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Tamara Falcó e Isabelle Junot, las marquesas más glamurosas, hacen balance del gran año de sus vidas en una entrevista única
Brindan con MOËT & CHANDON, en una noche llena de elegancia y complicidad
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Este 2023 está llegando a su fin y toca celebrar y brindar, como hicimos, el martes 28 de noviembre, con Moët & Chandon, en el hotel Mandarín Oriental Ritz, de Madrid. Allí se vivió un noche mágica en una burbujeante velada llena de amigos. Recién cumplidos los 42 años, que había celebrado en Inglaterra una semana antes, Tamara Falcó deslumbró con las lentejuelas de su traje —diseño suyo— y sonrió como nunca junto a su gran amiga Isabelle Junot. La hija de Philippe Junot, casada con Álvaro Falcó —primo de la marquesa de Griñón—, lució igual de espectacular y eso que a las cinco de la madrugada de ese mismo martes había aterrizado desde Nueva York, donde pasó el día de Acción de Gracias en familia.
La noche de Moët & Chandon
La noche de Moët & Chandon reunió también a los actores Blanca Suárez, Álvaro Morte y Álex González. Los tres posaron para ¡HOLA! con Eugenia Silva y formaron un póquer de cine, ya que la top acaba de debutar como actriz en la serie Camilo Superstar. “Yo brindo para agradecer, no solamente para pedir”, nos contó Eugenia, que cierra un 2023 marcado también por la repentina pérdida de su padre, en abril. “Hay que celebrar las fiestas por los niños. Hoy me decían: “Mamá, ¡que no hemos montado el árbol aún!”. Así que esta semana toca”, nos añadió.
“Nos parecemos un montón”, nos asegura Tamara, quien conoció a Isabelle “literalmente en la pista de baile”, hace “seis años”
Por su parte, el actor Álvaro Morte, el inolvidable profesor de La casa de papel, nos confesaba lo feliz que le hacen estas fechas: “Soy tremendamente navideño, aunque tuve mi proceso. Ya sabes, cuando tienes veintitantos años y dices “yo paso de esto y me voy con los colegas”. Pero, con el tiempo, entiendes la importancia de la reunión familiar. El celebrar que estamos los que estamos y también celebrar a los que se fueron, con alegría, pensando que tuvimos un tiempo precioso con ellos. Para mí la Navidad no es un momento triste por esa persona que se fue, sino al revés”, nos manifestó Morte.
Tras esta bonita reflexión, Blanca Suárez nos explicó el gran momento que atraviesa, tanto en lo profesional como en lo personal. Y no solo por su relación con el también actor Javier Rey, con el que celebra ahora su cuarto aniversario de noviazgo: “Brindo por quedarme como estoy. Mi familia está bien, la gente que quiero también y tengo mucho trabajo”, declaró Blanca a ¡HOLA!
“Tenemos la misma filosofía, somos muy espabiladas, miramos siempre hacia delante… Y lo mismo a la hora de divertirnos. No nos tomamos la vida muy en serio ni a nosotras mismas. Hay que reírse”, añade la hija de Philippe Junot
Álex González fue otro de los invitados que derrocharon atractivo y simpatía. De nuevo, con ese combo perfecto, entendimos su merecida fama de conquistador. Le preguntamos cuándo va a encontrar la pareja definitiva, a lo que nos contestó: “Ojalá pudiera decirte que tengo una pareja fija… Me lo planteo a veces. Todo en mi vida es construir: en el trabajo, en mi familia, amistades, relaciones… Entonces, ojalá eso también fuera sólido”.
Tamara e Isabelle, cara a cara
Durante la velada, pudimos hablar con Tamara Falcó e Isabelle Junot y demostraron la gran química que tienen. “Nos parecemos un montón”, nos dijo la marquesa de Griñón al explicarnos su complicidad con la marquesa de Cubas. Ambas nos transmitieron su felicidad: Tamara por haberse casado con Íñigo Onieva, e Isabel por haber sido madre de la pequeña Philippa, quien está devolviendo la sonrisa a toda la familia.
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—¿Por qué brindáis en esta noche tan burbujeante?
ISABELLE.—¡Por nosotras!
TAMARA.—¡Sí! Las dos estamos viviendo un momento precioso: estamos recién casadas e Isa también sido madre
I.—Sí, estamos en un momento muy especial.
—¿Qué supone para vosotras para estar juntas en un evento como el de Moët & Chandon?
T.—Hemos hecho muchas cosas juntas, pero un evento evento nunca. Es un gusto. Y más brindando con champán.
I.—Juntas todo es más fácil.
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—¿Qué balance hacéis de este 2023?
