La tempura es una de las técnicas de cocina más fáciles que hay. Da como resultado un producto crujiente y de lo más apetecible. Hay que tener alguna precaución para llevarla a cabo, como utilizar agua helada en la masa, y mejor si se hace con harina específica de tempura, aunque no es imprescindible. Si la tamizas, conseguirás un mejor resultado. También se puede añadir o no huevo para darle un toque de color.
- 500 g de Alitas de pollo (sólo la parte del 'muslo')
- 1 cucharadita de Ajo seco molido
- 1 pizca de Jengibre seco en polvo
- 1 botellín de Cerveza
- 1 cucharada de Salsa ponzu
- 1 unidad de Huevo
- 1 unidad de Limón
- 1 pizca de Pimentón picante
- Harina de arroz
- Agua helada
- Aceite de oliva
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1.
Comenzamos empujando con el cuchillo hacia arriba la carne de la alita para que nos quede más libre la parte del hueso y poder comerlas directamente con la mano.
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2.
En un cuenco echamos la cerveza, el jengibre, la salsa ponzu y el ajo molido.
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3.
Incorporamos las alitas y las dejamos que se marinen durante 1 hora.
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4.
Preparamos la pasta de tempura con la harina de arroz, el huevo y agua muy fría.
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5.
Lavamos, secamos y rallamos la cáscara de limón sobre la pasta de tempura, a la que también añadimos una pizquita de pimentón picante.
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6.
Escurrimos las alitas de la marinada y las pasamos por la pasta de tempura.
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7.
Calentamos aceite en una sartén y freímos las alitas.
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8.
Cuando empiecen a dorarse, las sacamos y las escurrimos sobre papel absorbente.
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9.
Servimos las alitas con unos trocitos de limón.
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