El hijo de Blanca Fernández Ochoa, arropado por su familia, cuenta cómo vivió la pérdida de su madre hace tres años

David Fresnada, de 23 años, asistió al estreno del documental 'El viaje. La medalla de la salud mental' para honrar su memoria

Por Paloma Anaya

A finales del próximo verano se cumplirán cuatro años del fallecimiento de Blanca Fernández Ochoa. La esquiadora fue hallada sin vida el 4 de septiembre de 2019 en el Pico de la Peñota, entre Madrid y Segovia, tras once días de angustiosa búsqueda. Desde entonces han sido numerosos los homenajes los que se han rendido a una de las medallistas olímpicas más importantes de España y se ha estrenado el documental, El viaje. La medalla de la salud mental, que recuerda la historia sobre esta deportista de élite que perdió la vida a causa de sus problemas de salud mental. 

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El documental comienza el día en el que Blanca se traslada a la casa que compartía con su familia en Guadarrama y desaparece. "Todos los otoños nos hacía lo mismo, desaparecía dos o tres días y nos tenía a toda la familia buscándola", cuenta el hermano de Blanca, Luis Fernández Ochoa, pero siempre aparecía. "Tiempo atrás mi hermana Lola me avisó y me dijo que un día, Blanca nos iba a dar un disgusto, pero no la creí", añade Juanma, su otro hermano y entrenador de Blanca. "La rogué muchas veces que no lo hiciese", asegura Lola, pero el 24 de agosto de 2019 decidió desaparecer para no volver. 

-Así han vivido los familiares de Blanca Fernández Ochoa sin la deportista

La madre de Blanca a punto de cumplir 97 años

Tres años y medio después de su muerte, la familia de Blanca Fernández Ochoa acudió a la presentación de este documental para honrar su memoria. La madre de la esquiadora, Blanca Ochoa, llegó en silla de ruedas, cuando está a punto de cumplir 97 años, los hermanos de la deportista Luis, Juanma y Lola, y su hijo David Fresnada también quisieron recordarla con unas emotivas palabras.  "Era la mejor. Qué puedo hablar de una madre, es muy difícil, no tendría palabras para describirlo", señala el hijo de la esquiadora en declaraciones a la agencia Europa Press. 

David, de 23 años, cuenta cómo vivió esos primeros momentos de su fallecimiento y la ayuda que necesitó para asumir su pérdida: "Yo tuve una aceptación rápida con ayuda de la psicóloga que se puso a nuestra disposición enseguida. Me hizo entender que había pasado lo que había pasado y no podía cambiar nada", revela. "Yo tenía mucho resentimiento, me sentía muy... Por qué no hice más... Es algo que pasaría tarde o temprano y pasó", admite el joven.

El hijo de la esquiadora quiso destacar la importancia de la salud mental  y de no tener miedo en pedir ayuda. "Soy feliz pero en el momento que lo necesite no dudaré en pedirla. La terapia es algo bonito, no es malo. Por supuesto, tengo amigas y amigos psicólogos y ellos mismos van. Me dicen y me hablan. A día de hoy sigo a disposición de una psicóloga, a veces la llamo y charlamos. Me cuido o intento hacerlo". El paso del tiempo reconoce que mitiga ese dolor tan fuerte que sintió con la pérdida de su madre. "Sí, por supuesto que sí, a veces más lento o más rápido". Él afortunadamente lo asumió de forma más rápida gracias a la terapia. 

'Como madre era la mejor'

En cuanto a su carrera deportiva, "yo no la viví". "De esto te hablarán mejor sus hermanos", revela. "Pero por lo que me hablan era una deportista que lo daba todo", destaca de ella. A David le encanta el deporte, pero a diferencia de su hermana Olivia, él no ha querido seguir los pasos de su madre. "A mí me transmitió ese amor por el deporte, pero para mí no era necesario, en cambio mira mi hermana en la selección nacional. Está en lo más alto y que allí siga".  "Para ella es un ejemplo a seguir, a mi no me hizo falta demostrar nada en el deporte porque tampoco me lo quiso trasmitir así", añade.

Los recuerdos afortunadamente siempre están y no se le borran de su mente. "Tengo miles de recuerdos graciosos. Aprendes con el tiempo a olvidar lo malo y quedarte con lo bueno. Fotos que me saltan, fuimos a ver jugar a mi hermana a Francia y lo recuerdo que hicimos solos el viaje y fue espectacular". Sin duda como madre era "la mejor". "Qué puedo hablar de una madre, es muy difícil, no tendría palabras para describirlo, necesitaría un buen rato charlando. Era consentidora, era muy buena madre, no sabría decirte, para mí la mejor", la describe con mucha emoción. 

Su problema de salud mental

Lola Fernández Ochoa, la hermana de Blanca, reconoce sentirse muy triste por no haber podido ayudar a su hermana Blanca: "Tienes un poco de sentimiento de culpa, podías haber hecho más. En mi caso, haber pedido ayuda profesional". Sin embargo con el paso de los años ha aprendido a asumir esa pérdida, a vivir sin ella y a recordarla con su sonrisa. "Yo creo que el duelo hay que pasarlo, por supuesto, y ahora lo que hemos intentado es de esta tragedia tan tremenda sacar algo bonito. Es verdad que el dolor está y se le echa de menos cada día, pero bueno, es una decisión que tomó", asume.

Con este documental tanto Lola como sus hermanos han querido que la sociedad vea que los grandes deportistas, sus grandes ídolos, también tienen problemas de salud mental y la clave es pedir ayuda. "Ella tenía un gran problema de salud mental, era bipolar, entonces le daba vergüenza contarlo. No quería contarlo y bueno, quizás por respeto, la familia no lo hicimos. Qué equivocados estábamos, lo que teníamos que haber hecho era pedir ayuda", afirma.

El viaje. La medalla de la salud mental se centra en diferentes episodios relacionados con la salud mental que relatan en primera persona deportistas de reconocido prestigio de nuestro país como Carlos Sainz, Toni Nadal,  Almudena Cid, Edurne Pasabán y los hermanos Fernández Ochoa, Juanma, Luis y Lola, entre otros. La Fundación Blanca de apoyo al deportista, con la colaboración de RENFE y RTVE, se ha encargado de la producción de este documental, cuyo objetivo es la visibilización y normalización del cuidado de la salud mental, tanto en el deporte como en la sociedad.