Entrevista

El divulgador y médico Mario Alonso Puig nos desvela el posible secreto de la felicidad

Alcanzar la felicidad plena es una quimera, pero lograr el bienestar, estar bien, satisfechos con lo que tenemos y hacemos es más sencillo de lo que pensamos. Una de las claves está en hacernos preguntas. Mario Alonso Puig nos desvela cuáles son.

Por Nuria Safont

Las cosas que nos hacen felices a cada uno de nosotros son, generalmente, diferentes, pero los seres humanos coincidimos en bastantes. Tener salud, amor, una red de apoyo familiar y social, ganarnos bien la vida ... Suelen ser las ideas que nos vienen a la cabeza cuando alguien nos pregunta: ¿qué es para ti la felicidad? Viajar es otro de los aspectos que más destacamos a la hora de valorar nuestra calidad de vida. Ya sea al pueblo, al mar, la montaña o conocer otros países y otras culturas, esta actividad nos proporciona enormes satisfacciones, además de enriquecernos el alma. Así lo ha visto un estudio realizado por KAYAK, que revela que el 81% de los viajeros españoles cree que viajar les ayuda a salir de su zona de confort, probando cosas nuevas y casi el 90% afirma que viajar les hace ser más abiertos de mente. Algo que, sin duda, redunda en un mayor bienestar emocional. 

Y de todo ello, precisamente, hemos hablado con el divulgador científico Mario Alonso Puig. Le hemos preguntado qué nos puede hacer más felices, cómo reconciliarnos con un mayor bienestar emocional, cómo viajar y conocer nuevas culturas nos abre la mente, nos despierta la curiosidad y nos hace personas más satisfechas. Esto es lo que nos ha contado. 

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¿Cuáles son las estrategias más eficaces para afrontar el estrés y la ansiedad en la vida cotidiana?

La primera estrategia sería aprender a priorizar y aceptar que no nos va a dar tiempo a hacer todo lo que nos gustaría hacer. Por eso, lo fundamental es que al final del día hayamos hecho, al menos, lo que decidimos que iba a ser una prioridad.

La segunda estrategia sería establecer una serie de momentos a lo largo del día, de unos cinco a diez minutos, para recuperarnos, para renovarnos después de cada noventa minutos aproximadamente de actividad mental extensa. El cerebro, al igual que los ojos, necesita descansar. De lo contrario, iremos acumulando lo que se denomina carga alostática y que es muy perjudicial para la salud física y mental.

La tercera estrategia sería aprender a estar en el aquí y en el ahora, entrenando la mente para que se mantenga en el presente, en lugar de irse constantemente al pasado para lamentarse o al futuro para preocuparse. La mente que divaga no puede ser una mente feliz.

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¿Cómo podemos aprender a conectar con nuestro mundo interior y comprender mejor nuestras emociones?

Primero, sustituyendo el juicio por la observación curiosa e interesada acerca de lo que estamos experimentando en cada momento

Aceptando que podemos estar experimentando ciertas emociones que no nos gustan y que, por tanto, nos generan incomodidad. Por eso, en lugar de rechazarlas o negarlas, hemos de reconocer que, en ese momento, están formando parte de nuestro paisaje emocional.

No reaccionando en base a las emociones del momento. Una cosa es aceptar que tenemos determinadas emociones como pueden ser el miedo o la ira y, otra muy distinta, actuar en base a ellas.

Evitar el alimentar dichas emociones disfuncionales con nuestro diálogo interior, con nuestra rumiación mental, intentando justificar esas emociones basándonos en lo que nos ha sucedido.

Poniendo la atención en nuestra respiración para que dichas emociones se vayan poco a poco disolviendo y podamos relacionarnos con las circunstancias que las han disparado con una mayor serenidad y apertura mental.

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¿Es esta desconexión la que nos hace más propensos al estrés?

El estrés crónico o distrés, que es la forma de estrés peligrosa para nuestra salud física y mental, sabemos que es mantenido por un funcionamiento erróneo de la mente humana y que está basado en un sistema de creencias, juicios e interpretaciones que nacen de una comprensión muy limitada y distorsionada de lo que es la realidad. Si bien es cierto que hay ciertos eventos externos que de alguna manera “disparan” nuestra reacción emocional, la intensidad y el tiempo en el que se mantiene dicha reacción depende no de lo que nos ha pasado, sino de la manera en la que nos estamos relacionando con eso que nos ha pasado.

