Del ruibarbo solo es comestible el tallo, que se parece al apio y tiene brillantes colores verde y rojo. Su origen es es asiático -allí se empleaba con usos medicinales-, pero luego se introdujo, en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde se utiliza sobre todo como parte de postres. Pero, en este caso, lo hacemos en una receta salada: una pizza de masa casera -sin necesidad de reposo-, con acelga roja y queso de cabra.
Para la masa de pizza
- 390 g de Harina
- 240 ml de Agua
- 7 g de Levadura de panadería
- 1 cucharadita de Aceite de oliva
- 1 cucharadita de Sal
Para la cobertura
- 3 tallos de Ruibarbo
- 200 g de Queso de cabra
- 100 g de Acelgas rojas
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
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1.
Precalienta el horno a 250 grados.
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2.
Mezcla en un bol la harina con la levadura diluida en un poco de agua caliente.
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3.
Añade el resto de agua caliente, la sal y el aceite de oliva.
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4.
Mezcla bien con las manos y cuando tengas una masa uniforme, saca a la mesa de trabajo y amasa durante unos minutos.
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5.
Lava, seca y corta el ruibarbo en trozos, para rehogarlo con un poco de aceite y sal en una sartén
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6.
Estira la masa con un rodillo sobre una superficie enharinada y dale forma de pizza.
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7.
Coloca sobre una bandeja de horno cubierta con papel.
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8.
Echa por encima el queso de cabra troceado y el ruibarbo.
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9.
Introduce la pizza en el horno y deja durante unos 10 minutos, con calor por arriba y por abajo.
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10.
Saca con cuidado, distribuye las hojas de acelga roja.
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11.
Espolvorea con pimienta negra recién molida ¡y lista para comer!
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