Al igual que tantas y tantas recetas, ya sean saladas o dulces, el Castagnaccio nació debido a la necesidad más que con un fin puramente gastronómico. Cuando las castañas eran alimento en muchas regiones montañosas de Italia (especialmente en Toscana, Liguria o Emilia-Romagna), había que aprovechar al máximo su cultivo. Una forma de hacerlo era dándoles forma de harina (un producto nutritivo y económico) y haciendo de ella ingrediente principal de distintas preparaciones.
Así veía la luz hace siglos este postre que hoy nos ocupa (la primera referencia data del siglo XVI, aunque probablemente ya se consumía en la Edad Media).
Un pastel rústico, denso, húmedo y con un profundo sabor que, además de mencionada harina de castaña, incluye también agua, aceite de oliva, piñones, pasas y romero.
Hoy día el Castagnaccio es considerado un símbolo de la cocina campesina de estas regiones italianas, por lo que su consumo suele ser más casero (es más un postre rústico, como puede serlo un bizcocho, que un dulce de alta repostería). De hecho, cada familia suele tener su propia receta. No obstante, también se encuentran versiones más modernas, con chocolate, frutas, etc.
También puede encontrarse en panaderías y pastelería locales, en Toscana y Liguria, (especialmente aquellas que venden productos más tradicionales), así como en mercados de alimentos típicos y ferias gastronómicas. Y en algunos restaurantes de cocina tradicional italiana lo incluyen como postre.
Quizá te haya llamado la atención la ausencia de azúcar entre los ingredientes, pero lo cierto es que la receta más tradicional no suele llevarlo porque la harina de castaña ya aporta dulzura.
HARINA DE CASTAÑA, INGREDIENTE PRINCIPAL DEL CASTAGNACCIO
Obtenida tras la molienda de las castañas secas y peladas, esta harina es naturalmente dulce y aromática, y se usa tanto para recetas saladas o, como es el caso, para dulces. Su sabor, con notas tostadas y ligeramente terrosas, aporta complejidad a las elaboraciones. Además, tiene la capacidad de aportar también humedad y densidad.
Si hablamos de sus propiedades nutritivas, esta harina es rica en hidratos de carbono complejos y alto contenido en fibra. Asimismo, es fuente de vitaminas del grupo B y minerales como potasio, magnesio o fósforo.
Por su parte, como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, la castaña está a medio camino entre un fruto seco y un cereal (se engloba dentro del primer grupo, pero en lo relativo a su composición está más próximo al segundo). De modo que su harina ofrece un aporte graso menor que el de harinas hechas con otros frutos secos.
UN POSTRE VEGANO Y SIN GLUTEN
Si seguimos echando un ojo a la lista de ingredientes, veremos también es el Castagnaccio es un postre del que pueden disfrutar tanto veganos (todos son libres de proteína animal) como quienes quieren o se ven obligados a llevar una dieta sin gluten, dado que la harina de castaña está libre de esta proteína.
Un postre fácil, económico, sencillo y perfecto para el otoño (época en la que la castaña encuentra su mejor temporada), cuyo paso a paso os mostramos a continuación. Una vez hecho, suele servirse solo, pero en algunos casos (y zonas de Italia) no es raro disfrutarlo con un poco de ricota, crema, miel o un vino duce.
CASTAGNACCIO ITALIANO, PASO A PASO
INGREDIENTES (molde de 26–28 cm)
- 300 g de harina de castañas (100% castaña)
- 400–450 ml de agua
- 3–4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 puñado de piñones
- 1 puñado de pasas (remojadas 10 min en agua tibia)
- 1 ramita de romero
- Una pizca de sal
- Opcional: 1 puñado de nueces troceadas
ELABORACIÓN:
- Pon las pasas en agua tibia unos 10 minutos y escúrrelas.
-Tamiza la harina de castañas para evitar grumos. Añade una pizca de sal.
-Añade el agua poco a poco hasta obtener una masa líquida y sin grumos, algo más espesa que la de un crepe.
-Incorpora 2 cucharadas de aceite a la mezcla.
-Agrega la mitad de los piñones y la mitad de las pasas (y de las nueces, si las usas) a la mezcla. Mezcla suavemente.
-Unta el molde con un poco de aceite y vierte la masa. Debe quedar una capa de 1–2 cm.
-Distribuye por encima el resto de piñones, pasas y nueces.
-Toma una ramita de romero fresca, separa las hojitas y usa solo las hojas enteras. Colócalas repartidas por encima.
-Rocía todo con un hilo de aceite.
-Hornea a 180–200 °C durante 30–40 minutos. Estará listo cuando la superficie muestre grietas y los bordes empiecen a despegarse.
-Déjalo enfriar, es mejor tomarlo tibio o a temperatura ambiente, cuando el sabor de la castaña se asienta.
-Puedes servirlo solo o acompañado con un poco de ricotta fresca. También con un chorrito de miel si buscas un sabor algo más dulce.