I.—Ha habido muchas emociones distintas. Ha sido un año tan precioso como difícil. Pero estamos mirando hacia delante. Con Philippa en casa, todo se alegra.
T.—Con Philippa he tenido una conexión mayor, porque Isa se ha tomado el tiempo para ella. Ya no coge muchos de los trabajos que le ofrecen porque quiere pasar tiempo con su hija. Además, le habla como a una persona mayor.
—¿En inglés y español?
I.—Inglés, español y también francés. Está muy espabilada.
—Juntas también habláis así.
T.—Hablamos mucho en inglés, español y spanglish. Hay palabras que no encuentras en un idioma.
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—¿Qué habéis aprendido de este año?
I.—Not take things for granted… No dar las cosas por hecho… y profiter… Madre mía, entre que he aterrizado esta mañana de Estados Unidos y que acabo de hablar con mi hermana en francés, tengo un lío de idiomas… No dar las cosas por hecho y aprovechar el momento, tanto con la familia como con los que quieres.
T.—Mi año ha sido de traca. Parece que han sido cinco… ¡Una vida! He aprendido muchas cosas. Como la palabra “resiliencia” o el amor al prójimo. También he aprendido lo importante que son la familia y los amigos. Sin ellos, nada sería igual. Como también he perdido a gente estos años, he sido consciente de lo efímero que es todo y lo bonito que es vivir el momento y disfrutarlo. También he aprendido a encontrar otra vez mi epicentro tras toda la atención mediática. Encontrar mi momento y distanciarme de todo.
—¿Lo has aprendido tú o con Íñigo?
T.—¡Es que Íñigo parece el famoso de por vida, porque no le afecta! Yo siempre voy pensando que me va a caer una bomba… Es que este año ha sido intenso y me ha afectado todo bastante.
—¿Cuál es vuestro momento del 2023?
T.—Ha habido muchos. El nacimiento de Philippa ha sido un puntazo. Pero, si he de quedarme con uno, elegiría el momento que fui con mi hermano Manolo hacia el altar y vi a Íñigo.
I.—El mío es evidente: el momento en el que tuve a mi hija en brazos.
—Hablando de celebraciones y brindis, Tamara, acabas de cumplir 42 años.
T.—Íñigo y yo lo pasamos en la campiña inglesa, delante de la chimenea y relajados. Echaba mucho de menos el campo y me apetecía mucho desconectar. También estuvimos en Londres. El día que aterrizamos salimos con amigos, y el lunes quedamos con mi hermano Manolo. Aunque realmente vive en un avión, estaba allí y me propuso cenar juntos. Vinieron sus hijos y mi cuñada Ale —Alejandra Onieva—, que estaba haciendo un curso en Londres.
—¿Qué te ha regalado Íñigo por tu cumpleaños?
T.—Un teléfono. Lo mejor fue cómo me lo dio. Sabe que me gustan mucho los papeles de regalo y buscó uno ideal. Se le olvidó comprar celo y lo empaquetó con una cuerda… ¡Me pareció muy mono!
—Siendo tan amigas como sois las dos, ¿cómo definiríais cada una el carácter de la otra?
T.—¡Nos parecemos un montón!
I.—Somos muy distintas, pero nos parecemos en muchas cosas: tenemos la misma filosofía, somos muy espabiladas, miramos siempre hacia delante… Y lo mismo a la hora de divertirnos.
T.—Total. Nos encanta divertirnos.
I.—No nos tomamos la vida muy en serio ni a nosotras mismas. Hay que reírse.
—Isabelle, ¿cómo definirías tú a Tamara?
I.—Es única. No hay nadie como ella. Todo el mundo lo sabe, pero, cuando la conoces de verdad, lo compruebas al cien por cien. Además, es generosa, graciosísima, natural… Guapísima, tiene estilo… Desde el minuto uno conectamos ¡y menos mal!
T.—Isa también es guapísima y simpatiquísima, pero era el eslabón que nos faltaba en casa. Ha traído a nuestras vidas muchísima alegría, cariño, estabilidad… Es una chica supersana y supercampechana, a pesar de haber tenido una vida como la suya, entre Nueva York, Marbella y muchos sitios. Con ella, siempre te sientes como en casa y es una gozada. Pero, sobre todo, he empezado a ver a mi primo realmente feliz después de estar con Isa.
—¿Cómo os conocisteis?
I.—On the dancefloor!. Literalmente, en la pista de baile (ríe).
T.—¡Es verdad! Hace seis años. Me la presentaron como novieta…
—Y la primera impresión fue…
I.—Qué divertida, es de las mías.
T.—Me cayó fenomenal.
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—Es curioso que os conocierais hace solo seis años cuando habéis veraneado tanto en Marbella… Vuestros padres se conocerán muchísimo.
