¿Tu felicidad depende de tus amigos? Claves de 'coach' para empezar a ser feliz por cuenta propia

Es hora de que tu bienestar te pertenezca a ti, y no a las opiniones o juicios del resto. Una experta nos cuenta todas las claves que puedes seguir para cultivar tu amor propio y dejar la dependencia emocional a un lado.

Por Paula Martíns

Cuando somos niños y vemos una película o simplemente vamos a la escuela, a menudo deseamos ser como las chicas populares y atractivas que todos admiran. Parece que todo les va bien: tienen muchos amigos, visten ropa bonita, tienen suerte en el amor y son el centro de atención en las fiestas. Siempre reciben aprobación y no solo son aceptadas en grupos, sino que son ellas mismas quienes los crean. Las respetamos y hasta envidiamos porque parecen encajar en la sociedad sin apenas esfuerzo. Y, aunque en realidad nadie necesita ajustarse así, muchos de nosotros, incluso cuando somos adultos, todavía creemos que es importante hacerlo.

-Cómo ser feliz sin caer en la obsesión y sin que te engañen

A medida que crecemos, algunos no logramos construir suficiente seguridad y confianza en nosotros mismos para nutrir nuestro propio amor propio y sentirnos bien sin depender de lo que otros opinen. Es un hecho: nos queremos más o menos en función de cuánto nos quieran los demás. Si un día nos vestimos con el conjunto más bonito de nuestro armario y alguien a quien apreciamos (o no) nos dice que no le gusta nuestro look, es probable que todos los que tengamos baja autoestima comencemos a sentirnos incómodos con esa ropa y hasta lleguemos a cambiar nuestro atuendo por otro que encaje mejor en el gusto de las personas con las que estemos ese día. Más aún si son amigos, pues pensamos que todo lo que digan siempre estará bien y que sus juicios son siempre más correctos que los nuestros.

No importa si eres más alto, más bajo, más guapo o más feo. Incluso Kendall Jenner, que es una de las modelos más codiciadas del momento, y pertenece a una de las familias más ricas de todo el panorama de las celebrities, ha admitido en alguna ocasión ejercitar su autoestima para superar la necesidad que siente de lograr continuamente la aprobación o validación externa. Puede que a ti te pase lo mismo, y en muchas ocasiones te comportes según piensas que le gustaría a otros, en lugar de cómo realmente a ti te gustaría hacerlo. 

Decía la escritora Premio Nobel de Literatura 2022, Annie Ernaux que “lo que cuenta no es lo que sucede, sino lo que haces con lo que sucede”. Es decir, lo importante no es solo lo que ocurre o sucede en una situación, sino las acciones y decisiones que tomas tú después. Si alguien te dice algo que no querías oír, como en el caso de la vestimenta que mencionamos anteriormente, tiene más valor lo que haces tú en esa ocasión (hacer caso y tomártelo a lo personal, o pasar de largo y defender tu gusto y personalidad) que la opinión o el juicio que hayan vertido sobre ti.

¿Cómo dejar de depender de nuestros amigos?

Puede que al tener arraigados ciertos patrones conductuales que jamás alguien nos ha enseñado a gestionar te resulte complicado y te sientas vulnerable en determinadas ocasiones, pensando que caer bien consiste en mimetizarse con el ambiente y obedecer. La coach experta en comportamiento humano y Humanización Corporativa, mentora de directivos y líderes organizacionales y escritora, Inma Brea, así lo resume: “Principalmente sabemos que dependemos de validación externa cuando nuestros estados de ánimo fluctúan según las opiniones ajenas, lo que afecta a nuestra autoestima. También podemos darnos cuenta si dependemos de opiniones externas para tomar decisiones, lo que revela falta de confianza en nuestra propia capacidad para discernir”.  Incluso, añade: “De manera más sutil, podemos sentir conflicto interno si habitualmente decimos ‘sí’ para obtener validación, cuando en realidad no lo deseamos. Esto manifiesta dificultad para establecer límites personales”.

Cuando llevamos toda una vida sin fomentar y practicar el amor propio (sí, hay que darle cuerda, o si nos encontramos en un momento de vulnerabilidad en el que sentimos que nuestro círculo más cercano tomará mejores decisiones u opinará de manera más sabia que nosotros, no es fácil dar marcha atrás. Por eso, la coach nos explica los pasos a seguir para dejar a un lado esta necesidad de agradar siempre: “La piedra angular es la autoobservación, abarcando tanto nuestro comportamiento como el diálogo interno. Esto permite identificar las narrativas en momentos cruciales de búsqueda de aprobación. Al reconocer este diálogo desvalorizador, se abre una puerta al cambio”.

-Las características de las personas con personalidad frágil

La segunda clave, cuenta ella, pasa por detectar dicho patrón y “establecer autolímites. Decir ‘no’ a otros puede ser más sencillo que tomar la decisión interna de hacerlo y viceversa, ya que se convierte en una lucha interna entre el  ‘yo’ complaciente y una nueva versión del ‘yo’ que busca tener más confianza en sí mismo”. O sea, una vez convencidos a nosotros mismos, alcanzar la independencia emocional será mucho más fácil, como detalla la profesional: ”una vez que nos hemos puesto el límite internamente, es más sencillo comunicárselo a otros”.

Haz cosas que te provoquen alegría

Para ser feliz con uno mismo resulta fundamental también dedicar horas a hacer lo que a uno le gusta en solitario, en lugar de enfocarse en acciones como encontrar el amor o hacer nuevas amistades. Haz una lista de lo que te gusta hacer y ponte manos a la obra. Todo es mucho más simple de lo que crees: se trata de llenar el tiempo de ocio con cosas mucho más sencillas y alcanzables que nos den alegría. Es la teoría del espejo: si a ti te llena, lograrás transmitir ese reflejo a los demás sin esfuerzo.

-Hay que aprender a dejarse querer en los momentos difíciles

Claro está que de un día para otro es difícil dejar de depender de los demás para sentirnos, aparentemente, bien. No consiste solo en ocultar el  número de likes que recibimos en cada publicación, si no en ejercitar cada día los pasos a seguir para ganar confianza. El resultado siempre llega, como concluye Inma Brea: “Te das cuenta de haber transformado el patrón al lograr claridad mental en este aspecto. A pesar de la falta de validación, te sientes a gusto con tus elecciones, asumiendo la responsabilidad de las mismas, y experimentas una sensación de libertad. Responsabilizarnos de nuestras decisiones también nos hace más libres”.