fortalecer la barrera intestinal y vaginal, reducir la inflamación y ayudar a mitigar algunos síntomas como la sequedad vaginal o los cambios en el estado de ánimo.
Sin embargo, es importante elegir cepas específicas y productos de calidad, y siempre considerar el consejo profesional para adaptar el uso a las necesidades individuales.
¿Cree que en el futuro se podrán personalizar tratamientos hormonales o nutricionales basados en el perfil de microbiota de cada mujer?
Sin duda, la personalización de tratamientos según el perfil microbiota es una de las grandes promesas para el futuro de la salud femenina.
Cada mujer tiene una microbiota única, que influye en cómo metaboliza las hormonas, los nutrientes y los medicamentos. Entender esta singularidad permitirá adaptar no solo las terapias hormonales sustitutivas, sino también las recomendaciones nutricionales y de estilo de vida, optimizando su eficacia y minimizando efectos secundarios.
¿Qué papel podría jugar la microbiota en la personalización de tratamientos para la menopausia?
La microbiota podría desempeñar un papel relevante en la personalización de los tratamientos para la menopausia, ya que influye en cómo el organismo metaboliza las hormonas y otros compuestos. Evaluar el perfil microbiano de cada mujer podría ayudar a identificar desequilibrios o alteraciones que afecten la respuesta a terapias hormonales o nutricionales.
De este modo, sería posible diseñar intervenciones más precisas y adaptadas a las características individuales de cada paciente, lo que podría mejorar la eficacia del tratamiento y contribuir a una mejor calidad de vida durante esta etapa.
"Evaluar el perfil microbiano de cada mujer podría ayudar a identificar desequilibrios o alteraciones que afecten la respuesta a terapias hormonales o nutricionales"
¿Qué hábitos cotidianos pueden deteriorar la microbiota sin que las mujeres lo sepan?
Muchos hábitos diarios pueden afectar negativamente a la microbiota sin que lo notemos. Algunos de ellos son:
- El uso frecuente o innecesario de antibióticos, que elimina bacterias beneficiosas y puede favorecer desequilibrios.
- El estrés prolongado, que altera la comunicación entre el intestino y el cerebro y modifica la composición bacteriana.
- Una dieta baja en fibra y alta en azúcares y alimentos ultraprocesados, que reduce la diversidad bacteriana y aumenta la inflamación.
- La falta de actividad física y el descanso insuficiente, que también influyen en la salud microbiana.
- El uso habitual de productos íntimos perfumados o agresivos, que pueden alterar la microbiota vaginal y aumentar el riesgo de infecciones.
Por eso, cuidar estos aspectos es clave para mantener una microbiota sana y favorecer el bienestar general.
¿Es cierto que el uso frecuente de productos íntimos perfumados puede alterar la microbiota vaginal?
Sí, el uso habitual de productos íntimos con fragancias o ingredientes agresivos puede desequilibrar la microbiota vaginal. Estos productos pueden alterar el pH natural y reducir las bacterias beneficiosas, como los Lactobacillus, lo que aumenta la probabilidad de infecciones, irritaciones y molestias.
Por ello, es mejor optar por productos específicos para la zona íntima, sin perfumes ni sustancias agresivas, y mantener una higiene suave que respete y proteja el ecosistema natural de la vagina.