¿Sabes cómo varía el hambre emocional a lo largo del día?

La sensación de hambre no es lineal, y hay momentos del día en los que ésta supera al hambre real

Por hola.com

Hablamos de hambre emocional cuando la comida se utiliza para rellenar vacíos emocionales, cuando nos sentimos estresados, solos, abatidos, en caso de pérdidas, rupturas o contratiempos en nuestro día a día. Así lo explica la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de los centros Origen, que nos explica que las reacciones emocionales empiezan desde que nacemos y en la adolescencia se van dotando de complejidad e intensidad, dependiendo de muchos factores como el carácter, la emotividad, la personalidad, etc. y de las herramientas que conozcamos para gestionarlas. "Mientras que hay personas que saben diferenciar entre los distintos tipos de hambre y de las maneras de comer, la dificultad para otros reside en decidir  de manera consciente si se quieren dejar se llevar o no por el impulso del hambre emocional", comenta la experta. 

Partiendo de esta idea, lo que parece claro es que la sensación de hambre no es lineal, y hay momentos a lo largo del día en los que el hambre emocional supera al hambre real. ¿De qué forma? Haciendo que nuestras ganas de picar entre horas aumenten, lo cual puede no ser muy buen aliado de nuestra salud digestiva. Es ahí cuando toca pararnos y escuchar a nuestro cuerpo para intentar descifrar y conocer los patrones de hambre que experimentamos en cada momento. Los expertos de Siluete by Arquimea -un bálsamo labial que ayuda a no picar entre horas- resumen cómo puede variar el hambre emocional a lo largo del día.

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Por la mañana

“Las mañanas son los momentos del día en los que tendemos a sentir hambre real, asociada a la necesidad del cuerpo de recargar energías para el día. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que las prisas y las expectativas del día pueden hacer que consumamos alimentos llenos de calorías vacías, como cereales, bollería, galletas…”, apuntan.

A mediodía

Durante el almuerzo, los expertos apuntan a que observa una combinación de hambre real y emocional. Por eso, recomiendan planificar nuestros menús para que sean más completos y equilibrados y realizar las comidas siempre a la misma hora, lo que ayudará a nuestro cuerpo a regular la aparición del hambre.

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Por la tarde

Es, en opinión de los expertos de Arquimea, el momento del día en que el hambre emocional alcanza su punto máximo. ¿Qué factores pueden estar influyendo? El cansancio tras un largo día de trabajo y el estrés, que pueden llevar a un aumento de la ansiedad, que se traduce normalmente en antojos de alimentos llenos de calorías vacías.

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Antes de dormir

“Aunque muchas veces la cena hace que el hambre real sea saciada, el descenso de los niveles de serotonina y el aumento del cortisol después del día hace que necesitemos picotear, comúnmente antes de dormir, lo cual (además de no ser saludable) puede hacer que tengamos un mal descanso y una digestión pesada y lenta”, concluyen.