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¡HOLA! COCINA
La torrija es un dulce que no puede faltar en Semana Santa, pero se ha hecho tan popular y gusta tanto que podemos encontrarla (y hacerla) en cualquier época del año. Este postre, de origen humilde, se ha convertido en uno de los platos estrella para finalizar una comida durante todo el año, no solo en Semana Santa. Las torrijas suelen estar mejor de un día para otro ya que así 'sudan' y se forma un almíbar delicioso de leche, azúcar y canela.
- 1 barra de Pan especial para torrijas
- 600 ml de Leche
- 1 Piel de naranja
- 1 Piel de limón
- 3 Huevos batidos
- 2 ramas de Canela en rama
- Azúcar blanca
- Canela molida
-
1.
En un cazo, ponemos a hervir la leche con las cáscaras de naranja y de limón, las ramas de canela y el azúcar durante 4 o 5 minutos. Queremos que la leche se infusione con sus aromas y sabores.
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2.
Una vez que haya pasado ese tiempo, apartamos la leche del fuego y dejamos templar. Cuando la leche se haya enfriado, la colamos y reservamos.
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3.
Mientras tanto, cortamos en rebanadas de unos 2 cm. de grosor, la barra entera de pan. Puedes utilizar pan del día anterior, pan candeal, brioche o pan especial para torrijas. Sólo ten en cuenta que cuanto más reciente sea el pan, menos tiempo hay que dejarlo en remojo porque si no se desharía y nos quedaría una masa incomible.
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4.
En una bandeja amplia vertimos la leche infusionada y remojamos las rebanadas de pan el tiempo necesario para que se empapen bien pero sin romperse.
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5.
Batimos un par de huevos en un plato amplio y reservamos. Este huevo batido lo utilizaremos para rebozar las torrijas.
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6.
Vamos sacando las torrijas empapadas y las bañamos en huevo batido.
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7.
Freímos las torrijas en aceite abundante a 200°C.
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8.
Disponemos una bandeja plana con una mezcla de azúcar y canela en polvo y rebozamos las torrijas recién fritas. Escurrimos sobre papel absorbente y dejamos templar.
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