¿Qué opina de la meditación y la atención plena como herramientas para reducir el estrés y la ansiedad?

La investigación médica en este sentido es bastante clara y muestra que la meditación y la atención plena utilizan redes neuronales muy diferentes a las que se usan cuando estamos distraídos. La red ejecutiva central, que es la que trabaja cuando estamos en el aquí y en el ahora, mejora la salud física y mental, mientras que la red neuronal por defecto, que es la que se mantiene activa cuando estamos revisando los lamentos del pasado y las preocupaciones del futuro, tiene un impacto negativo tanto en la salud física como mental.

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¿Cómo se puede cultivar la resiliencia emocional para afrontar el día a día?

El concepto de resiliencia hace referencia no solo a la capacidad de recuperarse después de una situación difícil, sino también a la entereza para mantenerse firme y equilibrado en medio de una “tempestad”. La resiliencia se cultiva cuidando del cuerpo, de la mente y del alma. El cuidado del cuerpo incluye cuatro elementos que son la postura, la alimentación, el ejercicio físico y el descanso. El cuidado de la dimensión mental incluye el estar en el aquí y en el ahora, el enfocarse en lograr lo que uno quiere y no en evitar lo que uno teme. También es de gran importancia el hacer interpretaciones que nos ayuden y no que nos anulen y el utilizar un lenguaje positivo. Finalmente, el cuidado del alma incluye la gratitud, el propósito, el contacto con la naturaleza y el contribuir al bienestar de los demás.

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¿Qué consejos daría para mantener un equilibrio entre la vida digital y la desconexión para reducir el estrés?

Hoy en día estamos viviendo una auténtica adicción a la tecnología. Por eso, no tenemos más opción inteligente que desarrollar la disciplina para que sea la tecnología la que esté a nuestro servicio y no nosotros al servicio de ella.

¿Cuál es su enfoque para ayudar a las personas a descubrir el propósito de su vida y la conexión con su mundo interior?

En mi caso la pregunta ha sido siempre un elemento de gran valor para descubrir mi propósito. Por eso yo invitaría a que quien quiera encontrar su propósito en la vida, se hiciera tres preguntas y reflexionara sobre ellas:

  1. ¿Qué es lo que realmente quiero en mi vida?
  2. ¿Por qué lo quiero como lo quiero?
  3. ¿De qué manera podría eso que quiero contribuir positivamente en la vida de otras personas?

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¿Cómo cree que viajar puede influir en la felicidad de las personas?

A mí personalmente el viajar me ha ayudado muchísimo a tomar perspectiva en relación con ciertas situaciones, a aprender cosas muy interesantes de otras personas y a despejar mi mente cuando había tenido periodos de actividad muy intensa. También me ha servido para aclarar mi mente cuando tenía que tomar decisiones importantes.

¿Cuáles son las experiencias más enriquecedoras que ha tenido viajando y cómo han influido en tu vida?

En lo que se refiere al viaje exterior, me ha impresionado sobrevolar un día soleado el monte Everest en mi camino a Bután y el haber tenido la oportunidad de meditar en un monasterio en los Himalayas y en otro en las Montañas Rocosas en Colorado.

En lo que se refiere al viaje interior, recuerdo como muy enriquecedora mi experiencia haciendo el Camino de Santiago.

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¿Cómo podemos aprovechar nuestros viajes para mejorar nuestro bienestar emocional y mental?

Un viaje representa para mí la oportunidad de ampliar la comprensión de uno mismo, de los demás y del mundo. Para poder aprovechar esa oportunidad, creo que hay que viajar sin prejuicios, abiertos a explorar y a aprender de cualquier situación y de cualquier persona. Esta actitud me parece esencial si queremos aprovechar todas las posibilidades que el viajar nos ofrece.

¿Qué opina de la relación entre explorar nuevas culturas y la apertura mental?

Lo habitual es que una persona que ha viajado tenga una disposición mayor a escuchar otros puntos de vista y no a anclarse en el suyo propio como si fuera el único que tiene validez. En general, la persona que viaja, si lo hace con apertura de mente y corazón, sabe que su punto de vista solo representa la vista desde un punto, y por eso puede mantener una actitud curiosa e interesada a la hora de escuchar otras formas de percibir la realidad.

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