Aunque la manera más tradicional de preparar las rosquillas es freírlas en una sartén, podemos también hacerlas al horno. No nos engañemos; no es que de pronto se conviertan en una receta ‘light’, pero este método de elaboración sí que ayudará a restar calorías, dado que evitaremos la fritura.
- 2 Huevos
- 400 g de Harina
- 200 g de Azúcar
- 125 ml de Aceite de oliva
- 125 ml de Anís
- 10 g de Levadura química
- Azúcar (para espolvorear)
- Canela (para espolvorear)
-
1.
Colocar en un recipiente amplio un huevo con el azúcar y mezclar bien. Añadir el aceite y el anís y volver a mezclar.
-
2.
Colocar en otro recipiente la harina junto con la levadura. Ir añadiendo poco a poco, por tandas, la harina en el recipiente donde habíamos mezclado el huevo con el azúcar, el aceite y el anís. Amasar primero con varillas o un tenedor y después a mano hasta obtener una masa homogénea.
-
3.
Una vez hecha la masa, ve tomando porciones y ve dándoles forma de rosquilla (o bien formando ‘churros’ gruesos con la masa, y uniendo por los extremos, o bien haciendo pequeñas bolas y hundiendo el dedo en el centro para hacer el característico agujero). Intenta que queden más o menos del mismo tamaño y regulares, evitando que por unas zonas resulten más gruesas y por otras más estrechas.
-
4.
Coloca papel de horno en una bandeja amplia y ve disponiendo sobre ella las rosquillas sin amontonarlas.
-
5.
Bate el otro huevo y unta con él la parte superior de las rosquillas.
-
6.
Hornea a 180º durante 30 minutos aproximadamente.
-
7.
De manera opcional, puedes decorar espolvoreando sobre las rosquillas una mezcla de azúcar y canela en polvo. Otra opción bastante vistosa sería decorar con unas hojitas de menta.
Más recetas de
POSTRES:
Últimas recetas: