¿Has oído hablar del síndrome de la chica con suerte?

Hablamos con dos expertas sobre esta tendencia viral que te lleva a creer que, si piensas en positivo, te pasarán cosas buenas

Por Pilar Hernán

Si estás al tanto de las tendencias virales, puede ser que no sea la primera vez que escuchas hablar del llamado ‘síndrome de la chica con suerte’. Tranquila, si no es tu caso, vamos a intentar aclararte a qué se refiere esta tendencia que ha comenzado a correr como la espuma en redes sociales con la ayuda de dos expertas. “El llamado ‘síndrome de la chica con suerte’ se refiere a la tendencia a creer que, si piensas en positivo, te pasarán cosas buenas. Estas personas tienden a pensar que lo que creen se va a volver realidad partiendo de una mentalidad positiva, a veces sobredimensionada. Esta tendencia defiende que cuando te convences de que te mereces cosas buenas, te pasarán cosas buenas sin tener en cuenta que hay muchos factores que se escapan de nuestro control que influyen en los resultados de nuestros deseos”, nos anticipa Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de bluaU de Sanitas.

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Estos son los rasgos de personalidad que la definen

¿Cómo son las personas que se podrían englobar en este síndrome viral? “Teniendo en cuenta que es una tendencia que ha visto la luz en redes sociales, sobre todo TikTok, las personas que podrían adherirse a ella pueden ser usuarios diarios de estas redes sociales, por lo que podríamos pensar que se centra especialmente en personas jóvenes”, detalla la psicóloga, que matiza que, respecto a personalidad, cree que no habría ningún rasgo especifico de las personas que se pueden englobar en este síndrome viral.

Mientras, para Inma Breacoach experta en comportamiento humano y en Humanización Corporativa, y mentora para directivos y líderes organizacionales, sí que puede haber algún rasgo que los defina. “A día de hoy, no podemos negar que los pensamientos influyen en nuestra realidad a través de las emociones y cómo vemos el mundo. Sin embargo, aunque alcanzar ese estado de alegría y paz requiere trabajo interno, estas técnicas parecen buscar un atajo a través de una perspectiva más ‘mágica’ y menos ardua que el camino tradicional. Esto podría indicar un perfil más fantasioso o infantil, o incluso apuntar a un rasgo muy actual: la necesidad de resultados rápidos”, considera.

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¿Tiene aspectos positivos y negativos?

  • En opinión de Carla Álvarez Llaneza, como aspecto positivo, hay que recalcar que repetirse a sí mismo y al mundo pensamientos positivos, puede ayudar a conseguir tus metas, que muchas veces se cumplen no por una cuestión de suerte, sino de actitud, ya que puede influir en cómo afrontas o percibes los desafíos. “La parte positiva es sin duda el reconocimiento y agradecimiento por lo que ya tenemos, es una manera de entrenar la mente para ver lo positivo y eso tiene un efecto psicológico y físico muy positivo”, considera por su parte Inma Brea.
  • Mientras, en el lado negativo, la psicóloga nos cuenta que este exceso de positivismo puede derivar en dificultades relacionadas con la salud mental. “Como he dicho, este pensamiento positivo no atrae como tal la suerte ni te asegura conseguir tus objetivos, por lo que los deseos pueden acabar en decepción, disminución de autoestima y sentimientos de fracaso”, detalla. Inma Brea apunta también al hecho de que se ignoran el resto de las emociones, porque cada emoción que sentimos es una información relevante para nosotros. “Por ejemplo, si sientes ansiedad, no es algo que puedas o debas ignorar, ya que es un indicador de que estás en una situación que debes atender porque altera tu sistema nervioso. Esto puede tener consecuencias muy negativas a largo plazo”, considera.

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El exceso de positividad, ¿una trampa?

Para la psicóloga de Sanitas, vivir rodeados de un exceso de positividad posiblemente sea una "trampa" en ciertos aspectos porque puede desembocar en una negación de emociones desagradables como la tristeza, el miedo o el enfado. “Hay que tener en cuenta que es saludable permitirse experimentar y procesar tanto las emociones agradables como las desagradables. También pueden tener dificultad para manejar el fracaso y experimentar una falta de realismo donde se ignoran las dificultades que rodean nuestro día a día.  A veces no se trata de pensar que todo va a salir bien, si no de desarrollar las técnicas y herramientas necesarias para saber gestionar emociones y situaciones menos positivas”, nos dice.

“Creo que mantener una actitud positiva puede facilitar enormemente todos los aspectos de la vida. No hay nada que sea más perjudicial para nuestra salud que la negatividad, ya que llena nuestro cuerpo de cortisol. Sin embargo, el problema no radica en ser excesivamente positivo, sino en caer en el autoengaño, la fantasía o incluso la ingenuidad, los cuales no están necesariamente ligados a la positividad. De hecho, la negatividad no suele ser tampoco realista. Ser optimista y ser una persona madura no es excluyente”, matiza Inma Brea.

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Una positividad tóxica

Se puede hablar incluso de positividad tóxica, que se refiere a una forma de imponer únicamente pensamientos o actitudes positivas y que niega, invalida o minimiza las emociones y experiencias desagradables. “Aunque tener una actitud positiva puede ser beneficioso, la positividad tóxica puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de las personas”, nos cuenta la psicóloga.

Tal y como concluye la coach, “la positividad tóxica puede darse de muchas maneras, como minimizar las propias emociones o las de los demás, evitar conversaciones difíciles o incómodas, o sentirse culpable por experimentar emociones negativas”.