Estas estrategias te serán muy útiles para gestionar un fracaso

Para aceptar la situación y salir fortalecidos de la experiencia lo que se requiere es una gestión mental y emocional

Por Pilar Hernán

Unas veces se gana… y otras se aprende. Ese debería ser el punto de partida. No siempre se puede ganar, nadie lo hace. Pero lo cierto es que no es sencillo asimilar que se fracasa en alguno de los objetivos que nos proponemos. ¿Cómo nos sentimos cuando pensamos que hemos fracasado en algo? “Nuestra mente ‘egoica’ y confundida piensa que todo en la vida o es un éxito o es un fracaso cuando, en realidad, toda experiencia forma parte de la vida. La vida es un camino de pérdidas y ganancias y hemos de aprender a comprender lo que es, si no vamos a sufrir mucho. Aceptar en cada momento lo que la vida nos ofrece, sin apego ni rechazo, vivir sin expectativas y sí con ilusión y propósito es la forma de darnos cuenta de que la vida siempre es un éxito. La meditación nos ayuda a entrenar nuestra mente para aceptar lo que es desde el amor hacia la vida, hacia nosotros mismos y hacia todos”, nos cuenta la coach y emprendedora Paz Calap.

Así, la experta añade que cada día podemos sentir que hemos fracasado en algo, en pequeñas cosas del día a día como llegar tarde o en cosas que nos parecen más importantes como no conseguir un objetivo en el trabajo. En realidad la experiencia es la que es y nosotros somos los que etiquetamos si nos parece un éxito o un fracaso. “¿Y si al salir más tarde de casa y llegar tarde has evitado un accidente sin saberlo? ¿Y si no conseguir ese objetivo te pone en acción para algo más grande?”, reflexiona.

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Querer ganar siempre

Entendemos que es humano querer ganar, salir exitosos de todas las situaciones. Pero Paz Calap matiza esta afirmación: “Lo que el ser humano no se da cuenta es que ya está ganando. Ya ganó y fue un éxito desde el día que fue concebido. Nacer es un éxito, respirar es un éxito, vivir es un éxito. Lo que pasa es que no nos damos cuenta y nos apegamos a un resultado que no siempre surge. Nos duele no cumplir con nuestras expectativas por eso sufrimos. Como dijo Buda ‘El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional’. El dolor lo vamos a sentir, depende de nuestra forma de verlo el convertir ese dolor en sufrimiento o en experiencia”, detalla.

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Estrategias para gestionar la sensación de fracaso

Una vez que sentimos qué hemos fracasado en algo, ¿qué estrategias tenemos a nuestro alcance para tratar de gestionar esa sensación? “Para aceptar la situación y salir fortalecidos de la experiencia lo que se requiere es una gestión mental y emocional”, afirma la coach, que nos detalla que para ello podemos utilizar la técnica de mindfulness del STOP, que nos detalla a continuación:

  • S: Stop, párate, no sigas enredándote con tus pensamientos que alimentan el fracaso, que te dicen que hay algo mal en ti o en la situación.
  • T: Toma tres respiraciones profundas relajando tu cuerpo.
  • O: Observa la situación desde una mirada serena y compasiva. Mira la situación desde fuera para no involucrarte emocionalmente. Dibuja un círculo imaginario en el suelo y mete la escena en él. Pregúntate, ¿qué me está enseñando esta situación?
  • P: Procede a dar una respuesta distinta ante la misma situación. ¿Cuál es la ganancia que esconde esta situación? ¿Para qué te sirve? ¿De qué te puedes dar cuenta? ¿Cuál es el aprendizaje que te ofrece?

“Practica el STOP cada vez que sientas el fracaso y así entrenas tu mente para ver la ganancia que esconde cada pérdida”, sugiere.

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Más facilidad para afrontar el fracaso

Lo cierto es que nos podemos encontrar con personas para las que es más difícil afrontar un fracaso que para otras y habría que profundizar en las causas por las que esto sucede. “Primero porque probablemente en su infancia no ha sabido gestionarlo porque no le han enseñado. Hemos de dejar a los niños que se frustren, no darles todo, no ponérselo tan fácil. A los padres y a las madres nos da miedo que nuestros hijos sufran y hemos de comprender que ellos han de pasar por sus procesos de pérdidas y ganancias en cada edad que les prepara para tener una vida adulta plena”, cuenta Paz Calap.

En su opinión, de adultos hemos de aprender a ser más flexibles con nosotros y con los demás. “A veces somos demasiado rígidos, queremos que las cosas sean de una manera o sino no nos gustan, no las aceptamos. Abrir la mente y abrazar todas las posibilidades en todo momento y soltar el resultado nos permite ser más flexibles y felices. A la vez, ayuda a tener el resultado elegido enfocar nuestra mente en lo que de verdad es importante para nosotros para así, ponerle la energía necesaria para que resulte lo más favorecedor posible”, nos cuenta.

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Relativizar el fracaso

Le preguntamos a la experta si una de las claves, tal vez, es desdramatizar, no darle tanta importancia al hecho de fracasar en algo. “Exacto. No hay drama a no ser que nos enredemos en pensamientos negativos respecto a la situación. Recordar que el fracaso es tan solo un punto de vista nos ayuda a quitarle todo drama y a ver la otra cara de la moneda”, nos explica. ¿Y cuando sentimos que fracasamos una y otra vez, la cosa se complica? “Quizás nuestra energía vital esté muy baja y hemos de pedir ayuda. Somos energía y estamos influyendo en nuestra vida segundo a segundo de forma positiva o negativa, nos demos o no cuenta”, apunta.

Pero, lo más importante es que el fracaso puede incluso dejarnos lecciones positivas, de las que lograr aprender enseñanzas. “Por supuesto, de eso se trata y para eso está la vida, para enseñarnos lo más necesario para hacer crecer nuestra sabiduría en cada momento”, concluye la coach.