T.—Sí. Son esas cosas que pasan cuando tienen que pasar. A lo mejor, si nos hubiésemos conocido en otra época, sería distinto.
—¿Vuestro mejor recuerdo unidas?
I.—En el campo y jugando juegos, estando todos en familia.
T.—Ver a Isa como mamá… Luego, cuando veo fotos en el móvil y aparece ella, siento que todo es muchísimo mejor: una fiesta, una cena de Navidad… ¡O una fiesta de Moët! (ríe).
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—Isabelle, ¿cómo llevas ser madre?
I.—Muy bien y sorprendida conmigo misma. Pensaba que sería más estricta. Luego, han cambiado las prioridades. Todo lo que pensaba que era importante ya no lo es.
T.—Lo lleva con muchísima naturalidad. Me impacta verla con Philippa.
I.—Me pasa todo el rato. La veo y pienso: “¡Qué fuerte! ¡Es mía!”.
—¿Cómo está la pequeña?
I.—Genial. Muy muy graciosa y muy expresiva. Cada día hay algo nuevo, hace algo distinto o cambia su tono de voz… Ahora hemos viajado los tres solos a Nueva York y ha ido fenomenal. Se porta muy bien, es una niña trampa.
T.—¿Cómo que niña trampa?
I.—Que es muy buena y voy a querer tener otro bebé.
T.—¡Ah! (Echa una carcajada).
“Si Dios quiere, vendrá”
—Tamara, has sido la novia del año. Ahora todos quieren verte siendo madre.
T.—Estamos en ello y, si Dios quiere, vendrá. Cero presión. Si viene el bebé, es porque Dios quiere y seremos superfelices en familia. Tengo total fe en él y yo no sé si va a llegar. Ojalá. Pero ahora estamos viviendo un momento superbonito de matrimonio, que nos está reforzando como pareja
I.—Se os nota un montón.
T.—Nos reímos un montón. También discutimos por un montón de cosas (ríe). Por ejemplo, dónde vamos a pasar las Navidades. Yo digo que las pasemos con mi familia e Íñigo dice que no, que un año con la mía y otro con la suya. Y yo digo: “¡Oh!” (se hace la sorprendida). Claro, es lo normal. Su familia es ahora también mi familia, pero me parece ilógico no tener a mi madre y mis hermanas en Nochebuena. Hemos decidido que este 24 me toca a mí (ríe).
—Antes hablabas de la presión mediática… ¿Cómo llevas que todos te pregunten para cuándo el bebé?
T.—Me parece normal. Es verdad que hay mujeres a las que les resulta superabrasivo que se lo pregunten. Pero, cuando estás soltera, te preguntan cuándo vas a tener pareja, y estando en pareja, cuándo te vas a casar. No me afecta que me lo pregunten, porque yo lo veo como algo normal. Además, mucha gente lo dice con cariño.
—Ahora, acaban de darte la nueva casa. ¿Íñigo y tú ya dormís en ella?
T.—Sí. Y es una maravilla. Es verdad que veníamos de casa de mi madre, que es una maravilla, pero el casado casa quiere. Mis compañeras de El hormiguero me dijeron: “Tamara, estás recién casada y entendemos que Íñigo haya aceptado, pero tienes que salir de casa de tu madre”. Por mí, me hubiera quedado. Ahí fue cuando empezamos a viajar y la verdad es que ha sido un acierto.
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—Estas Navidades van a ser especiales: las primeras de casada de Tamara y las primeras de Isabelle como madre. ¿Os gustan estas fiestas?
T.—Me encantan.
I.—A mí también. Es verdad que es un momento de nostalgia, porque creces y las cosas cambian. Pero, ahora, con Philippa, van a ser muy especiales. Tengo muchos disfraces para ella: de duende… (ríe).
—¿Os juntáis las dos por Navidad?
T.—Sí. Normalmente, el 25 nos reunimos los Falcó.
—¿Qué planes tenéis este año?
T.—La Nochebuena la celebramos con los Preysler, y el día de Navidad, con los Falcó.
I.—Aún no lo tenemos organizado, pero iremos a Suiza con Philippa. Antes, nos reuníamos con mis dos padres. Ahora, por tema de logística, a lo mejor mi madre se queda en Estados Unidos con mi hermana.
—No sé si jugáis a la Lotería de Navidad, pero ¿cuál diríais que es vuestro mayor premio en la vida?
I.—Mi gran premio es mi familia y la persona con la que me he casado. De verdad. Me parece tan importante, porque eliges paz para el resto de la vida.
I.—Mi premio de lotería ha sido que Jesús se me revelase.
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