Pepe García, pareja de Ariadne Artiles, sale del anonimato para hablar como nunca de su padre, el mítico José María García

El empresario ha participado en el documental 'Supergarcía', de Movistar Plus+

Por María Medina

El empresario Pepe García lleva una vida totalmente alejada de los focos a pesar de ser hijo del mítico José María García y pareja de Ariadne Artiles, con quien tiene tres niñas, Ari, que vino al mundo el 31 de diciembre de 2017, y las gemelas María y Julieta, que nacieron el 16 de abril de 2021. La modelo canaria nunca le muestra en sus redes sociales y rara vez habla de él. "Cuando alguien no se dedica al medio es lógico que quiera ser lo más anónimo posible. El anonimato hoy en día es un lujo", dijo la top en La Vanguardia sobre la decisión de su pareja. Sin embargo, el empresario ha hecho una excepción y se ha puesto delante de las cámaras por un motivo muy especial: mostrar el lado más personal de su padre en el documental Supergarcía, de Movistar Plus+. 

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"Mi padre es, ha sido y será siempre mi héroe porque yo quise ser como él, tuve la suerte de poder trabajar con él, pero mi padre nunca quiso que yo fuera periodista", comenta en el segundo capítulo del documental en el que se narra la lucha de José María García y José Ramón de la Morena en las ondas. Pepe fue víctima de aquella batalla cuando entró a trabajar en La Cope. "A mí lo que no parecía era que para intentar hacer daño a mi padre se metieran conmigo o con alguien cercano a él. Yo cuando hablaba con mi padre le decía que esa persona con la que él se metía (José Ramón de la Morena) tendría un hijo o tendría una madre o tendría una mujer que lo estaría pasando igual de mal que yo lo pasaba cuando se metían con él, pero mi padre no, mi padre siguió y siguió", recuerda. 

Pepe no fue el único que lo pasó mal en esa época. Su hermano Luis también sufrió las consecuencias de ser hijo del periodista radiofónico. "Ser hijo del Butanito era jodido porque yo era el otro hijo, siempre estaba Pepe y luego estaba el otro hijo, el hijo que no le escuchaba, que no hacía deporte, que era gordito, al que le hacían bullying por ser el hijo del Butanito... no fue fácil", declara en el tercer y último capítulo del documental. 

El duro testimonio de José María García al recordar su grave enfermedad

Las jornadas de García en la radio eran maratonianas, algo que le hizo perderse momentos únicos como el nacimiento de su hijo mayor. "Ni eso pude ver. Con mis honorarios he podido darle una muy buena vida a mi familia, pero sin estar yo. Ha sido un grandísimo, grandísimo sacrificio", lamenta el periodista, quien revela que llegó a ganar hasta dos mil millones de pesetas al año.

Sus hijos todavía recuerdan aquellas ausencias. "Muchos viajes que no estaba, te acabas acostumbrado, llegaba el viernes y esperabas que llegara de trabajar... sí, lo eché de menos", reconoce Luis. Esta situación hizo que Montserrat Fraile, esposa de García y madre de Pepe y Luis, tomara las riendas de la familia. "Mi madre estaba siempre con nosotros. Ella sola. Es una mujer espectacular, una grandísima madre y yo sé que mi madre lo ha pasado mal", cuenta Luis, que es interiorista.

García es consciente del importante papel que ha tenido (y tiene) Montserrat en su vida y en la de sus hijos. "La madre de mis hijos, la compañera que Dios me ha dado y que sin ella no sería nada", reconoce. De hecho fue ella quien se dio cuenta del bulto que el periodista tenía en el cuello y que tras ser analizado resultó ser un linfoma. Montserrat le acompañó durante toda la enfermedad, que duró tres largos años, de 2005 a 2008. También estuvieron a su lado sus dos hijos. "Ahí descubrí el comportamiento de Montse, el de mis hijos, fue muy duro...", dice García. "El día que nos dijeron que estaba limpio me emocioné. Abrazado de Pepe, Luis y Montse, abrazados los cuatro... llorando... les debo tanto", afirma al borde de las lágrimas. 

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Luis recuerda la enfermedad de su padre como "un proceso duro", con ciclos de quimioterapia cada tres semanas. "Íbamos los cuatro juntos, no había ni una sesión a la que fuera él solo", señala. El momento que jamás olvidará fue cuando al periodista "se le empezó a caer el pelo". "Estábamos en la biblioteca, en casa, se tocó el pelo y se le quedó en la mano... Fue un shock", sostiene emocionado. Pepe, por su parte, cree que el cáncer marcó un antes y un después en la vida de su padre. "Él ha visto la vida de otra manera después del cáncer, él tiene muchas batallas, el cáncer ha sido una más, pero no diré que es la batalla más dura que ha pasado. Yo creo que la enfermedad a él le cambia el apreciar más las cosas de la vida, el darse cuenta que la vida no es solo dar una noticia, que la vida tiene más cosas". 

Entre esas cosas están sus tres nietas, a las que García adora. En el tercer y último capítulo del documental se puede ver al periodista hablando y jugando con las niñas en su espectacular casa de Marbella. "Se pasa horas jugando a puzzles, a pintar... cosas que no hizo nunca con nosotros y ahora las está aprovechando al máximo con mis hijas", dice Pepe. "La relación con las nietas es mágica, se desvive por ellas, lo único que quiere hacer al día es ir a verlas, hacer FaceTime, que además no sabe usarlo entonces se equivoca y en vez de llamar a mi hermano me llama a mi. La mayor le llama el abuelo loco y las pequeñas cuando le ven se tiran a él", añade Luis. García, por su parte, asegura que Ari, María y Julieta son su mayor felicidad. "Yo tengo ahora tres nietas y rezo por la noche fundamentalmente por que no les pase nada".  

Por último, Pepe y Luis han compartido su opinión sobre la retirada de García y el motivo por el que nunca ha vuelto a las ondas. "Tenía que haber sido como él quería, y esas condiciones ni se daban antes ni se dan ahora. Esa batalla para él ha sido dura, el saber que no iba a escuchar esa melodía suya y decir saludos cordiales como él lo quería decir. Él suele decir que tenemos mucha parte de culpa de que no haya encontrado algún proyecto que le gustase y yo creo que no es verdad, que la radio que él quiere hacer no existe ya", reflexionado Pepe. Luis, en cambio, considera que su padre "no ha vuelto porque no le hemos dejado nosotros en casa". "No, ya fue suficiente con lo que tuvimos antes. No teníamos ni ganas, ni fuerzas".