10 claves que tienes que conocer para reducir los hematomas tras una intervención estética

Como con cualquier procedimiento médico, pueden surgir efectos secundarios temporales, como los temidos moratones y los edemas

Por Pilar Hernán

Los datos que hizo públicos la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) recientemente en su informe ‘La realidad de la Cirugía Estética en España’, no dejaban lugar a la duda: en nuestro país se realizan más de 204.000 intervenciones de Cirugía Estética al año, lo que no hace sino confirmar el auge de este sector. El estudio también confirmaba que las intervenciones más realizadas son las relacionadas con la cirugía de la mama (52,6%), con el aumento de mamas con implante (27,6%) a la cabeza. El segundo lugar lo ocupan intervenciones relacionadas con la cirugía de cabeza (23,7%). Una de cada cuatro intervenciones de cirugía estética pertenece a este grupo, con la blefaroplastia (10,7%) y la rinoplastia (7%) posicionándose como las cirugías más demandadas. La tercera posición la ocupa la liposucción (10,5%). Sin embargo, es importante destacar que, como con cualquier procedimiento médico, pueden surgir efectos secundarios temporales, como hematomas y edemas. ¿Qué debemos hacer para tratar de mitigar este problema? Lo resumen en 10 puntos los expertos de la madrileña Clínica Trevi.

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  1. Es fundamental seguir las instrucciones que nos dé el médico. Antes de someterse a cualquier procedimiento de medicina estética, es fundamental seguir las recomendaciones de los profesionales médicos. Así, entre ellas, seguro que está el hecho de evitar medicamentos y suplementos que puedan aumentar el riesgo de hematomas, como la aspirina o los anticoagulantes. Todo está, claro está, de nuestro historial médico, por lo que nuestro doctor nos dará las pautas específicas basadas en nuestro caso particular.
  2. El hielo, buen alidado. El frío ayuda a bajar la inflamación. Por eso, aplicar hielo en el área tratada durante las primeras 48 horas después del procedimiento es una forma efectiva de reducir la inflamación y minimizar la aparición de edemas. Eso sí, no hay que aplicar el hielo de forma directa. Conviene usar una bolsa de hielo envuelta en un paño para evitar quemaduras en la piel y aplicarla durante 15-20 minutos cada hora.
  3. Fuera alcohol y tabaco. Estas dos sustancias deben evitarse. ¿El motivo? El alcohol y el tabaco pueden aumentar significativamente el riesgo de hematomas. Por eso, se recomienda abstenerse de consumir alcohol y evitar fumar durante al menos una semana antes y después del tratamiento.
  4. La importancia del descanso. Será el médico quien paute la necesitad de reposo. El descanso adecuado es esencial para una recuperación exitosa. Conviene evitare la actividad física intensa durante al menos las primeras 24-48 horas después del procedimiento. Y cuando sea posible, eleve el área tratada, lo que ayudará a reducir la acumulación de líquido y minimizará los edemas.
  5. Usar ropa de compresión. Todo depende del caso, pero su médico puede recomendar el uso de prendas de compresión, como medias o vendajes, para reducir la hinchazón y promover una recuperación más rápida.
  6. Ojo con estos suplementos. Los expertos de la clínica explican que algunos suplementos y productos naturales, como el ginkgo biloba, el aceite de pescado y la vitamina E, pueden aumentar el riesgo de hematomas debido a sus propiedades anticoagulantes. Por este motivo es importante informar a nuestrou médico sobre cualquier suplemento que esté tomando antes del procedimiento y siga sus recomendaciones sobre cuándo suspenderlos.
  7. Cuidado con exponerse al sol. De la misma manera, la exposición al sol puede aumentar la probabilidad de hematomas y edemas, ya que puede debilitar la piel y los vasos sanguíneos. Por este motivo, tras una intervención, hay que evitar la luz solar directa en el área tratada durante al menos dos semanas antes y después del procedimiento. Y si está al aire libre, hay que usar protector solar.
  8. Cuidar la dieta. Hay alimentos que pueden ayudarnos. Mantener una dieta equilibrada, que incluya alimentos ricos en vitamina K, como espinacas, brócoli y col rizada, puede ayudar a fortalecer los vasos sanguíneos y reducir el riesgo de hematomas. Y es importante mantenerse bien hidratado, ya que la hidratación adecuada es esencial para la salud de la piel y la circulación.
  9. Cuida tu piel. En la zona tratada, conviene seguir las recomendaciones de nuestro médico. Lo más probable es que recomendará usar productos de cuidado de la piel suaves y sin alcohol en el área tratada. Evite el uso de productos abrasivos o exfoliantes que puedan irritar la piel.
  10. Masajear la zona. En algunos casos, su médico puede recomendar masajes terapéuticos, que sean suaves, en el área tratada para mejorar la circulación y reducir los edemas. Asegúrese de que estos masajes sean realizados por un profesional experimentado.