Después de haber comido por dos durante su embarazo, la actriz se impone un régimen macrobiótico superestricto: 60 por 100 de cereales integrales (arroz integral, legumbres), y el resto, repartido entre verduras (excepto patatas) y pescado.
1. Calentar el aceite en una cacerola, añadir una cebolla grande picada finamente y tres tallos de apio troceados desigualmente y cocer a fuego lento ocho minutos, removiendo con frecuencia. Cuando las verduras estén tiernas y doradas, añadir 250 gramos de nueces picadas desigualmente y diez centilitros de agua. Llevar a ebullición, tapar y dejar cocer a fuego lento diez minutos.
2. Añadir 350 gramos de arroz integral de cocción rápida, media cucharadita de canela y de jengibre en polvo, salpimentar y mezclar bien. Tapar y dejar cocer a fuego lento o medio hasta que se absorba todo el líquido, y luego incorporar 90 gramos de semillas de girasol y una cucharada de cilantro fresco picado. Comprobar el condimento, pasar la mezcla a una ensaladera y espolvorear con otra cucharada de cilantro picado antes de servir.
La opinión del doctor. Este régimen está reservado a aquellas cuyos intestinos toleran sin problema los cereales integrales, ricos en fibras. Más aún, porque es muy pobre en hierro, calcio y vitaminas. Para remediar eso sin ir contra las reglas de la macrobiótica, basta con dar preferencia al hierro de las lentejas, las ostras, los mejillones, las gambas y el chocolate. Respecto al calcio, se puede recurrir a las aguas minerales o sin gas. El berro cocido es también muy rico en calcio. Finalmente, un cóctel vitamínico puede, durante todo el período del régimen, sustituir las vitaminas y sales minerales que faltan.
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